Bailando te conocí…Cuando la adversidad inexorablemente se rinde ante la determinación

  • Alberto Pacheco Márquez
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Amigos y amigas, antes que nada permítanme desearles un excelente inicio de año, esperando que este 2016 se sature de inmensa felicidad para todos ustedes. Regresamos después de un merecido receso, pero con muchas más historias de nuestros connacionales, que día a día cimbran Polonia a través de sus talentos.

Me atrevería a decir que todos, sin excepción, alguna o muchas veces, atravesamos situaciones que nos hacen claudicar, caer, sumergirnos en profundos pantanos de los que creemos imposible salir airosos. Adónde creemos que no hay problema más aterrador que el nuestro, que no existe salida y que la única opción es desaparecer de la faz de la tierra, al fin y al cabo somos seres humanos, con infinitas emociones, que llegan a nublar la correcta percepción de las cosas, pues en cuanto nos atrevemos a mirar alrededor, ejemplos sobran, de gente con situaciones mucho peores, afrontando retos mayores y triunfando.

Ricardo López Lara, defeño de nacimiento, pero hidrocálido por antonomasia, es hoy por hoy todo un referente al norte de Polonia, superándose a sí mismo cada día y demostrando que la adversidad es sólo el postre perverso con el que se consuela la mediocridad. Y es que hace más de 2 décadas emprendió un viaje que a la fecha no ha llegado a su final.

Con menos de 20 años de edad, Ricardo fue contratado desde México por una compañía estadounidense, situación que aprovechó con el objetivo de reunir fondos que le permitieran culminar sus estudios en Ingeniería Eléctrica, y lo que originalmente debió ser un verano en EEUU, se convirtió en más de 21 años. “La compañía estaba tan satisfecha con mi trabajo, que alargaron mi contrato y fue el inicio del fin” nos relata Ricardo.

A un año de haber llegado a California específicamente, se muda a Indiana, adónde continua trabajando como eléctrico por más de 15 años y alternándolo con su otra pasión, el baile, puesto que a los 26 años de edad ya era maestro de salsa y contaba con varios galardones en su haber.

Ricardo originalmente comenzó con la salsa cubana, pero pasó por una búsqueda de su identidad como bailarín y encontró en la salsa L.A. style su definición. Su talento rápidamente llamó la atención de propios y extraños, a tal grado que posterior a su accidente y ya dedicado al baile como su forma de vida, fue convocado para ser el coreógrafo del evento más importante de estudiantes latinos de la Universidad de Notre Dame y llevarlos a la gloria durante 6 años en el festival Latin Expressions.

Sin embargo la vida es un constante vaivén y justo cuando planeaba regresar a México, sufre un accidente que pese a las consecuencias negativas, también fue el parteaguas de lo que hoy por hoy está viviendo. “Pocos días antes de finalizar mi contrato y así regresar a México, cayó sobre mi cabeza una barra de más de 30 kg, que me dejó durante 3 meses prácticamente inválido y con algunas secuelas de por vida”. Entonces el plan se modificó radicalmente y tuvo que quedarse en EEUU a seguir un plan de rehabilitación y más allá de todo, a aprender a vivir de nuevo.

Ricardo poco a poco sintió que debía virar hacia otra dirección y decide renunciar a ser el coreógrafo de los estudiantes latinos de Notre Dame, sin embargo está experiencia le dejó muchos amigos alrededor, especialmente una profesora del idioma español, que de cierto modo fue también cómplice de su hoy presente vida. “Mi amiga me pidió apoyo para calificar los exámenes de sus alumnos y yo con mucho gusto lo hacía, cuando de repente me llamó mucho la atención un nombre, Alicja”.

Alicja entonces se convirtió en la pícara duda de Ricardo, ya que buscaba en todo momento saber algo de aquella misteriosa chica polaca con nombre un tanto impronunciable.

“Después de algunos meses, mi amiga la profesora de Español, llevó a Alicja a una salida a un club y es por fin cuando nos presentan y departimos unas cuantas piezas en la pista de baile”. Y cómo diría Ana Torroja, se vieron 3 o 4 veces por toda la ciudad, hasta que por fin un día Ricardo se decidió a atacar, pero al poco tiempo Alicja que lleva a cuestas una leyenda propia en Esgrima (multicampeona internacional a nivel universitario y ex miembro del equipo nacional Polaco), regresa por el verano a Polonia, pero la fuerza del destino los hizo repetir y cuando Alicja regresa a EEUU, hacen oficial su relación.

