Lo sustancial en la transformación de México

  • José Pascual Urbano Carreto
El reto es superar lo adverso y hacer sacrificios para conseguir salir adelante

La cuarta transformación del País tiene que atender de manera prioritaria, lograr asentar la nueva estrategia que tiende a superar a la estrategia neoliberal para poder resolver los problemas de crecimiento económico, sentar las bases para lograr  una justa distribución del  ingreso y una mejor distribución de la riqueza, conseguir detener las conductas delictivas dentro de los aparatos del estado, desmantelar la estructura delincuencial que logró la captura del estado para los intereses delincuenciales públicos y privados, lograr corregir lo que permite la corrupción desde el sector público y evitar la impunidad. Todo esto, aunado a la corrección en lo educativo, y en lo asistencial conseguir el progreso y la pacificación de México.

 De esa dimensión son los retos que debe superar la 4T para poder lograr una situación de estabilidad y progreso, en medio de eso se tiene que convencer a los que legítimamente piensan distinto al gobierno progresista que deben aceptar que hay un gobierno indiscutiblemente legítimo y que se debe pasar a colaborar con él en la superación de los grandes retos, lo que no quiere decir, que la oposición deba aceptar acríticamente lo que el gobierno progresista está realizando. La realidad que vive el país presenta rasgos muy diversos, un reto a superar todo lo adverso y una gran fortaleza para aguantar y superar los sacrificios necesarios para conseguir salir adelante.

Los enormes problemas se sintetizan en lo que representa la inseguridad que vivimos los mexicanos, una violencia intensa por la operación de las redes del crimen organizado cuyo desarrollo se dio por la indolencia de algunas autoridades de los regímenes anteriores, pero también porque las bandas delincuenciales pudieron secuestrar al estado mexicano y, con ello, posibilitaron su desarrollo y consolidación gracias a la corrupción de altos funcionarios y gracias a que los mismos altos funcionarios se integraron a las redes delincuenciales generando una situación de saqueo del erario público de manera descarada y todavía más se generó un alto grado de impunidad.

 Las bandas delincuenciales formaron estructuras que les dotaron de abundantes recursos económicos y de poderosos personajes que les brindaron protección y hasta se dotaron de aparatos privados de seguridad, a ello integraron a miembros de las fuerzas de seguridad. La 4T tiene que batallar para desmontar esas estructuras, por ello es difícil avanzar rápidamente en la consolidación del cambio aún se tiene que batallar con las resistencias que generan las estructuras que aún viven en la administración pública en todos los niveles.

En el caso de nuestra capacidad para enfrentar la pandemia se ha visto limitada por la voracidad de los que dirigieron al sector salud, que permitieron actos de corrupción que representaron la posibilidad de que las autoridades coludidas con farmacéuticas voraces que vendían medicamentos, equipo e instrumental médico, todo frecuentemente con sobre precio, en el mejor de los casos, y en el peor de las situaciones, la venta de cosas inservibles a precios de alta calidad.

 Los frecuentes actos de facturación y cobro de mercancías y servicios ficticios utilizando para eso a empresas factureras fraudulentas y hasta realizar construcciones que se creaban se dejaban sin posibilidades de funcionamiento. En esas condiciones se encontraba el sector salud.

En el sector salud del país se conservó parte de esas prácticas, algunos de los funcionarios de la nueva administración no pudieron convencer a los miles de integrantes de la estructura administrativa de los criterios adecuados del cambio progresista, y por ello continuaron realizando las tareas propias del sector salud con los criterios anteriores, donde lo que prevalecía era obtener beneficios para los individuos y grupos que dirigían al sector y mantener los viejos tratos con las empresas proveedoras del citado sector salud. Cambiar esa forma de operar requirió de un gran trabajo de convencimiento para erradicar los compromisos de acuerdos mercantiles que representaban fugas significativas del presupuesto del sector, ello representó tener que enfrentar a los que estaban comprometidos con esa voraz forma mercantil de operación, al cambio se opusieron los beneficiarios de esos negocios, entre ellos se encontraban funcionarios del sector salud, farmacéuticas proveedoras y otros individuos que se integraban en esa redes. Por fortuna en el sector salud se encontraron a muchos de los integrantes del citado sector dispuestos a respaldar el cambio progresista, para así poder asegurar que los recursos de todo tipo destinados al sector salud se orienten a atender las necesidades de la salud del pueblo mexicano.

