Las prisas son malas consejeras y el dialogo buen amigo

  • Humberto Fernández de Lara Cajica

En días recientes se publicó la Ley de Educación del Estado de Puebla y ha sido objeto de crítica por parte de oposiciones políticas, académicas y ciudadanas. Se ha leído con detalle la ley en cuestión por diversos perfiles, pero lo sospechoso reluce cuando el proceso legislativo de la ley fue aprobado de forma veloz o como se dice coloquialmente al vapor.

La cortesía política y ciudadana en este tipo de reformas obliga a que el poder público y los Congresos hagan participes a los ciudadanos y especialistas en la materia, con ejercicios que dado la naturaleza de los temas presentados lo amerita para la armonía de la comunidad. En contraste, en ningún momento se hizo una mesa de diálogo, debate, para enriquecer o esclarecer algunos artículos y alcances de la ley.

En ese sentido, la comunidad universitaria, los académicos, entre otros ciudadanos fueron ignorados, y el resultado es la sanción social, amen de la resistencia entendible contra algunos artículos de la ley.

Entre ambigüedades, lagunas e interpretaciones, los legisladores en su mayoría de MORENA defienden a capa y espada los postulados, justificando primero la armonización de la ley local con la federal y, segundo con la intención de democratizar a la educación.

La publicación de la ley poblana ha sido noticia nacional, y discutida en territorio mexicano. Algunos a favor y otros en contra, estos últimos han sido mayoría, incluso hay partidos políticos que afirman presentar acciones de insconstitucionalidad contra la Ley de Educación. ¿El gobierno y los legisladores recordaran a lo largo de la historia lo delicado que es legislar y trabajar en la educación pública? No es casualidad que a lo largo de décadas esta materia base de las sociedades ha sido presa de irresponsabilidad y caprichos políticos en donde la ideología brilla por su ausencia y en los hechos se promueve la calidad, cuando el espíritu del sistema debe ser solidarizar y hacer participe a toda la comunidad sin polarizar o despertar la lucha de clases cual practica oculta del socialismo. 

El diálogo debe ser constante, aunque nos lleve tiempo, porque los ciudadanos, la comunidad universitaria y los académicos tienen derecho a exponer y debatir en foros o mesas de análisis, hacer valer los denominados parlamentos abiertos que dentro de sus objetivos es participar y democratizar los procesos legislativos y desde luego las leyes que impactaran en la vida pública. Esta coyuntura lo exige, pues sí hay vuelta de hoja contra esta ley, que, si bien no señalo la privatización ni el embargo, puedo afirmar que los legisladores atentaron contra la comunidad, pecaron de impaciencia sin profesionalismo.

Pareciera ser que el objetivo de los legisladores de MORENA era apresurar el proceso para evitar debates o puntos de vista, empero habrá que acordarse que así no se construyen las democracias, sin diálogo abierto y sin respeto a otros sectores de la sociedad; sin omitir que también faltaron elementos de la Técnica Legislativa en materia lingüística y jurídica para evitar posibles interpretaciones discrecionales o ambigüedades legales. Espero que también esta coyuntura sirva de modelo de lo que no se debería hacer en otros estados de la república, por lo pronto reconforta que cada día se suman al escalón de la oposición muchas personas e instituciones y es una ley revocable.  

¡Legisladores y responsables de la ley, pudieron evitarse todo este drama actuando con sensatez!

 

humberto_fernandez_de_lara@hotamail.com

 

  

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Humberto Fernández de Lara Cajica

Licenciado en Derecho Ibero Puebla. Maestro en Gobierno y Administración BUAP. Es Notario Público Auxiliar. Presidente de la Fundación Colosio en el Estado de Puebla