¿Imposible? No, es circo

  • Salvador Calva Morales

Suspendidos en el aire sólo por sus cabelleras, un hombre y una mujer danzarán en las alturas ¿imposible? No, eso es arte circense.

Rescatar números de circo tradicional de los años 30’s del siglo pasado e innovar ha sido una labor de la Universidad Mesoamericana de Puebla, que ahora organiza en sus instalaciones del Centro Mexicano de las Artes Circenses, el Tercer Festival Universitario de Circo a realizarse la próxima semana los días 23 y 24 de noviembre, a las 7 de la noche, donde se presentará ese número aéreo capilar.

Todo parecería glamour y banalidad… no, el circo es una parte formativa del ser humano muy importante. Esto lo hemos comprobado a través de la labor social de los propios alumnos a través de la asociación civil Circulatore.

Sí, en el Centro Internamiento Especializado Adolescentes de Puebla, los jóvenes que han delinquido, que provienen de familias disfuncionales y que pudieran errar su futuro, en el circo tienen un punto de apoyo para transformar su mundo.

Chicos nuestros les han dado talleres, como un programa para cubrir su servicio social a lo largo de 6 meses. Así, niños que no permitían siquiera ser tocados empiezan a cambiar sus ideas sobre el mundo, los ejercicios circenses donde  la vida de uno depende de otro  modifican su actitud, su carácter, su temperamento.

La disciplina rigurosa que implica el circo ayuda a desarrollar el perfeccionamiento de las acciones, la resiliencia donde el esfuerzo y el dolor son poca cosa comparado con los resultados y el aplauso del público.

Ya sea como ejecutantes o como espectadores, el circo ofrece al ser humano una formación integral: ver a un semejante lograr algo aparentemente imposible despierta en nosotros esa sensación de poder invencible y de contagio emocional que puede mover a las masas.

Entre el deporte y el arte, en el punto central, el circo ocupa un lugar especial, es el único espectáculo de grandes proporciones que puede llegar al último de los poblados más recóndito, que es de carácter popular  incluyente de los públicos de todas las edades.

Sin duda, el circo es un valiosísimo elemento transformador para la educación de los jóvenes que estamos desaprovechando.

El circo tiene mucho más que ofrecer a la sociedad, particularmente en Puebla que es la entidad donde más nos hemos preocupado por el arte circense a nivel latinoamericano, formando artistas a nivel de licenciatura y ahora con el festival universitario.

Por lo pronto, hay que acudir a la edición del Tercer Festival Universitario de Circo, donde serán jueces Andrea Peláez, directora del Circo De Mente del Distrito Federal y Andrés Atayde, también   artistas consagrados como el dos veces medallista internacional en malabarismo Tom Wall y el payaso mexicano Azis Wall creador de espectáculos de la talla del Cirque du Soleil, quienes al margen del concurso harán sendas presentaciones para deleite del público. 

Espero saludarte personalmente en tan magnífico evento y contagiarte un poco de la alegría que me ocasiona el mundo circense.

Nos vemos en la próxima entrega. No me falles.

Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.

 

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