Durante el desarrollo intrauterino ocurre un marcaje químico del ADN del bebé que lo predispone, en su etapa adulta, a padecer obesidad, alteraciones en lípidos, hipertensión y diabetes tipo 2
La retención de agua, por ejemplo, puede hacer que el espesor y la curvatura de la córnea de su ojo aumenten ligeramente. Es un pequeño cambio, pero podría afectar la forma en que sus anteojos o lentes de contacto corrigen su visión