Entre Dios y la muerte…

  • Alejandra Fonseca
Yo espero que todo esté bien y nos volvamos a ver en persona”. Respondió: “Si no, ya sabes mi pensar

Una gran amiga mía, vía telefónica, me confesó: 

--¿Sabes?, yo anoche le escribí una carta a Dios…

 

--Haces bien; tener con quien hablar y sentirte acompañada en tu consciencia. Yo hago lo mismo. Y no me quedo ahí. Es bueno que nuestros hijos sepan lo que pasa por nuestras cabezas, nadie sabe qué puede suceder por más que te cuides.

 

--Si, se los comenté pero leve porque todavía no creo que procesen la cantidad de muertes a nuestro alrededor y la magnitud de lo que nos afecta. Algunos familiares se han contagiado pero hasta hoy, todos han salido adelante.

 

--Yo recibí un mensaje de una persona con quien sólo coincidí dos veces en mi vida, y a la ligera pero nunca sabes lo que la gente lleva por dentro. Me sorprendió en demasía lo que reveló. ¡No la vi venir! No sería si no estuviéramos en contingencia. Escribió: 

 

“Hola Ale. ¿Cómo has estado? ¡Está tremendo el virus! Esta pandemia está arrasando con los seres vivos y amados, chicos y grandes por lo que no me gustaría quedarme con algún pendiente.

 

“Estas palabras deseo te lleguen y si no las respondes no hay problema. Al menos sabré que fueron leídas. Si me enfermo y no puedo tener comunicación contigo, sólo quería decirte que eres una persona muy especial y un gran mujerón, que el poco espacio-tiempo que compartimos fue grato haber coincidido contigo.

 

“Ale me atrae tu pensamiento y forma, ojalá hubiese tenido la oportunidad de decírtelo frente a frente pero ya no creo que sea posible, por lo que es mi deseo que lo supieras.”

 

--¿Está grave?

 

--Le pregunté: ¿Estás bien? Y siguió: “Estoy bien, sólo que veo personas de mi círculo que ya se están yendo. Por eso mis palabras, aunque tengo vacuna experimental no sé si funcione y trabajo en la calle por lo que es riesgo latente. 

 

--¡Qué impacto!

 

--Sí carajo, ya te imaginarás… Le dije: “Yo espero que todo esté bien y nos volvamos a ver en persona”. Respondió: “Si no, ya sabes mi pensar en ti.” Añadí: “¡No me digas eso! Yo tengo esperanza que mientras nos cuidemos, la libramos. Hay que tener fe y cuidarnos mucho.” Y me dijo: “Tengo fe. Ojalá Ale. Cuídate. Gracias por tu respuesta.”

 

--¡¿Y ya?!

 

--Sí…

 

En silencio profundo con el auricular encendido en el oído, calibramos la dimensión de escribirle a Dios y escribir una despedida a la persona que le tienes un afecto especial. 

 

alefonse@hotmail.com

 

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes