En los años 80 y 90 había juguetes que eran el deseo de muchos niños, quienes no perdían la oportunidad de ponerlos en su carta para Navidad o a los Reyes Magos.
Para vender juguetes, accesorios para dispositivos móviles y otros productos, los comerciantes informales se volvieron a adueñar de las calles 8 y 10 Poniente y 3 Norte, en el Centro Histórico