Amigos y amigas, los saludo de nueva cuenta desde la bellísima ciudad de Cracovia, para contarles una historia más de nuestros queridos paisanos, que día a día enaltecen el nombre de nuestro país de este lado del charco. Espero la disfruten y sobre todo, que les deje alguna reflexión.

Uno de los pilares de la identidad mexicana, es sin duda alguna la cocina, nuestra muy diversa y colorida cocina tradicional, resultado de la simbiosis cultural que se dio en nuestro país a través del tiempo, haciéndose eco en todos los rincones del mundo. Por lo anterior no es de extrañar que sea uno de los principales temas de conversación cuando comenzamos a interactuar con personas de otros países, pues a qué mexicano en el extranjero, principalmente en Europa y Asia, no le han preguntado sobre el chile, las tortillas, y un sinfín de etcéteras.

Y en Polonia no puede ser la excepción, un país que experimenta a paso veloz un proceso de globalización cultural, en el que sus ciudadanos cada día son más propensos a experimentar y buscar nuevos sabores, nuevas sensaciones y en la comida mexicana lo encuentran todo, platillos que los hacen suspirar o llorar (cuando de picante se trata) pero jamás decepcionarlos, pues los colores, aromas, la manera de adornar los platillos, los ambientes y por supuesto los sabores, son únicos.

Nuestra siguiente protagonista, oriunda del maravilloso y espectacular estado de Puebla (nótese que también soy poblano), llegó a Europa, específicamente a Londres por razones de estudios y ahí empezó el vaivén, pues aunque regresó a México para titularse, el destino la devolvió a Europa, de nuevo a Inglaterra y finalmente a Varsovia, adónde hoy por hoy además de ser una de las chefs mexicanas más reconocidas y ávida promotora de nuestra cultura, es también esposa y madre de familia mex-pol.

Isabel Balderas o mejor conocida como “Isabelka” es actualmente la Chef ejecutiva del restaurante 2 TACOS ubicado en la ciudad de Varsovia y que como la mayoría de paisanos que llegan a este bello país, nos cuenta lo que ha sido su vida a lo largo de estos años, del proceso de adaptación, vida profesional y por supuesto de la labor que como promotora de la cultura mexicana ha realizado a través de su magia en la cocina.

“Llegue a Polonia en un gris invierno, lo que de cierto modo me deprimió” nos cuenta Isabel, sin embargo no es un síntoma particular de ella, pues la gran mayoría de paisanos pasan lo mismo durante los primeros inviernos de sus vidas en Polonia, al grado de que bastantes regresan a México. El frío, el idioma, la seriedad de los polacos que se suele exacerbar en invierno, sin duda son un golpe contundente para el ánimo de los latinos, que estamos acostumbrados a las risas, el calor, la buena vibra por doquier y cuando aquí sonreímos y no nos devuelven el gesto o simplemente pareciera que nos ignoran, es difícil por supuesto.

Pero más allá de este complejo inicio, Isabel pronto empezó sus cursos de polaco, además de que comenzó a laborar como chef repostera del hotel Marriot en la misma ciudad, “Trabajar ahí me dio la oportunidad de adentrarme en la cultura polaca, de conocer gente, interactuar y dejar atrás la depresión que me generó el cambio tan drástico”. Por lo que el proceso de adaptación se suavizó y todo comenzó a tener un nuevo sentido.

Isabel hace una analogía sobre la vida en México y en Polonia “En México todo es más inesperado, menos planeado, desde cuestiones con los amigos o familia, que pueden por ejemplo llegar a tu casa en cualquier momento y aquí todo es casi casi con cita” algo que también a quien esto escribe sorprendió muchísimo, pues en México siempre ponemos como ejemplo a los Alemanes en términos de eficiencia, seriedad y demás adjetivos calificativos, sin embargo y de manera personal basado en mi experiencia, los polacos pueden ser incluso más formales y serios con sus actividades y relaciones personales, algunas veces rayando en lo inflexible, pero sin duda alguna al final es mucho más positivo y refuerza aspectos como la confianza.