 Se requirió optar por relevar a los funcionarios que integraban las redes de negocios enquistados en el sector y por las resistencias no siempre pacíficas de esos mercantilistas de la salud se tuvo que optar también por relevar a proveedores empeñados en mantener los privilegios que les representaban los contratos voraces.

En esas condiciones es que se ha estado atendiendo la necesidad de superar los efectos de la pandemia de covid-19.

Otro elemento a considerar en lo que se refiere a superar el problema de la pandemia es la conducta de muchos mexicanos para ejemplificar lo que se tiene que considerar sirve de ejemplo lo siguiente:

Personal de enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) destacó que a casi un año del inicio de la pandemia de Covid-19 en México, no sólo enfrentamos cansancio físico y emocional, también hay tristeza y frustración ante la indolencia de la población, porque siguen abarrotando las calles y plazas, mientras en los hospitales ya no hay espacios para más pacientes.

En entrevista con La Jornada, indicaron que ante la alta tasa de ocupación hasta en camillas se atiende a pacientes en las áreas de urgencias. Ya no hay más personal médico y de enfermería, simplemente no nos damos abasto.

En la mayoría de los hospitales, dijeron, “estamos saturados desde hace un mes, nos llegan pacientes muy graves y ves su desesperación, te dicen que hasta quisieran regresar el tiempo para cuidarse más.” Es muy demoledor.

Laura Poy Solano Periódico La Jornada, sábado 12 de diciembre de 2020, p. 4

Estamos en un momento álgido de la pandemia. En todas partes, en España se habla de una tercera ola, en Estados Unidos el número de fallecimientos se acerca a 400 mil y en el mundo son 2 millones.

La posibilidad de desbordamiento de la pandemia se ilustra con el caso del Reino Unido Simón Stevens, jefe del Servicio Nacional de Salud, declaró a la BBC que el sistema nunca ha estado en una situación tan precaria. Añadió que cada 30 segundos se admite a un nuevo paciente de coronavirus. Hay suficientes casos como para llenar un hospital cada mañana y una cuarta parte de los ingresados es menor de 55 años. El 16 de enero había 3.5 millones de dosis de vacunas y, claro, sólo un proceso de vacunación que sea más rápido que el de contagio podría, en el mejor de los casos, abatir la situación de crisis y en un periodo largo. La reseña de este asunto puede extenderse.

 La evolución de la pandemia en México es alarmante en todos los sentidos: saturación hospitalaria, afectación del personal de salud, creciente número de contagios y decesos. A esto hay que agregar la escasa organización para proteger a la gente y el abasto oportuno de vacunas suficientes y su efectiva aplicación. La complicación en este escenario es enorme y el panorama es desalentador.

Añadido a la cuestión de salud pública está, por supuesto, el severo impacto económico del Covid-19. Hay datos y muchas opiniones, las que no parecen tener mucho sustento a la hora de prefigurar una situación de mediano plazo; 2021 será un año muy complicado en todos los frentes.

Las medidas de política pública han consistido primordialmente en el uso muy extendido de diversas formas de gasto para apoyar a los trabajadores que pierden el empleo y a un conjunto de empresas principalmente medianas y pequeñas. La recaudación de impuestos ha caído y, así, los déficits fiscales se han abultado en grande. En este proceso hay que distinguir claramente entre los gobiernos que cuentan con una moneda soberana en la que contratan su deuda (Estados Unidos, por ejemplo) y los que no la tienen (como es el caso de la mayoría). Así que está aún pendiente la cuenta del mayor endeudamiento público o, en su caso, de la austeridad impuesta ante la crisis económico-sanitaria como ocurre en México y que es ya muy onerosa y lo será aún más.

Parte mayor de esta situación es el gran nivel de desempleo, subempleo e informalidad, así como la caída de la productividad y, no por señalarlo al último es menos relevante, la brutal pérdida de patrimonio familiar que en muchos casos será irrecuperable y, en otros, tendrá efectos negativos durante mucho tiempo. Todo esto genera un entorno de profunda fragilidad social que se agrava. La otra arista se presenta en la conducta de los partidos y grupos que integraban el sustento del régimen neoliberal, no son demócratas ellos debieran asumir que el mandato de los mexicanos expresado en las urnas el primero de julio de 2018 fue en el sentido de que se deberían cambiar los criterios y formas para tomar las decisiones de políticas públicas orientadas a superar los principales problemas de México, especialmente en lo que corresponde a la superación de los problemas de salud pública, donde lejos de sumarse al esfuerzo para derrotar a la pandemia le apuestan, como oposición, a utilizar las complicaciones de ese esfuerzo como armas políticas en contra del régimen progresista de la 4T. Primero no les satisfizo la estrategia para enfrentar a la pandemia diseñada por el gobierno de la república, magnificaron las mínimas situaciones de seguimiento a los indicadores de la pandemia, número de contagiados, de curados, de decesos; la oposición abordó como elemento de ataque a la 4T las discrepancias en las cifras aportadas por la federación y las entidades federativas. En fin, pretendió politizar y politizó para su provecho el complejo proceso de lucha del pueblo y gobierno mexicano para superar los efectos de la pandemia.

