Retos éticos de la inteligencia artificial

  • Fernando Thompson
Necesitamos preguntas incómodas y reflexiones sobre el futuro de la inteligencia artificial

Si bien existe mucho qué hacer en el desarrollo de la inteligencia artificial y la integración de esta en los procesos de un gran número de organizaciones, existe un reto aún mayor que debemos superar. Hoy en día, el uso de las plataformas digitales ya no es solo un tema de tecnología, sino que nos ha llevado a reflexionar sobre cómo está impactando en el ámbito económico, político, sociocultural y sobre todo ético.

Pongamos algunos ejemplos. En los últimos años se ha creado un gran debate sobre si las redes sociales tienen ya demasiado poder y están influenciado de manera importante en la opinión pública; al final del día, son algoritmos de inteligencia artificial quienes deciden qué es lo que vemos, qué mensaje se amplifica y qué mensaje se censura. En fechas recientes, la ONU alertó por el impacto negativo de la inteligencia artificial en derechos humanos como la educación, la salud y la libertad de expresión y pidió frenar la utilización en algunos casos hasta que se discuta adecuadamente cómo se están entrenando los algoritmos.

Otro de los grandes debates en la inteligencia artificial es el hecho de que su desarrollo podría eliminar miles de puestos de trabajo, especialmente aquellos cuyas actividades requieren baja cualificación, que impliquen procesos repetitivos o son fácilmente automatizados.  Si bien esto podría ser ciento, creo que la visión a largo plazo debe ser cómo podemos rediseñar nuestros modelos de negocios de la mano de la inteligencia artificial, y así permitan mayores oportunidades laborales para todos.

Hoy en día, la Internet del 2021 ha eliminado miles de empleos, pero también ha creado muchos otros e incluso la propia pandemia ha tenido un gran impacto en la composición de la fuerza de trabajo y puestos necesarios en las empresas. Cada innovación tecnológica, cada desarrollo tecnológico destruye empleos, pero también crea muchos otros y esto lo hemos vivido por décadas.  Muchas empresas alrededor del mundo están trabajando en poner, en los siguientes diez años, autos autónomos en las calles de todo el mundo y si bien el desarrollo tecnológico lo está haciendo viable, todavía existe un gran debate de cómo deben ser programados y quién debe programar los algoritmos que toman decisiones con repercusiones éticas. Si hubiera un accidente y dependiendo de las decisiones que tomara un auto autónomo se salvaría al conductor de un auto o a otro, ¿a quién debería salvar?, ¿qué consideraciones se deberían tomar? ¿Quién definiría si la decisión es correcta o no? Escenarios nada sencillos pero que son necesarios para que muchas de las promesas de inteligencia artificial se cumplan.

Por supuesto que no se trata de dejar en manos de los programadores estas decisiones, sino que es muy importante que los profesionistas en las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales ayuden a las áreas de la tecnología a realizar las preguntas correctas, a reflexionar sobre el impacto de nuestra sociedad en cada una de las decisiones que toma; a pensar si el camino que está tomando el mundo digital realmente nos ayudará a tener un mejor futuro.

Cada vez más nos enfrentamos a preguntas más difíciles de responder: ¿qué consecuencias tendrá para nuestra sociedad que la robótica elimine el 70 por ciento de los empleos actuales? ¿Cómo cambiarán las relaciones humanas con el crecimiento de la interacción a través de medios y plataformas digitales? Necesitamos de más personas que realicen las preguntas incómodas y que nos ayuden a reflexionar sobre el futuro de la inteligencia artificial.

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Fernando Thompson

Director General de Tecnologías de la Información de la UDLAP,  reconocido por InforWorld como uno de los mejores CIOs de México.