La dirección <<históricamente correcta>> del reclamo a Felipe VI, del Presidente AMLO

  • Samuel Tovar Ruiz
En general los mexicanos hemos sufrido el “saqueo indiscriminado”

El reciente pedimento del Presidente Andrés Manuel López obrador al rey de España Felipe VI y al para Francisco, apenas es mínimo, es decir, es casi pedir nada, en el sentido de que el primero pida disculpas a los pueblos originarios de México, sobre todo porque estos últimos sufrieron la reducción de su condición humana a una “cruenta” esclavitud que injustamente les fue impuesta, con lo que igualmente se dio paso a una “intervención colonialista” de exterminio (por supuesto nunca denunciada, salvo honrosas excepciones, por el clero oficial de aquella época), a manos de los conquistadores españoles del siglo XVI. Más aun, los pueblos originarios, sufrieron y en general los mexicanos hemos sufrido el “saqueo indiscriminado” de nuestras extraordinarias y abundantes riquezas minerales, forestales y en general económicas, pues explotaron, sin duda, también, nuestra histórica fuerza de trabajo.  No olvidamos que el país intervencionista de esa época ya transitaba silenciosa pero además cruentamente desde el régimen feudal  al régimen capitalista, por lo que nuestros <<pueblos originarios>> fueron, además del pueblo trabajador español,  una más de sus “víctimas”.   Tal victimización por su profundidad y extensión, bien  podría llamarse con toda justeza la “acumulación originaria” fundante  del capitalismo Ibérico.  Y en ese sentido, como otros capitalismos europeos, con toda crudeza y crueldad despiadadamente procedieron contra sus víctimas, en el caso nuestro, contra nuestros antepasados: los Pueblos originarios, cuya memoria viva no sólo no es anecdótica, ni mucho menos anacrónica, como pretende la “ligereza”  inconsecuente de algunos historiadores precipitados, sino aún, ahí, está viva, y con gran fuerza.  No de gratis el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha dado clara cuenta de ello. Y no sólo eso, ha reivindicado y desarrollado los principios de su extraordinaria cultura.

Dos actuales y extraordinarios historiadores nacionales,  Fernando Benítez y Miguel León Portilla, haciendo eco, por supuesto, de las sabias y profundas crónicas de historiadores clásicos, de gran relieve, como Bernal Díaz del Castillo, Fray Bernardino de Sahagún, etc., estos últimos bien podrían tenerse por  investigadores participantes, pues incluso, fueron testigos presenciales de calidad de los cruentos hechos de la conquista de la Nueva España.  Autores, lo primeros,  de dos  influyentes libros: Los Indios de México (Benítez) y la Visón de los vencidos (León Portilla), han mostrado con creces los excesos y el trato despiadado contra nuestros <<Pueblos Originarios>> de manos de quienes los redujeron a la esclavitud.  También describen la verdadera función de las llamadas “encomiendas”, que siendo originalmente concebidas para realizar una “labor evangelizadora” en favor de los Indios de México, no tardaron, empero, ya en el mismísimo siglo XVI, en desatar una “verdadera pesquisa” en contra de estos, reduciéndoles  en dramáticos y relativamente tempranos “campos de concentración” que en lugar de desarrollar la labor evangelizadora, lo que desarrollaron fue el “trato inhumano”, el “trabajo esclavo”, la “cruenta explotación del hombre por el hombre”, victimizando a los <<Indios de México>>, a quienes indiscriminadamente trocaron desde su condición de hombres libres a “hombres sin libertad”, “reducidos a la esclavitud”.  He aquí el origen del <<profundo reclamo>> de nuestro presidente AMLO.  La justeza del reclamo, todavía es más legítima, si tomamos en cuenta que hoy en el mundo por doquier hay un <<resurgimiento>>  de los pueblos originarios.  Pueblos que no hace mucho se daban por “muertos”, “por extintos”, hoy es el día que están de regreso, reivindicando sus derechos originarios por todas partes.  Esto pasa en Canadá, en EE: UU:, en Bolivia incluso en Argentina. Incluso en la misma Europa. Aquí no hay nada de inusitado. Se trata de una victimización que debiera ser resarcida.  Por eso decimos que lo que exige nuestro presidente al rey Felipe VI, es relativamente poco, casi nada.  Todo esto, si tomamos en cuenta, como ya lo puso de manifiesto, apenas hoy,  El Monero Hernández, (véase su “cartón de agravios” mexicanos (pág. 7, Política, la Jornada).  En efecto, los beneficiarios del capitalismo español actual, no el pueblo hispánico /también/ víctima suya/, nos siguen saqueando  a través de “altísimas comisiones bancarias”, inconcebibles en España,  en favor de BBVA, SANTANDER, y en contra de sus clientes mexicanos; también repárese en las cuantiosas e ilegales ganancias de REPSOL, IBRDROLA, y OHL.  Sólo por poner unos cuantos ejemplos actuales que curiosamente, y dicho sea de paso, permiten la trabajosa y difícil recuperación económica que no alcanza aun para sacar de su actual crisis al conjunto de la economía española. ¿Sera  por esto,  que el actual virrey “financierista” que dirige la ABM (Asociación de Banqueros ¿mexicanos? ¡!...) Niño de Rivera, ha dicho que esas “ganancias de la banca” no son negociables (¡super sic!).  Todo esto nos orilla a pensar que el “colonialismo” no sólo español sino global, no sólo no formalmente se ha ido, sino ni mucho menos materialmente,  su “pesada loseta” ¡la seguimos cargando!.  Los últimos “virreyes” neoliberales que hemos padecido son clara y contundente muestra de que “tal colonialismo” ahí ésta, “chingando” de diversos modos a los pueblos originarios y a nosotros todos.

Hoy vivimos días de indeminización a víctimas. El ejercicio del Presidente de México no debe asustar a nadie, mucho menos a los historiadores, si realmente los son, se debe profundizar y tomar conciencia que exigir una indemnización por lo menos en favor de los Pueblos Originarios, que les resarza un poco todo lo que han perdido, todo el agravio recibido por siglos, es apenas algo mínimamente justo.  El reclamo debiera elevarse incluso a favor del Pueblo Español quien debe recibir <<disculpas reales >> por “haber consentido” la Corona española más de cuatro décadas de “Franquismo tiránico” tiempo en que fue sepultada la naciente democracia española.   Ese histórico insulto <<a la inteligencia>> del Pueblo español no debe ser olvidado.  La actual <<construcción de la democracia a profundidad>> es el actual coágulo común que une a los Pueblos originarios de España y México y he ahí el punto de partida para un dialogo fraterno entre los dos pueblos. Por supuesto el escritor Arturo Pérez Reverte debiera detenerse un poco en la lectura ilustradísima de la <<Cuestión social>> del escritor francés  ROSENVALLON.  Su “bufona” respuesta aparecida en la Jornada (pág 4 del día martes 26 de marzo del 2014) parece ser sólo un “impulso ciego” de sus anfíbicas “zonas hepáticas” que ya bloquean su posibilidad neuronal. ¡El debate puede ponerse bueno!

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