A escasos días de que la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco presentara su informe de labores, las críticas no pudieron esperar. En un régimen democrático los informes gubernamentales son fundamentales, porque representan un ejercicio de rendición de cuentas, y en esa medida la critica al gobierno debe ser visible en el constante patrón de vigilancia por los ciudadanos.

En medio de reuniones sociales y políticas, esta semana, el gobierno municipal ha sido protagónico. Desde entes públicos hasta personas físicas son quienes dudan de la transparencia, a pesar de que la presidenta presume que su administración es ética.

En ese sentido, el valor de la ética es esencial, pero está en tela de juicio y no solo por ella sino por su amplio catálogo de colaboradores. Hagamos la suposición de que ella goza de ciertos valores, pero ¿realmente es suficiente?, por supuesto puesto que no. Un gobierno debe contemplar la experiencia y la sagacidad de administrar.

En la óptica social, el actual gobierno municipal carece de ciertas habilidades para ejercer su poder, tan es así que el mismo Tribunal Electoral del Estado de Puebla abrió la posibilidad de revocar el mandato de Claudia Rivera Vivanco.

En virtud de la revocación, el órgano electoral en plena sesión pública, algunos magistrados coincidieron que es ilegal el hecho de que se haya suspendido la compensación a regidores, para destinar los recursos a comerciantes. Estas razones motivaron al órgano en cuestión para dar vista al mismo Congreso poblano, al igual que a la FGE y a la ASE, quienes harán las investigaciones pertinentes para determinar si hubo responsabilidad.

Existen diversas denuncias por posibles actos de corrupción en la administración municipal, mismas que han tenido eco y no pueden dejarse a la deriva. La Comisión Inspectora de la ASE lleva analizando la información que recibió por parte de la autoridad municipal, sin embargo, son solo puntos sin un desahogo contundente.

El equipo del ayuntamiento debe trabajar en aclarar las acusaciones de desvío de recursos públicos y al mismo tiempo responder a las autoridades lo que soliciten. No es un tema de invasión de esferas jurídicas sino un ejercicio de gobernabilidad que debe permear respetándose los órdenes de poder y de gobierno.

La realidad supera las palabras y es evidente que la ciudad de Puebla se encuentra en foco rojo por la inseguridad, escasa obra pública, alumbrado pobre, economía penosa, disturbios sociales, etc.

Por más que busque Rivera Vivanco la reelección a toda costa, los ciudadanos le cobrarán factura a la hora de votar por una persona distinta e incluso ajena al partido en el poder. Los actos de campaña sui géneris por el informe de actividades no serán suficientes para que la alcaldesa y su grupo repunten. La clave es que ella misma debe darse cuenta.

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