¡Por Dios compren vacunas!

  • Felipe Sandoval
Los ayuntamientos deben reorientar el presupuesto hacia oxígeno, rehabilitación y vacunas

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Parece que estamos de plácemes porque hemos llegado a 4.2 millones de vacunas aplicadas contra el Covid. Lo triste es que se ha logrado en casi tres meses y en el vecino del norte eso lo hicieron en un día. Esta es la triste realidad de nuestro país y del nivel que tienen nuestras autoridades sanitarias. Mientras avanzamos a 1km por hora, allá van a 80km y aumentando.

La logística y el manejo en muchos estados ha dejado mucho que desear. Puebla empezó por San Andrés Cholula y sufrimos una muy desagradable experiencia con la aplicación de las vacunas. El gobierno federal destinó poco más de 10 mil dosis a mis paisanos sanandreseños, y lo que empezó con gran expectativa, como una gran fiesta y algarabía, propició enojo, aglomeraciones, impotencia y un tremendo caos. Falló la organización, la coordinación y la comunicación. No se pusieron de acuerdo entre la federación, el estado y San Andrés, y el desastroso resultado todos lo vimos.

¿Por qué es tan importante la velocidad con que todos estemos vacunados? ¿Por qué debería preocuparte a ti, a mí, al chavo que está tomando clases encerrado desde hace un año? Porque podremos reiniciar la recuperación económica más rápido y con mayor dinamismo y ya no aguantamos.

Pero con una vacunación tan lenta, desorganizada y sin apoyo de las autoridades a las actividades productivas, estamos metidos en un lío. ¿Qué se debe hacer para salir adelante? 3 acciones:

  1. Los tres órdenes de gobierno deben coordinarse, comunicarse y disponer de la infraestructura a la mano para las próximas jornadas de vacunación.
  2. Invertir para rescatar empleos. Como estado, en Puebla, y como municipio, los ejecutivos tienen la posibilidad de reorientar sus presupuestos. Y con esto apoyar a la señora de la tienda, al empresario del gimnasio, al pensionado que tenía empleo de medio tiempo. San Andrés Cholula debería, por ejemplo, destinar 200 millones al menos para reactivar el empleo.
  3. De manera alterna se deben impulsar políticas públicas de urgencia para contrarrestar los efectos de la pandemia de Covid-19. Como abastecerse de un stock importante de tanques y generadores de oxígeno, crear centros de rehabilitación post-Covid, y obviamente la compra de vacunas.

En general, todos los municipios del país deben reorientar el presupuesto público existente a la adquisición de vacunas, sí, a la adquisición de vacunas. El presidente ya autorizó que lo hagan los gobiernos locales, instituciones e incluso empresas.

Las presidencias municipales deben tomarle la palabra. Mejor que sobren vacunas y no que falten, pues irán apareciendo nuevas cepas y las vacunas seguirán siendo indispensables en el futuro inmediato. Tal vez no para este año porque la producción de 3 mil millones de dosis ya está comprometida para el 2021 a nivel global, pero sí se pueden iniciar pláticas con laboratorios de otros países para comprarlas en el 2022 independientemente de que el gobierno federal diga que nos vacunará a todos los mexicanos.

Los motivos por los que la pandemia corre el riesgo de arreciar y extenderse por mucho tiempo en México, es el lento ritmo de vacunación, el relajamiento de la gente, la aparición de nuevas cepas y la ineptitud de nuestros gobiernos en la administración de la pandemia.

Debemos exigir como ciudadanos a nuestras autoridades locales estas tres acciones y en especial hacer cola en otro país para gestionar la compra de vacunas, ¡las suficientes, las que se necesiten para la gente de nuestros municipios! Esta pandemia va para largo. No nos confiemos. Domar la viruela nos costó 500 años.

 

 

 

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Felipe Sandoval
Ciudadano del mundo, sanandreseño preocupado por lo que pasa a mi alrededor. Comprometido con las causas sociales. Consultor senior con más de 25 años de trayectoria y cantante frustrado