No es casual que ahora ellos afirmen que cuando el gobierno informa de los avances para superar la epidemia ellos pretendan tipificarla como actividad tendiente a realizar propaganda electoral, lo que sucede es que al politizar esa lucha, que es de todos, al informar que se avanza en esa batalla consideran que se realiza propaganda electoral, de ese modo se entiende que si se logra avanzar no se debe informar, si se ha mejorado la situación del sector salud, si ahora al frente de este hay gente honesta, si se ha logrado mejorar el uso de los recursos, si ahora se tiene nuevos elementos en la mejora del tratamiento de la enfermedad provocada por la epidemia, si ya se está teniendo acceso a una vacuna, si ahora hay una esperanza de superar los problemas de salud no se debe informar, porque para la oposición política es hacer propaganda electoral. Lo que sucede es que ellos apostaron al fracaso del gobierno progresista y esa es la explicación que cuando no se da el fracaso del gobierno entonces al informar de los avances, se avanza también en desmentir lo que fueron sus proyecciones que pretendieron presentar para soslayar todas las pillerías cometidas desde el gobierno por los integrantes de los regímenes neoliberales.

Debemos valorar los demoledores efectos de la crisis de salud pública que tiene su parte significativa en la situación económica, en donde lo más preocupante de esta situación es el gran nivel de desempleo, subempleo e informalidad, así como la caída de la productividad y, no por señalarlo al último es menos relevante, la brutal pérdida de patrimonio familiar que en muchos casos será irrecuperable y, en otros, tendrá efectos negativos durante mucho tiempo. Todo esto genera un entorno de profunda fragilidad social que se agrava.

Por lo que hace a la adaptación de los negocios, la inmensa mayoría no tiene mucho espacio para hacerlo. Esta puede ser la situación del amplio espectro de las actividades turísticas, de parte relevante del sector servicios y varios tipos de actividades industriales. Los que mejor se adaptan hasta ahora son los que usan extendidamente las tecnologías electrónicas y modifican el servicio que ofrecen. La desigual capacidad de innovación va a segmentar aún más el universo de las actividades económicas, de las empresas y de las personas involucradas; el costo será enorme y no sólo en pesos y centavos.

Hay que decirlo abiertamente, no hay cabida hoy para las expectativas optimistas acerca de una recuperación económica y, sobre todo, de un saneamiento social que haga la vida colectiva más decente.

 Algo que ha ayudado a enfrentar los problemas de nuestra economía ha sido el crecimiento de las remesas, aun cuando debemos aceptar que son indicadores de la cantidad de mexicanos que durante años han sido expulsados por falta de oportunidades, situación que el gobierno progresista ya está tendiendo a corregir. En la estrategia de desarrollo se pretende reformular nuestra estructura productiva para corregir nuestra dependencia de las empresas transnacionales, sin dejar de valorar lo que representa su presencia en los procesos de producción globalizados, por lo pronto en los substanciales recursos originados por  el superávit comercial que indica, por un lado, la importancia  de la industria automotriz y, sin dejar de considerar que se está presentando  la caída en las importaciones, necesarias para el aumento de la producción interna. En México hay que repensar con claridad y rapidez las decisiones de política pública que exige una situación que se desborda.

Los órganos autónomos creados, por la forma en que fueron integrados durante la etapa neoliberal, han servido de “cortinas de humo para que se cometan ilícitos y haya ocultamiento de información”, así como lo subrayó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Al sostener su argumentación sobre la necesidad de ajustar las funciones del gobierno a la nueva realidad nacional, defendió su propuesta de reforma administrativa para sumar las funciones de esas estructuras a las secretarías de Estado correspondientes, con objeto de corregir y conseguir cuantiosos ahorros derivados de los altos costos que significa esa alta burocracia.

Conocedor de las decisiones que asumen los consejeros de los órganos autónomos como el INAI, Ifetel, Cofece, CRE, entre otros, que no han demostrado con el tiempo –dijo– defender el interés de la mayoría, los calificó de instrumentos que conforman un gobierno de los pocos beneficiarios de las privatizaciones y concesiones.

