¿Eduardo Rivera corregirá el rumbo de la cultura en Puebla?

  • Miguel Maldonado
Las políticas públicas que dejaron de marchar bien se deberán rectificar en la próxima gestión

Decía el filósofo de la Roma antigua, Séneca el Joven, aconsejando a los gobernantes del imperio latino, que el mejor impuesto de un gobierno era exactamente el que ya existía. Con esto quería decir que no era necesario crear nuevas formas tributarias como cobrar con eficiencia y orden los impuestos ya establecidos. Este consejo de Séneca era más bien una sentencia con una aplicación mucho más general, es decir para entender que lo más importante en un gobierno radica, más que en hacer cosas nuevas y crear grandes proyectos, en que lo que ya existe funcione y funcione muy bien. En pocas palabras, el mejor gobierno es el que hace con los recursos que tiene el mejor trabajo.

La victoriosa campaña de Eduardo Rivera Pérez se fundó precisamente en este sabio refrán: corregir el rumbo, que las acciones y políticas públicas que dejaron de marchar bien se rectifiquen y vuelvan a funcionar como antes. Hay en esta actitud un sentido de sabiduría y de realidad: sabiduría puesto que recuerda el viejo refrán de Séneca; y realidad dado que la anterior administración echó en los últimos años a perder las cosas que funcionaban bien en el gobierno, en particular en el ámbito de la difusión y promoción cultural. Y no sólo eso, los proyectos nuevos que se intentaron hacer resultaron ser imprácticas como delirantes.

Eduardo Rivera deberá rehacer lo destruido, como en el área de la difusión, por ejemplo. Básicamente reconstruir un programa de difusión cultural para cada una de las juntas auxiliares, con un calendario de actividades por semana, con talleres de arte y eventos artísticos. Involucrar en estas actividades, por su puesto, a los artistas y creadores cerrando así un círculo virtuoso entre artistas poblanos y ciudadanos. Revivir el teatro y las artes escénicas en el Teatro de la Ciudad, involucrando a dramaturgos y actores poblanos para volver a cerrar el círculo, y promover incluso producciones escénicas autosustentables y, por qué no, redituables. Finalmente, retomar la Galería de Arte del Palacio Municipal para difundir las nuevas creaciones de artistas poblanos y para que sea al mismo tiempo un puente con el arte nacional e internacional recurriendo a proyectos que puedan ser sustentables, y que a su vez financien otros proyectos culturales, como lo podría ser una feria del libro digna de nuestra ciudad.

En cuanto a la promoción, habría que replantear la relación con los creadores, con apoyos para impulsar proyectos artísticos personales por un lado y, por otro, impulsar el desarrollo de industrias culturales e impulsar a los creadores a fin de que puedan crecer y desarrollar sus potencialidades.  En el área de patrimonio, Puebla le debe al mundo un Museo de la Ciudad; es increíble que una ciudad de la envergadura de Puebla no tenga un lugar donde se explique a los poblanos en principio, y a los turistas que nos visitan, la historia, las cualidades y milagros y virtudes de nuestra gran ciudad. Pero esto vendría si se cumple primero con el consejo senequista: que, principalmente, funcione bien lo que ya estaba funcionando.

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Miguel Maldonado

Originario de Puebla, Doctor en Teorías de la Cultura, UDLA-Sorbona. Maestro Ciencias Políticas, BUAP - Universidad McGill. Fue Secretario General de la UDLA, Presidente de El Colegio de Puebla. Dirige la revista Unidiversidad y es colaborador de El Heraldo de México.