¿Quién es Esparza?

  • Miguel Maldonado
Manual de uso de la BUAP

A partir de unas semanas que empecé a escribir sobre nuestra universidad, diversos amigos universitarios me han preguntado si mis artículos tienen la finalidad de apoyar a algún candidato o si más bien intentan que la revista Unidiversidad no caiga en desgracia, a ellos como al siempre quisquilloso lector le aseguro que no tengo más interés que contribuir a la democratización real de la universidad y la inclusión de toda la comunidad universitaria en las grandes decisiones de nuestra casa de estudios. Así que no estoy ni con Lilia ni con Lupita (tampoco con Hugo Paco y Luis).

Difícil tarea la de picar piedra y cavar metal para contribuir, mediante el diálogo, en la mejoría académica, docente y de difusión de la BUAP cuando en las últimas décadas la universidad se dedicó precisamente a lo contrario: todas las acciones universitarias se encaminaron a subir el índice de aceptación electoral del rector en turno, ese delirio, el de asignar a la universidad el papel de búnker electoral, el de tomar los muros universitarios por bardas propagandísticas, es decir, esa terrible locura de mirar a la universidad y sus dineros como plataforma de campaña hizo que la universidad se desvirtuara, y costará un gran esfuerzo que nuestra casa de estudios retome su fachada original y por fin tenga el frontispicio de casa de estudios que la casa de campaña le arrebató.

Creo que hoy existe una oportunidad de oro para retomar el camino de la excelencia en la docencia, la investigación, por supuesto en la difusión y promoción cultural, pero sobre todo en la participación de la comunidad universitaria en el desarrollo de proyectos que redunden en su revitalización. Y para este gran plan hace falta la cohesión y participación de la comunidad en su conjunto, y claro la voluntad de un rector.

            Alfonso Esparza, lo he dicho antes, sentó las bases de la reivindicación de la universidad, después de dos décadas por fin la universidad comenzó a mirarse a sí misma. Pero aún falta mucho. Esparza de algún modo es un factor de transición, pertenece a la generación de rectores administradores y contables, de cuando era más importante para la universidad contar los billetes y los votos que contar el número de patentes, el número de becas y el número de plazas. Creo que Esparza será el último de la dinastía de rectores provenientes de las áreas económico-administrativas.

            En toda la historia de la universidad, Esparza es el rector que más años ha presidido el cargo, son más de nueve años en los que ha estado al frente de la universidad: el año y pico de interino cuando Agüera se fue de candidato a presidente municipal de Puebla y los ocho años referentes a sus dos periodos. Es el rector en toda la historia de la universidad que ha trabajado de la mano del mayor número de gobernadores, durante su administración se ha coordinado con seis gobernadores. Es indudable que su experiencia lo vuelven un factor importante en el rumbo de la universidad; es más, su participación es necesaria para reformular la democratización de la BUAP, habría que ver si puede llevar el barco a lo que hoy la universidad requiere: participación y vuelta a la universidad donde el núcleo es el docente y la comunidad, y no la aristocracia universitaria en busca del poder político y el lucro económico. Esparza podría ser el que devuelva a la universidad sus reales fueros, es decir que todos los universitarios participen en el gran programa de desarrollo de la universidad. En pocas palabras, participación democrática para la creación del plan de desarrollo de la universidad. Está en el Rector pasar a la historia no sólo como el hombre de experiencia que retomó el rumbo de la universidad y la dejó a medio camino, o como el REFORMADOR de la participación universitaria, que viéndolo bien el último escenario lo beneficiaría mucho una vez que abandone la rectoría este próximo septiembre de 2021.

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Miguel Maldonado

Originario de Puebla, Doctor en Teorías de la Cultura, UDLA-Sorbona. Maestro Ciencias Políticas, BUAP - Universidad McGill. Fue Secretario General de la UDLA, Presidente de El Colegio de Puebla. Dirige la revista Unidiversidad y es colaborador de El Heraldo de México.