El Maquío 30 años después

  • Humberto Aguilar Coronado
Con la muerte del Maquío, muchas esperanzas de cambio en nuestro país se vieron frustradas

Era un domingo primero de octubre de 1989 cuando de frente, el Maquío encontró la muerte. Nuestro Maquío, Manuel J. Clouthier nunca llegó a la cita que tenía programada.

Habíamos quedado la noche anterior que iba a volar temprano en un avión comercial desde Guadalajara a Mazatlán, en donde yo lo estaría esperando para el cierre de campaña de Humberto Rice, el candidato del Partido Acción Nacional a la alcaldía de ese municipio.

Con una gran esperanza los panistas de Mazatlán también esperaban la visita del que había sido apenas el año anterior el candidato a la Presidencia de la República y quién había logrado, después de pasar varios días en huelga de hambre en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México, arrancarle el compromiso al Gobierno Federal de llevar a cabo una reforma electoral de fondo que garantizara el tránsito a la democracia en nuestro país, partir de la propuesta del Partido Acción Nacional de un compromiso por la legitimidad y la democracia.

Sin embargo, en el último momento del sábado anterior, el decidió volar a Culiacán y el domingo salir por carretera en automóvil.

Después de asistir a misa dominical, a la mitad del camino, un fatal accidente le quitó la vida a él y a Javier Calvo, otro amigo entrañable que en ese entonces era el Jefe del Partido en Sinaloa.

Con la muerte del Maquío, muchas esperanzas de cambio en nuestro país se vieron frustradas, pero al mismo tiempo, su muerte dejó un gran legado democrático para panistas y ciudadanos que se habían decidido a participar en política, después del resultado electoral altamente cuestionado de 1988, en donde el hoy cuestionado Manuel Bartlett fue conocido como el responsable de la “caída” del sistema, que dio como resultado que Carlos Salinas de Gortari fuera el Presidente.

Maquío lucho en contra del Presidencialismo feroz que padecíamos en aquellos tiempos porque estaba convencido de que “un hombre, cuando realmente se precia de serlo, no obedece por miedo o por conveniencia, ni siquiera por amistad o por amor, siempre lo hace por convicción”.

Maquío lucho contra la corrupción porque sabía que, como sistema, todo lo degrada.

Maquío lucho por consolidar la democracia en nuestro país y lograr un cambio democrático de estructuras.

Muchos recuerdan esa famosa frase del Maquío que afirmo que: “Solo está derrotado aquel que ha dejado de luchar”, frase que me inspiró muchas veces a seguir adelante en esa lucha contra el viejo sistema de estado que representaba el PRI.

Al cumplirse 30 años de la partida del Maquío, yo quisiera recordar esa frase visionaria que utilizó también en la campaña presidencial de 1988 y que hoy, ante la situación política, social y económica que vive nuestro país, parece tener la misma fuerza en el contenido: “México va a cambiar, y va a cambiar contigo, va a cambiar contra ti, o va a cambiar a pesar de ti, pero México va a cambiar”.

En lo personal, aprendí mucho de Manuel J. Clouthier. Acompañarlo por todo el país durante su campaña presidencial, me nutrió mucho de conceptos éticos y políticos, porque como lo decía la propaganda electoral, Maquío era un hombre de valor y de valores.

Como yo, se que muchos panistas lo recuerdan con respeto y admiración por su compromiso democrático por cambiar a México sin odio y sin violencia. Ojalá pasemos del recuerdo, al hecho político concreto para el bien de México.

*Poblano, Politólogo y Panista

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Humberto Aguilar Coronado

Politólogo y maestro en Negociación. Miembro del PAN desde 1982. Ha sido diputado local, federal y senador. Fue director de Gobernación en Puebla; director General de Gobierno y subsecretario en la Secretaría de Gobernación federal. Actualmente es diputado federal por el Distrito 10 con cabecera en San Pedro, Cholula.