Una joven madre de familia se salvó de ser asesinada por su ahora expareja sentimental y aunque la Policía Municipal de Puebla llegó al domicilio conyugal dejó libre al agresor a pesar de que ya contaba con dos denuncias por violencia familiar en agravio de su pareja y su hijo.

Jaizkibel, de 26 años de edad, compartió un video en redes sociales para denunciar la agresión ocurrida la mañana del 19 de enero de 2023 en la zona norte de la capital poblana.

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Aquel día el acusado de nombre Irving de 27 años e integrante de Antorcha Campesina golpeó al hijo de ambos, un pequeño de seis años de edad y luego el denunciado entró a la habitación de la joven para pedirle unas llaves.

Después de que la mujer le refiriera que ella no tenía nada, el sujeto, presuntamente adicto al alcohol y a las drogas, la agredió física y verbalmente al grado de que estuvo a punto de ahorcarla, pero su hijo logró salir y pedir ayuda a una vecina que iba caminando por la calle.

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“Mi expareja, padre de mi hijo, estuvo a punto de matarme. Él entró a la habitación por la mañana después de haber tenido una discusión porque le pegó a mi hijo, y al pedirme unas llaves que no tengo ni tenía, decidió entrar y empezar a ofenderme. Mi teléfono estaba sobre la cama y lo estrelló por completo, pero después se me fue encima. Me dio de puñetazos, tengo un chichón en la cabeza e incluso sus manos marcadas en el cuello porque me sujetó y ya me estaba ahorcando, yo ya no podía respirar”, narró la mujer.

Aunque policías municipales llegaron al lugar para tomar conocimiento, no aseguraron al atacante, quien se presume, los sobornó pues tendría suficiente dinero e incluso la víctima asevera que los padres de Irving también la han amenazado de muerte.

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Luego de no continuar los procesos legales en contra de quien fuera su pareja sentimental, Jaizkibel regresó con el varón de 27 años, quien le prometió cambiar y no volver a golpearla.

Tras buscar estabilidad para su hijo, la mujer creyó que el sujeto cambiaría, pero la historia se repitió en varias ocasiones más hasta que lo volvió a denunciar. En esa ocasión las amenazas de muerte que recibió la hicieron regresar junto a su golpeador.

El 20 de enero, después de que un día antes la joven sintiera estar entre la vida y la muerte, decidió denunciarlo por tercera ocasión e irse a casa de su familia junto con su hijo y así ponerse a salvo.

Aunque ante los hechos una juez de lo familiar emitió una orden de restricción por 30 días para que el acusado no se acerque a la víctima, Jaizkibel teme que algo pueda ocurrirle a ella o a su familia. En esta ocasión, segura de que Irving no cambiará y de que las consecuencias pudieron ser mayores, solicita apoyo para que el hombre sea detenido y no pueda volver a hacerle daño a ella o a su familia pues asegura que siempre anda armado y es peligroso.

Hizo hincapié en que ahora ella fue la víctima y gracias a la ayuda de su hijo sobrevivió, pero tal vez no hubiera corrido con suerte y ahora serían sus amigas y seres queridos quienes estarían pidiendo justicia por su asesinato e incluso pidió a más mujeres que no se dejen violentar.