Estos parásitos interfieren con especies de bacterias que participan en el metabolismo de la dopamina, que es uno de los principales moduladores en los síntomas de la depresión.
Al ver que el niño tiene dolores, las “abuelitas” suelen decir está “empachado”, por lo que hay quienes optan por aplicar masajes y “tronar la panza” para que suelte lo que tiene pegado