Nosotros los pobres, para Morena

  • Felipe Sandoval
Traemos metido en el tuétano que la pobreza es buena, debe reconocerse y se aplaude

Felipe Sandoval

www.felipesandoval.com

 

Un 25 de marzo de 1948 se estrenaba una clásica película actuada por Pedro Infante, ídolo de las abuelas que rondarían ahora por los 110 años de edad: Nosotros los pobres. Un filme que entre el “pobre pero honrado, pobre pero decente”, termina en una tragedia al grito de “Pepe el Toro es inocente”. De repente me acordé del otro dizque “toro” aspirante a gobernador de Guerrero que el INE bajó con media estocada por tramposo, más que por pasado se lanza que también lo merecía, pero esa es otra historia.

73 años después de la reconocida película traemos como sociedad, metido en el tuétano, que ser pobre es bueno, que ser pobre es símbolo de humildad, que la pobreza debe reconocerse y se aplaude. Hasta se agradece. Cuánto daño nos ha hecho ese “decreto”, ese “mantra” como país; cuánto daño nos hace ahora que el tatiaxca supremo haga alarde de ello y el pueblo sabio - inmaterial y amorfo - asienta con la cabeza.

Pero no, somos menos pobres que hace 73 años cuando estrenaron la película. Pasamos de una población 64% analfabeta a sólo un 10%; de una esperanza de vida de 41 años a más de 74. Durante esos años el PIB creció a una tasa del 7.5% hasta mediados de los 50. Lo que es cierto es que dos años gobernados por Morena nos ha costado regresar muchos años, y sin decirlo metafóricamente, sino con los otros datos. Pasamos sin pandemia a un crecimiento nulo y con pandemia a una reducción entre 8 y 10%, y por supuesto a perder millones de empleos formales e informales.

Para muestra un botón, decían las abuelas enamoradas de Pedro Infante. Me encuentro en una reunión abierta con 27 personas, en un patio, la mayoría mujeres de San Luis Tehuiloyocan. Pregunto quiénes tenían trabajo hace un año. Levantan la mano 20. ¿Y quiénes tienen trabajo ahora? Sólo 4. He repetido el ejercicio en varios lugares de diferentes niveles. Lo he validado con encuestas. Más del 60% ha perdido su empleo o les han reducido el salario. Si son empresarios, han cerrado temporalmente, operan sin utilidades o han limitado sus operaciones considerablemente. Esa es la realidad. Somos más pobres que hace dos años y quieren vendernos nuevamente que ser pobre es bueno.

En San Andrés Doña Vicky de las carnitas vende el 30%, René el de las mangueras es ya su único empleado: vende, cobra, fabrica y factura. Daniel cerró su taquería después de 20 años y súmale tu caso personal o el de tus conocidos.

¿Qué hacer para reactivar pronto la economía, dejar de pensar en la pobreza y reactivar la riqueza, el ingreso y la generación de empleo? Aquí te comparto cinco acciones que puedo resumir de los comentarios que he recogido en mis caminatas por San Andrés Cholula.

Primero, que nos vacunemos todos. Adultos, jóvenes, niñas y niños. Sin distinción. Sin depender del gobierno federal. A partir de que estén disponibles las vacunas hay que estar formados, cuanto antes mejor. Ya podrían negociar desde ahora. La economía se reactivaría en 30 días en todos los ámbitos.

Segundo, que quien permanezca dos días hospedado en cualquier hotel se le pueda incluir en el pago la vacuna, sin importar la categoría del mismo. Así se genera atracción y derrama económica local de inmediato.

Tercero, eliminar todos los impuestos por un año, sobre todo los relacionados con licencias de funcionamiento. Se apoyaría así a que las empresas se recuperen pronto.

Cuarto, impulsar un amplio programa de obra menor, mantenimiento y rehabilitaciones con empleo temporal de inmediato y en todo el municipio. Calles, banquetas, camellones, parques, escuelas, techos, luminarias. Todo lo que genere uso intensivo de mano de obra que no requiera alta calificación.

Y quinto, que se activara un programa de gobierno de compra local para insumos y servicios a proveedores del municipio.

Con todo esto se garantizaría el desplome de los contagios y las muertes gracias a la vacuna, y se podría reactivar la economía de inmediato. Vamos contra el tiempo y los detentes no funcionan, tampoco el mole de guajolote.

No veo por qué seguir premiando la pobreza, celebrando la entrega de despensas, agradeciendo una ayuda que no tiene nada de desinteresada ni de gratuita. Y sobre todo, ¿por qué creer que debemos ser pobres? Sólo que sea por conveniencia política o de plano por las 4I (ineptitud, incompetencia, ineficiencia e ignorancia) de los perfiles que gobiernan de Morena… y de dos o tres de otros colores.

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Felipe Sandoval
Ciudadano del mundo, sanandreseño preocupado por lo que pasa a mi alrededor. Comprometido con las causas sociales. Consultor senior con más de 25 años de trayectoria y cantante frustrado