Ha trascendido a nivel nacional el caso de un profesor de tiempo completo de ARPA-BUAP que grababa con una cámara en sus tenis debajo de la falda de mujeres en la Feria de Puebla el pasado 2 de mayo de 2024. El sábado 4 de mayo fue vinculado a proceso. Pero esto está lejos de resolverse: él es la punta del iceberg.

Lo que diré a continuación lo digo por mi experiencia como docente de servicio social en la Escuela de Artes de la BUAP durante los años 2017 a 2019. En su momento denuncié el hecho.

En la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales (ARPA) de la Universidad Autónoma de Puebla desde hace años los estudiantes viven un infierno. El reciente caso de un profesor grabando debajo de la falda de mujeres en la Feria de Puebla y que ahora está en prisión no es ni remotamente un caso aislado. Por el contrario, se trata de una red de acosadores y violentadores sexuales de estudiantes, hombres y mujeres, que bajo el pretexto de encontrarse en una escuela de artes transgreden permanentemente la dignidad de los estudiantes y las estudiantes.

Una búsqueda breve en Internet le demostrará que los estudiantes llevan años denunciando esta situación y la universidad siempre termina por encubrir a los acosadores. Si ustedes conocen algún estudiante de esta escuela hablen directamente con él porque ya no se puede tapar el sol con un dedo.

Las autoridades universitarias que desgraciadamente protegen a estas personas quieren dar la apariencia de que el reciente escándalo de uno de estos acosadores que tuvo “la mala suerte” de ser sorprendido in fraganti, es un caso aislado. No lo es. En este contubernio participan autoridades, profesores, profesoras, y estudiantes que adquieren privilegios por sumarse a esta red: viajes, permisos, promociones y como podemos ver plazas docentes de tiempo completo en el caso de Miguel E.

Como lo han mostrado las averiguaciones y han destacado los medios, desde integrantes de la planta docente no solo presumiblemente se acosa, sino que el hecho se vuelve lucrativo porque se distribuye en Telegram el contenido grabado.

Es decir, introducen al estudiantado y a la ciudadanía, como hemos visto en su tiempo libre, en una dinámica degradante de normalización de la agresión y el acoso sexual.

La crisis es tan grave que desde los once años de fundación de ARPA —los cumplió hace unos días— la escuela apenas ha producido algunos estudiantes que se han podido titular. Sería un error pensar que todo en la escuela está mal o no hay buenos profesores: ellos también están bajo ataque de las mismas autoridades cómplices de la citada red.

Los medios de desinformación están creando el relato de que el profesor ha sido despedido antes de que se registrara el hecho. Se trata de una red, por lo tanto, este modus operandi ya lo conocemos los universitarios: se crea el relato de que es despedido, pero normalmente no lo hacen. Tenemos casos que detallaremos en una próxima entrega.

El intercambio en Telegram

Compartimos aquí la liga del video más reciente que ha aparecido en las noticias en el que se detalla cómo intercambia las grabaciones que desarrolla el docente en prisión, son distribuidas por Telegram. En el mismo video se detalla que habrá un proceso para separar el profesor de la universidad. Insistimos, siempre nos dicen lo mismo, que se inicia este proceso, pero una vez que la gente olvida la situación el proceso se interrumpe y por eso es que esa red a pesar de las denuncias sigue operando en la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales de la BUAP. Ha trascendido por parte del estudiantado que, mientras se solapa y protege a profesores con nula ética y moral, se ha “depurado” la escuela de profesores de calidad.

Las grandes transformaciones empiezan con estos muy pequeños cambios. Si este texto te ha parecido interesante, por favor comparte.

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