Retomando las argumentaciones del presidente es prudente rescatar lo que expresó para respaldar su propuesta de reforma administrativa del gobierno de México, cuando dijo:

“Celebro que ya se haya iniciado el debate sobre estos organismos que se crearon para aparentar que iba a haber transparencia, que se iba a combatir la corrupción, que ya no iba a haber monopolios. Son como tapaderas, son organismos alcahuetes. Así como hay intelectuales alcahuetes del régimen que justifican todo.”

“No sirven, no benefician al pueblo, pero sí cuesta mucho mantenerlos. El instituto de la transparencia (INAI), como mil millones; este otro instituto de las telecomunicaciones (Ifetel), ayer hablábamos, mil 500 millones. Van a ver, cuando presentemos toda la estructura, todos los órganos que crearon: la CRE o hay otro que se llama la Comisión Nacional de Hidrocarburos. ¿Por qué crearon todo esto? Bueno, para que los beneficiados con las privatizaciones tuvieran su propio gobierno, eran estas reguladoras las que decidían y deciden.”

Periódico La Jornada, Roberto González Amado, viernes 20 de noviembre de 2020, p. 26

Recordó que con el panista Vicente Fox se creó el INAI, y su primera decisión fue mantener bajo reserva las condonaciones en los pagos de impuestos de las grandes empresas. Otra decisión así, significativa, es que el expediente de Odebrecht lo reservaron, lo guardaron, no se transparentó.

Con la captura del estado por el grupo de gobierno neoliberal cuando se legislaba en materia hacendaria, se permitía los caminos para la evasión y/o elución fiscal, se posibilitaba a las grandes empresas transnacionales dejar de cumplir con sus obligaciones y se convertía en el camino posible, legalmente, para generar grandes pérdidas para el erario público, tal es el caso de lo que en la siguiente nota se describe.

 “El Estado mexicano pierde cada año 9 mil 67.4 millones de dólares –alrededor de 190 mil millones de pesos– debido a que las empresas multinacionales transfieren sus ganancias a paraísos fiscales a fin de ocultar las ganancias que realmente obtuvieron en el país, según un estudio con datos a escala global publicado ayer.

El monto de los impuestos que no son captados por México tiene un costo social: la evasión, en el caso del país, es equivalente a una cuarta parte del gasto público en salud o a 15 por ciento de los recursos destinados a la educación pública, de acuerdo con la Alianza Global para la Justicia Fiscal. Al permitir que el estado mexicano fuera secuestrado por los intereses privados individuales o de grupo fue posible que los neoliberales se apropiaran de los recursos que debían aplicarse a la solución de los problemas de los mexicanos, fueron canalizados al beneficio privado, eso explica la esencia de los contratos de etileno XXI, de ODEBRECH, de las conductas de altos funcionarios permitiendo actividades ilícitas a cambio de jugosos sobornos y hasta de altos funcionarios al servicio de las redes del crimen organizado, incluso altos funcionarios liderando a los grupos delincuenciales.

Todo lo consiguieron con la captura del estado, ahora romper ese aparato cuesta porque aunque a nivel de los jefes  ya hay gente honesta, el aparato administrativo no se ha saneado totalmente y encontramos el fenómeno de que los integrantes de algunos espacios públicos son ocupados por funcionarios que no han entendido que el camino es modificar su conducta para contribuir a la solución de los grandes retos que hoy enfrentamos, y han optado para conservar su forma de actuar con sus privilegios por alinearse con las prácticas de los jerarcas de los regímenes neoliberales. Lo que se debe asumir por los funcionarios medios- que son cientos de miles- que trabajaron con el anterior régimen es aceptar que las cosas cambiaron por mandato de los mexicanos y que el camino es cooperar con el nuevo rumbo y de ningún modo alinearse con aquellos que saquearon al país y se apropiaron de lo que pertenece a todos los mexicanos.

Es prudente que los jefes del gabinete trabajen, organizando y convenciéndolos de que esa es la vía para continuar en el trabajo para consolidar a nuestra patria, lo dicho representa una tarea de primerísima importancia para los funcionarios nombrados por la 4T es una tarea esencial para los dirigentes progresistas se debe diseñar una estrategia que permita sumar a esos funcionarios a la defensa del cambio, que por experiencia son importantes seguro que serán muy importantes, o sea que es imperativo conquistarlos,   rescatarlos para que trabajen con la 4T.

 

 

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José Pascual Urbano Carreto

Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.