Superar visión tecnicista de innovaciones curriculares

  • Tamara Caballero Guichard
Superar esta visión predominante y adoptar enfoques más participativos y holísticos es esencial

La importancia de las innovaciones es plenamente conocida; sin ellas sería difícil avanzar en diversas áreas de conocimiento y enfrentar a las cambiantes condiciones de las sociedades en las que vivimos.  Muchas corrientes y disciplinas como la educativa hacen de la innovación un elemento de tal importancia que lo sitúan como “motor” del proceso de “evolución social”, del “cambio social” o del “desarrollo”.  

Es por lo que la innovación es un tema central de la literatura educativa, y dentro de esta la innovación curricular es un foco importante de discusión desde su dimensión conceptual y práctica, ya que está en medio de reformas y cambios curriculares como los que vivimos actualmente en el país.  

Sin embargo, las innovaciones curriculares no se tratan simplemente de introducir cambios en el plan de estudios, sino que implica una comprensión profunda de los paradigmas curriculares subyacentes y de las diferentes concepciones y prácticas de innovación en las que derivan. Shirley Grundy, por ejemplo, identifica tres racionalidades curriculares: técnica, práctica y crítica.

La racionalidad técnica adopta un enfoque positivista que busca controlar el entorno educativo, mientras que la práctica se centra en la comprensión y mejora del medio a través del consenso y la interacción entre los actores educativos. Por último, la racionalidad crítica busca la emancipación a través del cuestionamiento de las condiciones ideológicas y materiales en las que se encuentra el estudiante. 

En América Latina, las innovaciones curriculares suelen adoptar un enfoque tecnicista, incorporando novedades educativas sin reflexionar sobre sus implicaciones filosóficas, sociológicas y políticas. Esto conlleva a una visión instrumental y tecnológica de la innovación, dejando de lado a actores clave como profesores y alumnos. 

Para avanzar en el campo de la innovación curricular es necesario superar la visión tecnicista predominante y adoptar enfoques más holísticos y participativos en nuestros procesos de reforma y cambio curricular. Esto implica considerar las distintas racionalidades curriculares y fomentar la colaboración entre actores educativos para impulsar cambios significativos y relevantes en el currículum. Solo así podremos aprovechar todo el potencial transformador de la innovación educativa y crear entornos educativos más eficaces y equitativos para todos. 

En resumen, la innovación curricular no solo implica la introducción de cambios en el plan de estudios, sino que también requiere una comprensión profunda teórica y práctica, donde los actores del currículum se hagan presentes. Superar la visión tecnicista predominante y adoptar enfoques más participativos y holísticos es esencial para impulsar cambios significativos en la educación y promover entornos educativos más equitativos y efectivos.

La autora es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla.

 

 

 

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Tamara Caballero Guichard

Licenciada en Procesos Educativos por la Ibero Puebla, Maestra en Educación con Especialidad en Currículum Escolar por la Pontificia Universidad Católica de Chile, y estudiante del Doctorado Interinstitucional en Educación (Ibero Puebla). Dirige la organización Bildung: acompañamiento educativo a lo largo de la vida.