Enfrentar la banalización de contenidos digitales

  • Omar Gutiérrez Peral
Conviene tener una actitud de alerta hacia todo lo que vemos, escuchamos y leemos en redes sociales

De acuerdo con la más reciente edición del informe State of mobile, que analiza tendencias en el mercado de la tecnología digital a escala global y se publica anualmente por la compañía data.ai, en 2022, a nivel mundial, el tiempo diario promedio invertido en el uso de dispositivos móviles fue de 5 horas. Sí, en promedio, el año pasado, cada persona dedicó cinco horas diarias a sus dispositivos.

Para el caso mexicano, el mismo informe ubica en 4.9 horas el promedio de uso diario de dispositivos móviles en 2022; esto significa un crecimiento importante en los últimos años, pues en 2019, el promedio fue de 3.9 horas. Si consideramos que, de las 24 horas con las que cuenta un día, en promedio pasamos trabajando o estudiando 8, y otras 8 durmiendo; además de que cada día invertimos tiempo en comer, trasladarnos, asearnos, así como otras tareas rutinarias, se va perfilando una conclusión que no resulta tan descabellada. A partir de los datos, no sería una locura afirmar que el año pasado, muchas personas pasaron la mayoría de su tiempo libre haciendo uso de teléfonos celulares y/o tabletas.

Quizá, algún lector perspicaz, dudará de la inmediata relación de uso-tiempo libre, pues un dispositivo móvil pudo ser utilizado para consultar información, o enviar y recibir correos electrónicos, actividades más bien productivas y no de ocio. Sin embargo, acudimos al informe previamente citado para señalar que las aplicaciones más descargadas el año pasado fueron las de streaming de video, seguidas de redes sociales. Estas últimas, acumularon más de dos billones de horas de uso a lo largo del 2022 ¿Alguna idea de cómo representar esa cantidad? ¿Cuántos años caben allí?

Considerando la enorme cantidad de tiempo que pasamos en redes sociales, conviene seguir reflexionando, como hemos hecho en otras entregas de #CiudadDigital, sobre la necesidad de estar atentos al tipo de contenidos que consumimos en ellas; y en esta ocasión, centraremos la atención en uno de los problemas actuales a los que nos enfrentamos los usuarios: la tabloidización.

El término tabloidización se refiere al tratamiento de la información (noticias, arte, literatura, etc.) de un modo sensacionalista, banalizado, o trivializado, cuyo resultado genera contenidos simplificados envueltos en espectacularidad y ofrecidos como entretenimiento, que buscan engancharnos y capturar nuestra atención, más que ofrecernos oportunidades de crecimiento o reflexión.

Aunque no nos hayamos dado cuenta, en nuestro paso por redes sociales, hemos estado expuestos a contenidos banalizados. ¿Recuerdas cuándo fue la última vez que apareció un video prometiendo mostrar “el antes y el ahora de los actores de tu serie o película favorita”, o algún otro que mostraba “el momento exacto de la tragedia”? El culto a la celebridad y la sensacionalización de la muerte son dos favoritos de la tabloidización.

Además de la desinformación, que por sí misma es una consecuencia negativa importante, la tabloidización está asociada a la manipulación de gustos y preferencias. Pero esto ni siquiera es lo más grave, hay una capa más profunda que ha de tenerse en cuenta, porque al estar bombardeados de banalidad, inmediatez y divertimento, podemos ir interiorizando una preferencia por la ligereza, el espectáculo o la trivialidad

¿Qué se puede hacer para enfrentar este fenómeno? Conviene tener una actitud de alerta frente a los contenidos, que nos lleve a un ejercicio constante de reflexión crítica sobre lo que vemos, escuchamos y leemos, y preguntarnos: ¿El contenido establece relación lógica y sólida entre causas y consecuencias? ¿Cómo puedo verificar la información? ¿El contenido aborda y contrasta diversas fuentes? ¿Ofrece una visión equilibrada del tema tratado? ¿Qué me aporta esta información? ¿Cómo me nutre este contenido?

Ojalá este texto anime a dialogar sobre el tema en nuestro entorno inmediato, para explorar nuevas preguntas, reflexionar en qué medida hemos estado expuestos a la banalización de contenidos; o incluso, para discernir juntos sobre el mejor uso de nuestro tiempo, en esta era de apps al alcance de la mano hacia donde se encamina la #CiudadDigital.

El autor es académico de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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Omar Gutiérrez Peral

Licenciado en Administración Educativa por la Universidad Pedagógica Nacional; maestro en Educación Superior por la BUAP; y experto en Diseño de Experiencias de Aprendizaje Emergente por la Universidad de Barcelona. Actualmente se desempeña como coordinador de Educación Virtual en la IBERO Puebla.