Ambos se vuelven una motivación mutua, complementándose y pasando capítulos del libro de la vida juntos. Ricardo retoma los estudios y pesé a las secuelas que le dejó el accidente que sufrió, culmina la High school con honores y obtiene una beca para estudiar Administración de Empresas a nivel de asociado y no satisfecho con eso, su dedicación le merece obtener otra beca para estudiar Ciencias de la Computación, culmina como segundo de su clase y funda su propia compañía con oficinas en Chicago e Indiana.

“Llegaron a llamarme discapacitado, lo que duele en lo más profundo, pero ese dolor lo convertí en motivación”. Todo parecía un idilio, hasta que su hoy esposa, es transferida a Londres debido a una casualidad migratoria. Aquí nuestro protagonista se enfrenta a otra decisión definitiva, siendo diciembre de 2011, ella se va a Londres y él toma unos meses para decidir qué hacer.

Resulta fácil imaginar lo que decidió, sin embargo se reencontraron hasta un año después ya en Polonia. “De cierto modo, tuve que reconquistarla, pues parecíamos 2 extraños con muchas historias en común”. Debido al trabajo de ella, pasan un año en Londres, hasta que una situación familiar los orilla a regresar a Polonia, y por fin establecerse. “Mis primeros días en Polonia, yo no quería salir a la calle sólo, me aterraba la idea de ser discriminado, pues en EEUU pese a ser un país multirracial, padecí ataques xenófobos, sin embargo los polacos me recibieron con el corazón”.

Muy rápido encuentra opciones para impartir clases de baile, pues gracias a su talento le salen muchos pretendientes. Y así comienza a forjarse una reputación, que con pleno merecimiento le vale el mote de “King de la Bachata”. Carisma, ritmo y sabor lo distinguen y hacen de sus clases un MUST de todo aquel que quiere aprender baile latino en la región de Gdansk.

Pese a ser ya un ícono del baile latino, también hace de su amor por México una experiencia para los polacos, ya que ha organizado con mucho éxito diversos eventos para promover nuestra cultura, siendo el más significativo hasta ahora, el que denominó ESTO ES MÉXICO que con una presentación interactiva, acompañada de degustación de platillos típicos, exposición de fotografías y artesanías, enamoro al público asistente. “Empezamos la promoción del evento 3 meses antes, pero a la semana ya no había lugares disponibles”

“No hay nada de lo que yo pueda renegar en este tiempo en Polonia” nos comparte Ricardo, quien no ve como posibilidad regresar a vivir a México, pues al comparar a nuestro país con Polonia, es ineludible tocar temas trascendentales, como la paz social, seguridad, nivel de vida y que ahora que está por convertirse en papá, son más importantes que nuca. “Aquí vivimos sin miedo, libres, y eso no tiene precio”.

Ricardo apunta al futuro, con la motivación de que pronto llegará a sus vidas su primogénito, listo para enfrentar nuevos retos, entre los que destacan, el llevar su baile al resto de Polonia y por supuesto Europa, seguir promoviendo a nuestro país y a su amado Aguascalientes. “Hay una demanda muy fuerte por nuestra cultura, la gente quiere saber más de México y yo quiero ser parte de esto, quiero enamorar a Polonia de nuestro México” Ricardo es sin duda sinónimo de tesón, de perseverancia, de que las historias de éxito no son ni de lejos cuentos de hadas, de que la vida es dura, y es un constante sacrificio en el que para ganar, primero hay que perder.

      

“Si tienen la oportunidad de salir, de enfrentar retos fuera de su zona de confort, háganlo, porque la vida no es para atesorar pertenencias, sino vivencias” concluye Ricardo…

Amigos y amigas, llegamos así al final de una historia fascinante, esperando que les deje una profunda reflexión como a quien esto escribe. La vida es una y muy corta, dejemos de quejarnos por lo que creemos que la vida no nos da, pues dejamos de apreciar lo mucho que ahora tenemos con el solo hecho de estar con vida. Salgamos a ser felices.

Desde la bellísima ciudad de Cracovia, les deseo un excelente fin de semana y nos vemos cuando nos leamos…

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Alberto Pacheco Márquez

Especialista en Desarrollo Regional y Gestión de Inversión Extranjera y Conferencista. Se desempeñó en el sector público y privado en México como en el extranjero. Dedicado a la vinculación entre México y Polonia