Hace nueve años Fernando J. M. fue arrestado por los delitos de usurpación de funciones, cohecho y por tener un vehículo con reporte de robo, sin embargo, ha luchado los últimos años para demostrar su inocencia.  

“Me vincularon con ellos (los detenidos), me ponen como jefe de la banda de Policías Federales extorsionadores y de la santa golpiza todos declararon en mi contra, yo fui el único que se aguantó la golpiza”, narró en entrevista para e-consulta.

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De acuerdo con el testimonio de Fernando, el 6 de agosto de 2013 cuando lo detuvieron, había pedido a tres conocidos que cuidaban coches para que lo auxiliaran porque personas desconocidas pasaron en un Jetta color rojo a fotografiar su automóvil, un Versa gris.

Tenía 15 días que le habían robado las llantas a su Versa y Fernando temía que ahora le quitaran el coche. Aunque en un principio llamó a la policía para reportar que alguien había fotografiado su auto, las autoridades llegaron tarde.

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Después de intentar cuidar su coche, todos se retiraron del lugar, pero en cuestión de minutos Fernando recibió una llamada de parte de un elemento de Policía Municipal, quien le avisaba que había detenido a las personas que cuidaban coches.

“Si los quieres de vuelta son 100 mil pesos”, le dijo el policía. En ese momento, Fernando traía consigo los ahorros de toda su vida, pues estaba decidido a dejar de vivir en una casa rentada y comprar un mejor hogar para su familia.

A sus 35 años en ese entonces, Fernando era enfermero general en el Hospital de San Alejandro en el IMSSS y decidió sacrificar una parte de sus 985 mil pesos para devolver el favor a los señores que le ayudaron a cuidar su Versa gris.

Sin embargo, presuntamente el policía que lo extorsionó le quitó todo el dinero y lo terminó arrestando junto con los demás.

Así, Fernando J., Azael P. V., de 26 años, Fernando F. G., de 31 años y Luis B. R., de 35 fueron acusados por hacerse pasar por presuntos agentes de Policía Federal, además de que viajaban en un vehículo de robo.

En ese momento se decomisó un arma de plástico tipo R-15, una maleta que contenía 9 cartuchos calibre 9 milímetros, binoculares, un sombrero cazador color azul con logotipo de la Policía Federal y un Jetta blanco con reporte de robo.

“Cuando yo solicité la prueba de dactiloscopia hasta de los cartuchos, de todo lo que encontraron, nunca quisieron hacer el dictamen, eso fue la fabricación del delito y lo tengo asentado en cinco amparos directos y una resolución del ministro de la Suprema Corte”, aclaró Fernando en entrevista.

A pesar de que nada de lo que decomisaron le pertenecía a Fernando, el Juez Celestino Martínez Bones lo sentenció con la pena máxima de 8 años por el delito de robo de vehículo y cohecho.

También, otra autoridad que se aprovechó de Fernando fue el exjuez Alejandro León Flores, pues le pidió 460 mil pesos a cambio de dejarlo en libertad.

Fernando experimentó nueve años de tortura

Fernando comentó que le fabricaron otros delitos a raíz de que comenzó a denunciar las arbitrariedades en el sistema penitenciario.

Por ejemplo, después de terminar su primera condena, lo volvieron a detener por extorsión. Pero con el asesoramiento legal y la experiencia obtenida dentro de distintos penales, pudo comprobar su inocencia de este nuevo delito.

Comentó que las instancias que realmente le brindaron apoyo fueron el Instituto Federal de la Defensoría y la Fiscalía General de la República.

Una vez en libertad, después de haber perdido los ahorros de su vida y casi una década de su existencia en distintos centros penitenciarios en Puebla y en Veracruz, Fernando decidió luchar a contracorriente y alzarse contra todas las irregularidades que vivió desde el momento que lo detuvieron.

Pasó por todas las instancias que pudo, la Comisión de los Derechos Humanos de Puebla, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Poder Judicial del Estado, incluso solicitó en marzo de 2022 una audiencia con el gobernador de Puebla debido a que las numerosas carpetas de investigación que inició desde hace nueve años en la Fiscalía de Puebla no han avanzado.

e-consulta tiene en su poder todos los documentos que acreditan lo dicho por el entrevistado. En uno de estos registros, está un dictamen médico expedido en 2021, mientras estaba en el Centro de Reinserción de Tepexi de Rodríguez, en el que se diagnosticó que Fernando tenía síntomas de maltrato psicológico y tortura.

Además, en otro documento expedido este año por el Hospital Psiquiátrico Dr. Rafael Serrano, se determinó que sufría de trastorno bipolar y estrés postraumático.

Los niveles de tortura que experimentó Fernando iniciaron desde que lo golpearon al momento de su detención en 2013 y continuó el maltrato durante casi una década. Como consecuencia, fue trasladado a diferentes penales como el cereso de San Miguel, el centro de reinserción de Tepexi de Rodríguez, el cefereso número 5 de Veracruz y en el Altiplano.

Uno de los tramites más recientes que realizó fue al Poder Judicial en el que solicitó que se le cancelara la ficha signalética y datos antropométricos, así como una reparación del daño moral y material, pero este nueve de noviembre del presente año le respondieron que atender su reclamo no resultaba competente y su petición se dio por archivada.