Ejecuciones en Google Maps

En octubre de 2021 se publicó en este periódico digital una señalización en Google Maps, de las ejecuciones cometidas en Puebla capital y que un servidor había identificado. Desde entonces, ese mapa había quedado inactivo.

Sin embargo, los lectores como usted siguieron consultando el mapa y hace unos días lo revisé, encontrando que ya rebasó las 2 mil 800 visitas. No tardé demasiado en entender que hay una necesidad justificada de saber qué ocurre con las ejecuciones en Puebla capital, de manera visual.

Le comenté al periodista Rodolfo Ruiz sobre esta inesperada y agradecible conducta de los lectores y acordamos informarle a usted que pongo a su disposición, una nueva señalización en Google Maps sobre ejecuciones en la capital de Puebla.

Tal señalización la inicié hace poco tiempo y la actualizo todos los días, algunas veces hasta tres veces y lo hago de lunes a domingo, sin importar días festivos. A este mapa lo actualizo una vez que he confirmado la información de un evento, por lo menos en dos fuentes distintas que son confiables.

Recuerde que en un evento puede haber uno o más cadáveres. Por lo tanto, en el mapa de Google usted verá eventos y no número de cuerpos, dadas las limitaciones de esa aplicación que no admite mensajes, por ejemplo.

Es posible que en alguna ocasión note usted que un evento y su ubicación ya no aparezcan. Tal hecho se puede deber a una de dos razones: la primera es que haya podido precisar aún más el sitio del evento y por lo tanto, solo cambió su dirección; la segunda es que la ejecución no fue tal sino un homicidio común, por lo que fue borrado.

También notará que las ubicaciones cambian de color o tienen un símbolo especial. Se debe a que en ese mismo sitio ha habido varias ejecuciones y es una forma de indicarle a usted que en ese lugar, hay un comportamiento especial.

Le comparto la liga para entrar: https://bit.ly/3lLWf1r

Al 24 de mayo, ahí encontrará las ubicaciones de las 54 ejecuciones registradas en Puebla capital, en lo que va del año 2022.

Ejecuciones en juntas auxiliares

Territorio ignorado olímpicamente por las autoridades, las juntas auxiliares de Puebla capital representan en buena medida la feudalización criminal que ataca a la entidad.

Analizando la zona, se identifica un corredor por encima de la zona metropolitana, que de izquierda a derecha inicia con Ignacio Romero Vargas y continúa con La Libertad, San Jerónimo Caleras, San Felipe Hueyotlipan, San Pablo Xochimehuacán, San Sebastián de Aparicio, La Resurrección y termina en Santa María Xonacatepec.

Viéndolo de otra forma, ocho juntas auxiliares son un camino que lleva de Cuautlancingo hasta las estribaciones del volcán Malintzin, y de ahí conduce a Amozoc. Las juntas conectan a ese corredor con San Pablo del Monte (Tlaxcala) y San Miguel Canoa. Poniéndolo de otra forma, se puede mover mercancía y cadáveres a los cuatro puntos cardinales.

El número de habitantes de esas ocho juntas no es menor: en conjunto, representan a unos 475 mil habitantes, lo que significa que la población de esas juntas equivale al 33.11 por ciento del total.

Quien tenga el control de ese corredor, no sólo puede dominar la venta de toda clase de narcóticos sino de operar el paso de mercancías robadas entre Tlaxcala, Cuautlancingo, Coronango y conectarse con el “Triángulo Rojo”, vía Amozoc.

Ignacio Romero Vargas y su emporio regional de comercialización de heroína. La Resurrección y San Miguel Canoa con su capacidad para atraer a líderes de la delincuencia organizada en Puebla, a efecto de que inviertan en bodegas, naves industriales, edificios y hasta casas particulares en las que almacenan todo lo imaginable.

La Libertad y San Jerónimo Caleras como territorio dominado por el narcomenudeo, que se disputa entre organizaciones criminales que a ratos pactan acuerdos y a ratos terminan por despedazarse.

San Aparicio y sus cientos de consumidores duros de narcóticos. San Pablo Xochimehuacán y su dominio regional como generador de huachicol a nivel industrial, además de ser territorio abrumado por el narcomenudeo y la presencia incesante de bodegas mimetizadas en su geografía, que lo mismo almacenan bidones de combustible que cientos de indocumentados de distintas partes del mundo, camino a Estados Unidos.

Unificadas por un corredor criminal que rebasa el poder de cualquier policía municipal y claro está que la estatal, las juntas auxiliares en comento son a ratos, territorio de CJNG pero también de la Unión Tepito y, a ratos de algunos jugadores criminales locales que vieron su auge en los años de Rafael Moreno Valle pero que supieron transformarse a tiempo.

Un vistazo a las ejecuciones ocurridas en tales juntas auxiliares, permite entender su importancia en el mundo criminal que se maneja en ese corredor. Más aún, hay dos Paretos entre tales demarcaciones.

Primero, considere que de 131 ejecuciones cometidas en Puebla Capital en 2021, 35 se cometieron en las ocho juntas auxiliares mencionadas, afectando la vida de medio millón de personas en forma directa. Vivir con miedo es su rutina.

En 2021, año con 420 ejecuciones en el estado de Puebla, esas juntas auxiliares aportaron el 26.72 por ciento de todas aquellas muertes cometidas en Puebla capital, lo que puede dar una idea de la relevancia geográfica de tales demarcaciones, para la preservación de la vida criminal en la entidad.

Pero hay más. Si se observa, de las 35 ejecuciones de 2021 hay una estratificación evidente que señala los puntos álgidos de esas 8 juntas, si es que cabe decir algo semejante.

Lo anterior quiere decir que, al menos en 2021, La Resurrección fue el mayor generador de ejecuciones de esas 8 juntas, con el 22.86 por ciento del total. Después de La Resurrección, siguieron San Miguel Canoa y Santa María Xonacatepec con el 11.43 por ciento.

No es una casualidad que La Resurrección tenga semejantes cifras, si se toma en cuenta que ahí coexiste una guerra sin final por el narcomenudeo, combinado con la presencia de docenas de inmuebles vinculados al robo de toda clase de mercancías.

Eso explica el porqué del auge de las guardias ciudadanas (no autodefensas) que intentan paliar los robos cometidos por innumerables pandillas que operan ahí, con la tranquilidad de que ninguna corporación policiaca podría hacerles frente en ese queso gruyere que representan sus calles sin sentido, auténticas trampas para cualquiera.

Mientras todo eso ocurre, la autoridad dormita bajo la firme creencia de que, si cierra los ojos lo suficiente, el avance de la delincuencia organizada se desvanecerá en un suspiro. Si la realidad no es el sueño de los gobernantes, peor para la realidad.

Nos vemos en el mapa de Google.