En esta ocasión me permito invadir un campo que me es totalmente ajeno; y es el de las artes, específicamente la pintura, donde quisiera compartir ustedes lectores de esta comunidad digital algunas reflexiones al respecto:

Salvator Mundi: “Cristo como Salvador del Mundo”

La primera corresponde a esta obra atribuida a Leonardo Da Vinci, en la cual se representa a Cristo, con una expresión complicada (a mi criterio), sosteniendo una esfera que figura ser el planeta. En lo particular, esta pintura me hace pensar en la finitura humana, y en la debilidad de nuestro mundo a manos de un ser supremo, que en una mano sostiene toda la fragilidad de nuestra realidad, aunado a una expresión que pareciera transmitir concentración y armonía, pero a la vez enigma; propio del destino y el futuro.

The Son of Man, “El hijo del hombre”

Pintura contemporánea de René Magritte, de corte surrealista, en la que puede observarse a un hombre de traje y bombín en un fondo cubierto por nubes grises, y una manzana tapándole el rostro. Los análisis al respecto sugieren que es una clara referencia a los descendientes de Adán.

En lo particular esta pintura me despierta ironía, suponiendo que la pintura obedece a un criterio religioso que se representa en la manzana como origen del pecado y en el hombre moderno que ha pasado del paraíso a la vida cotidiana que es representada por el traje y el bombín, ¿paradójico no? En qué momento el ser humano ha transitado de ser una creación divina que habitaba en el paraíso a vivir preocupados por las trivialidades diarias.