Claudia Rivera, la oportunidad perdida

  • Israel Velázquez G.
Como candidata a la alcaldía poco tuvo que hacer para allegarse de votos

Claudia Rivera Vivanco es presidenta municipal de Puebla por al arrastre que en las elecciones de 2018 tuvo en todo el país el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador. Eso, no es nuevo; sin embargo, desde el día en que tomó protesta ella debió comenzar a escribir su propia historia.

Como candidata a la alcaldía poco tuvo que hacer para allegarse de votos. Bastó el respaldo que en público y privado le dio López Obrador para que el 1 de julio se alzara de forma casi gratuita con el triunfo en un cargo codiciado y deseado como trampolín para llegar a la gubernatura o al menos ser candidata.

Su abierta simpatía con el morenovallismo la hizo mantenerse al margen de la guerra sucia que este grupo emprendió contra Luis Miguel Barbosa Huerta, candidato de Morena en la elección de 2018, y en la extraordinaria de 2019. Hay, sin embargo, algo que revela el talante de Rivera: a) pudo armar un buen plan de gobierno y sentarse a elegir a quienes la podrían acompañan en su gabinete o b) tirarse a la hamaca a esperar que también la ciudad se gobernara sola.

Lejos de aprovechar que ya tenía el triunfo en la bolsa, se relajó como si siguiera trabajando en el INEGI y la realidad la tomó por sorpresa: la ciudad es por sí misma ingobernable: descuidó flancos como la inseguridad, los ambulantes, los amiguismos, las selectas pero equivocadas relaciones con medios de comunicación, y cedió posiciones a tanto a morenistas de toda la vida como a los recién llegados al partido de, dice, sus amores.

Lo mismo ha tenido diferencias con Gabriel Biestro Medinilla que con Luis Miguel Barbosa y hasta con el hoy apestado José Juan Espinosa. A todos les ha cedido posiciones. Una tensión, oculta pero no menos importante, es la que ha mantenido con el titular de la Secretaría General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, quien lejos de ayudarla a mantener la gobernabilidad de la capital del estado, la ha dejado sola en temas sensibles como el ambulantaje; porque una cosa es cierta: ella sola no podrá controlar jamás a los grupos que se reparten no sólo el Centro Histórico sino la ciudad completa.

Y como sanción social bien puede interpretarse la derrota que Morena y su candidato a la gubernatura tuvieron en la elección extraordinaria, pero…, ¿toda la culpa es de ella? Sí, porque sigue pensando que la ciudad se gobierna sola; no, porque no fue ella quien estuvo en la boleta; pero si ni ese golpeteo puede quitarse de encima, ¿cómo podrá tomar decisiones en el tiempo que le queda como alcaldesa?

El castigo de la elección extraordinaria no la inhabilita, acota a Luis Miguel Barbosa Huerta, quien sabedor de ello, buscará dar posiciones a todas las corrientes de Morena e incluso a quienes, sin estar en la vitrina, lo apoyaron en las dos campañas electorales. Claudia pudo ser una influyente presidenta municipal de Morena, con proyección en los ámbitos local y nacional, pero dilapida un capital político que pudo acrecentar con una gestión eficiente y honesta en la alcaldía; pero en ella, en su administración, la frivolidad se antepone a las responsabilidades que tiene con los ciudadanos y con la construcción de proyectos de largo alcance. Está dejando pasar la oportunidad de ser un activo político de alcance nacional para el presidente Andrés Manuel López Obrador, de cara a las elecciones intermedias, y se convierte cada vez más en alguien que no da soluciones y sí problemas.

Periferia

Miguel Barbosa Huerta, gobernador electo de Puebla, dijo ayer que Rodrigo Osorio Díaz será titular de la Secretaría de Economía y Abelardo Cuéllar Delgado el nuevo titular de la Secretaría del Trabajo. Estos nombramientos, aún no oficiales, se suman al de Verónica Vélez, próxima titular de Comunicación Social. Por cierto, hoy Barbosa comienza una gira de agradecimiento en San Martín Texmelucan, Huejotzingo y San Pedro Cholula.

@IsraelV_mx

israelvelazquez@gmail.com

*Director editorial de www.datamos.com.mx

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Israel Velázquez G.

Periodista de tiempo completo. Trabajó en: Milenio, El Financiero, Correo de Guanajuato, El Popular de Puebla y AZ de Xalapa. Autor de la columna Acantilado, siempre cerca del lector que toma decisiones