El inicio del ciclo y la revalorización del magisterio

  • Juan Martín López Calva

“La iniciativa de reforma, aprobada en la Cámara de Diputados, está enfocada en el aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes del país, y tiene como prioridad la revalorización del magisterio, afirmó el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán”.

Nota de la redacción. El Universal, 26 de abril de 2019.

https://www.excelsior.com.mx/nacional/revalorizacion-del-magisterio-prioridad-del-nuevo-acuerdo-educativo-esteban-moctezuma

 

“Los maestros y maestras son insustituibles: Esteban Moctezuma”.

Cabeza de la nota de El Popular, 3 de agosto de 2020.

https://www.elpopular.mx/secciones/nacional/2020/08/03/los-maestros-y-maestras-son-insustituibles-esteban-moctezuma

 

Hoy regreso después de un breve receso de dos semanas a este espacio que generosamente me brinda E-Consulta cada lunes. Saludo con mucho gusto a mis “cinco lectores” y felicito calurosamente a todo el equipo por el aniversario número 18 de este importante medio de comunicación digital.

Uno de los argumentos centrales para la derogación de la Reforma educativa del sexenio pasado por parte del presidente López Obrador y los legisladores de los partidos miembros de su coalición fue que era necesario construir un marco normativo y una política pública que se sustentara en la revalorización del magisterio que había sido injustamente culpado de la deficiente calidad educativa por los gobiernos anteriores.

Independientemente de estar o no de acuerdo con la (contra) reforma aprobada al inicio de este gobierno, creo que todos los que trabajamos en el sector educativo en sus diferentes niveles y funciones coincidimos en que el profesorado ha venido perdiendo el estatus social que tuvo en el pasado y coincidimos en que es necesaria una política que se oriente a “devolver el valor y la estimación”[1] que los docentes tenían en nuestra sociedad.

Hasta aquí todo bien. Sin embargo, cabe preguntarse si este discurso reiterado se corresponde con los recursos necesarios para hacerlo realidad y con las acciones que sean consistentes para cumplir con este objetivo loable y necesario.

No es el tema de este artículo ni mi especialidad lo relativo a los recursos. Hoy quiero llamar la atención sobre el (doble) inicio del ciclo escolar y revisarlo a la luz de la consistencia entre el decir y el hacer de nuestras autoridades políticas y educativas.

Soy esposo de una directora escolar y tengo comunicación directa y constante con muchos profesores, directores, orientadores, apoyos técnico-pedagógicos y trabajadores administrativos de escuelas públicas y particulares porque han sido o son mis estudiantes en cursos y posgrados de formación permanente o simplemente leen mis trabajos académicos y de divulgación.

 Por estas interacciones fui testigo de la “salida en falso” que implicó este inicio de ciclo escolar y de la total indiferencia con la que las autoridades trataron a los profesores y profesoras que hicieron sin duda un esfuerzo muy significativo, creativo y en muchos casos hasta heroico para mantener activo el proceso de aprendizaje de sus estudiantes y concluir de la forma más digna el año escolar 2019-2020.

 Hace ya muchas semanas que la SEP había señalado las fechas, los procesos y actividades y hasta los materiales con los que los educadores y educadoras del país tenían que retornar a sus actividades después del receso de verano, cosa que sucedió el lunes 27 de julio. A partir de ese día se realizaron juntas de directores con las supervisiones escolares y de cada dirección con sus docentes, se revisaron materiales de planeación y capacitación y se iniciaron los trabajos de los Consejos Técnicos Escolares.

Pero cuando todo eso estaba ya en marcha y los docentes habían invertido un buen número de horas en este inicio de ciclo, se recibió de pronto un mensaje de las autoridades indicando que se supendiera todo y se esperara al “importante” anuncio que haría el presidente de la república en su conferencia de la mañana del lunes 3 de agosto.

 Esta contraorden generó incertidumbre, nerviosismo, molestia, desmotivación y todo tipo de especulaciones pero obviamente tuvo que acatarse. El esperado día llegó y muchos profesores, directores y funcionarios se levantaron temprano para escuchar el gran anuncio.

¿Qué hubo en realidad de relevante en esta conferencia de prensa en la que participó también como era lógico el responsable de la SEP? Más allá de las alabanzas del secretario al presidente lo único que tuvo de contenido sustancioso ese acto fue el anuncio de la fecha de inicio del ciclo escolar 2020-2021 que será el próximo 24 de agosto –posterior a la originalmente indicada- y la noticia de que el esquema de trabajo se realizará a distancia, utilizando a la televisión como el medio de comunicación masiva para trabajar los contenidos de cada grado escolar.

¿Revalorización del magisterio? No veo una señal en este sentido cuando se suspende sin ninguna razón de fondo el trabajo que se estaba ya realizando por parte de los docentes de todo el país en sus sesiones de CTE sin tomar en cuenta el tiempo que habían ya invertido ni valorar el esfuerzo realizado por su parte, para hacerlos esperar un acto de carácter político en el que se plantea nuevamente que son insustituibles los profesores y profesoras, pero se les trata como meros receptores pasivos de lo que se decidió como siempre, desde arriba.

¿Revalorización del magisterio? No voy a entrar al debate de por qué la televisión o por qué los canales privados o a las críticas derivadas del prejuicio simplista que culpa a la televisión de todos los males y deficiencias intelectuales y morales de nuestros ciudadanos. Es evidente que se opta por este medio y se establece el convenio con las empresas privadas porque es la TV y son estos canales los que tienen mayor cobertura en todo el territorio nacional.

Sin embargo el hecho de establecer ese convenio desde la presidencia y la SEP federal y señalar, como lo hizo el secretario Moctezuma que: “…varios canales de televisión…van a impartir los cursos, las clases, con base en los libros de texto gratuito (y) los aprendizajes esperados…”[2] poniendo a los canales de televisión y no a los maestros como los sujetos de la acción educativa no es una muestra del objetivo de revalorización que campea en el discurso.

¿Dónde queda la experiencia de trabajo del final del ciclo anterior en el que los maestros y maestras desarrollaron formas creativas concretas de facilitar el aprendizaje en sus estudiantes? ¿Por qué desperdiciar esa experiencia y no recuperar toda la riqueza de estas estrategias y formas de organización y comunicación de los docentes con sus colegas, con los alumnos y con los padres de familia para generar la mediación pedagógica indispensable que señala el Dr. Gil en su artículo entre la televisión, los libros de texto y los educandos?

¿Por qué no aprovechar también la experiencia de muchas escuelas públicas que sí tuvieron las condiciones para trabajar en plataformas virtuales para hacer un modelo híbrido y adecuado a cada contexto y centro educativo y no caer en el mismo error de siempre de homogeneización y centralización de todos los procesos?

¿Revalorización del magisterio? El discurso suena bien, pero la realidad en este sistema educativo de muy baja complejidad que tenemos, dice otra cosa.

 

[1] Esta es la definición de revalorizar que da el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. https://dle.rae.es/revalorizar?m=form

[2] Tomo la cita del artículo del Dr. Manuel Gil Antón en el Universal de este sábado 8 de agosto que se puede consultar en esta liga: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/manuel-gil-anton/el-mito-de-la-tele-y-la-educacion

 

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).