Respecto a lo social Isabel es tajante “El nivel de vida es más alto en Polonia, la gente vive con mucha más equidad, los jóvenes tienen la posibilidad de estudiar y trabajar al mismo tiempo, porque los planes educativos se diseñan para facilitarles la vida, además de que la gente que se emplea en oficios, tiene mejores sueldos y nivel de vida por consecuencia”. Polonia como en otra entrega lo comenté, es de los países más pacíficos del mundo y no hay que darle vueltas al asunto, la equidad social es la clave, la gente se desarrolla y encuentra oportunidades que disminuyen el resentimiento y la violencia, fortalece los valores y se vive en paz.

Por otro lado, Isabel no solo deleita los paladares desde el restaurante 2 TACOS, sino que también cocina para un par de embajadas y para algunas empresas culinarias dando talleres de cocina tradicional mexicana. Su pasión por la cocina y la cultura mexicana la han llevado a organizar eventos de promoción que incluyen festejos de las tradiciones mexicanas como el día de muertos, expos gastronómicas, ha participado en programas de radio y televisión, así como en medios impresos, “Busco en cada momento, lugar y actividad, poner el nombre de México muy en alto y derribar prejuicios, busco acercar México a los polacos a través de la experiencia de nuestra maravillosa cocina y que se enamoren de nuestro país”.

Al preguntarle sobre la posibilidad de regresar a vivir a México, Isabel no cree que eso suceda, pues se ha habituado por completo a la vida en Polonia, pero por supuesto que entre sus anhelos está el visitar a su familia más seguido y encontrar inspiración para seguir promoviendo la riqueza de nuestra nación a través de nuevos sabores que ofrecer a los europeos y sin dejar de lado que gracias a ella, muchos de los que estamos en Polonia, podemos devolverle la memoria a nuestros paladares y probar aunque sea un pedacito de nuestras vida en México.

El éxito de la cocina mexicana es síntoma de la aceptación que se tiene de nuestra cultura, la que debemos promover en sus muy distintas formas. Isabel se siente orgullosa al ver que los europeos tienen en alta estima a los mexicanos y los consideran personas que aportan cosas muy positivas, que son diametralmente opuestas al sensacionalismo que aunque real, abunda en las noticias. Por lo que ella también hace referencia a las múltiples oportunidades que hay de este lado, para emprender, para promover y para desarrollar cosas relacionadas con México. “Aunque es difícil en un inicio, como todo, oportunidades las hay y muy buenas, yo en mi caso veo un área poco explotada aún en el sector gastronómico, fuera de Varsovia hay mucho por hacer”.

Para finalizar, Isabel nos convoca a la unidad, a no perder jamás la esperanza y hacerla válida a través de nuestras acciones, de poner muy en alto el nombre de México a cada paso, cada acción, “Si los mexicanos seguimos en la dinámica de aportar cosas positivas aquí, abriremos muchas más puertas que beneficien el intercambio que se está dando, de crear lazos fraternales con las naciones del mundo y en este caso con Polonia y que siempre nos digan WELCOME o mejor dicho aquí en Polonia, WITAM”

No me canso de mencionar la satisfacción que me provoca conocer y poder contar estas historias, de sorprenderme una y otra vez, de convencerme de que la única limitación es nuestra propia actitud ante las distintas circunstancias, por qué quien se atrevería a pensar que los mexicanos tan distintos, encajen tan perfecto en cualquier lugar al que se llega con respeto, con humildad, pues el carisma se nos dio y el trabajo duro y comprometido lo legitima en cualquier latitud.

Sin duda alguna Isabel seguirá cautivando con su talento, seguirá haciendo vibrar a cada comensal que pruebe sus platillos, los seguirá enamorando de México, de la mejor manera que se puede enamorar, a través del paladar.

Que tengan un bellísimo fin de semana amigos y amigas y recuerden que México es mucho más que la adversidad y nuestra mejor arma son nuestros verdaderos valores.

Nos vemos cuando nos leamos…