Ifigenia entre sueños en Tehuacán

  • Atilio Peralta Merino
Un galardón de gran significado ofrecido por la vida a la novela de mi autoría en la Feria del Libro

El pasado 15 de noviembre, día de Alberto Magno, Santo Doctor de la Iglesia de Roma, recibí un reconocimiento al presentar la novela de mi autoría Ifigenia entre sueños en la Feria del Libro de Tehuacán, la cual es auspiciada por la Secretaría de Cultura, el Fondo de Cultura Económica y la Universidad Pedagógica Nacional.

Reconocimiento que resulta por demás honroso por más de una consideración, como lo son al efecto las que se refieren a lo largo del presente escrito.

Una feria del libro celebrada en la “Ciudad de las Granadas”, exige irremisiblemente rememorar a Francisco Ruiz de León, el autor del prodigioso poema “Hernandia, triunfos de la fe, y gloria de las armas españolas”, acaso, la máxima expresión de la épica en lengua española durante el siglo XVIII.

Ahora que tanto se discute sobre la reivindicación de la figura de Hernán Cortés, quisiera manifestar que soy partidario de llevarla a cabo, eso sí, sin edulcorar su figura histórica, y señalando, claro está, la instancia que primero debería reivindicarle, que es la que en vida le agravió, o sea, al Corona de Castilla, cuyo causahabiente universal es el reino de España.

Reconocimiento a mi modesta persona que, por lo demás, incrementa su relevancia, dado  el hecho de que las actividades concernientes a la referida feria, se llevan al cabo en el solar del antiguo convento de Nuestra Señora del Carmen, a cuya regla estuvieran sujetos Teresa de Ávila y Juan de Yepes, dos de las plumas cumbres de todos los tiempos en nuestra lengua y en todos los idiomas con los  que El Señor decidió dividir  a los hombres en Babel tras la osadía del Rey Nimrod.

La presentación de la novela de mi autoría, Ifigenia entre sueños, corrió a cargo de la periodista Alejandra Fonseca de amplia trayectoria en Puebla y de Antonio Tenorio Adame, testigo clave en la historia del país durante los últimos al menos sesenta años; la asistencia de un nutrido público de estudiantes, sobre todo mujeres, de la Universidad Pedagógica Nacional me conmovió ampliamente, tanto por el interés mostrado en la exposición,  como por ser integrantes de un gremio al que, hace muy pocos años, se le envistiera por medio de una campaña de odio y desprestigio por cuenta de un grupúsculo que se aprestaba descaradamente a tomar  por asalto el presupuesto de la educación pública de nuestra país.

En Ifigenia entre sueños se aborda la tragedia que sobrevino a las figuras del máximo poder regional en el día de Nochebuena de 2018, que es en la generosa pluma del periodista Fernando Maldonado, “la primera obra seria”, relativa a un episodio que conmoviera la conciencia de la vida pública de la entidad y quizá del país entero, acaso incluso hasta los días que corren.

Tener el privilegio de charlar sobre la Guerra de Troya, el sacrificio de su hija ofrecido a la diosa Artemisa por Agamenón en Áulide para propiciar el avance de las naves del ejército por el Mar Egeo, así como del encumbramiento y desplome del poder del senador que aspiraba en esos momentos al máximo espacio de poder; y llevarlo a cabo en el que habría sido uno de sus más valorados bastiones de influencia, constituye, a no dudarse, un galardón de enorme significado ofrecido por la vida.

En poco más de un mes conmemoraremos cuatro años de aquel terrible acontecimiento, y  a mi modesto parecer, bien vale la pena resguardarlo en nuestra memoria, ya que ello nos permite descifrar en sentido de la realidad presente, tal y como al parecer quedara de manifiesto con el claro interés e incluso, me atrevería a decir que el entusiasmo, mostrado por futuros maestros hacedores de patria en el sentido que lo anhelara hace un siglo José Vasconcelos al  estatuirse la Secretaría de Educación Pública, y con quiénes  tuve el gusto de charlas, e incluso de ser por ellos galardonado, gracias a la invitación recibida a participar en la Feria del Libro de Tehuacán.

albertoperalta1963@gmail.com

 

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava