Después de la infección por COVID-19, un 7 por ciento de los pacientes desarrollan el denominado COVID-19 largo, que se caracteriza por presentar fatiga, palpitaciones del corazón y mareos. Recientemente, los Institutos Nacionales de Salud en los Estados Unidos de América han emitido una guía para confrontar y dar a conocer los síntomas de la enfermedad.

Las medidas recomendadas son en primer lugar la de hacer pausas a lo largo de su jornada escolar o laboral para evitar la fatiga. Esto es, se debe trabajar dos a tres horas y tomar un descanso de unos minutos para recuperar la energía. En este período se pueden además hacer técnicas de relajación como es practicar yoga, respirar profundamente o hacer un poco de calistenia.

Se debe tener una dieta variada que incluya frutas, vegetales, granos integrales y aceites monosaturados, la denominada dieta mediterránea. Para estar seguro del tipo de aceite del producto que usted y su familia consumen, cheque la etiqueta en la parte de atrás del producto, para corroborar que sean los indicados, por ejemplo, aceites monosaturados como el aceite de oliva, el de cártamo, girasol o ajonjolí que contienen ácido oleico.

Una tercera medida es hacer ejercicio, preferentemente en aquellos que se hacen en dispositivos fijos como son las bicicletas o en posición semisentada como es equipos para pedalear o en aquello que realizan movimientos. Como cuarto punto es muy importante regularizar su sueño, ya que un 40 por ciento de los pacientes con COVID-19 largo, reportan tener insomnio o no sentirse recuperados por la mañana, esto es, que no se ha descansado. Con base en esto se deben evitar los productos que contienen cafeína como son los refrescos de cola, las bebidas energizantes, o que contienen té o chocolate.

Siguiendo estas medidas se ha observado que muchos pacientes superan los síntomas y mejoran, lo que les permitirá recuperarse y dejar atrás las consecuencias del COVID-19. En caso de persistir los síntomas, acuda a su médico inmediatamente.