Un equipo de investigadores brasileños de la Universidad de Campiñas reportó en la revista Scientific Reports (reportes Científicos) que el triclosán, un componente antibacteriano, que se encuentra en jabones, desodorantes y en pasta de dientes, así como en otros productos de higiene personal, tiene efectos también sobre el parásito de la malaria (Plasmodium vivax y falciparum). De hecho bloquea dos fases importantes del parásito en los infectados la fase que desarrolla en el hígado y la de los glóbulos rojos bloqueando genes fundamentales. En el caso de los infectados con el Plasmodium vivax un 10% no responde al tratamiento y muchos tienen efectos colaterales debidos a las drogas para tratarlos.

En base a esto, se puede usar al triclosán como una molécula base para desarrollar nuevos tratamientos contra la malaria, una enfermedad que mata a medio millón de personas la mayoría de ellos niños en África subsahariana. El desarrollo de nuevas drogas que actúen en el parásito es fundamental para salvar muchas vidas.

La investigadora Elizabeth Bisland del Instituto de Biología de la Universidad de Campiñas ha establecido que un paso clave para que se dé la infección en la fase del hígado es la proteína FAS-II, la cual se requiere para poder infectarlo. La Dra. Bisland y su equipo han desarrollado una metodología para que la proteína FAS-II sea funcional en levaduras y de esta forma estudiar la interacción entre las drogas anti paludismo y los genes vitales para el parásito como FAS-II. De esta forma se podrán tener pronto nuevos medicamentos. Un aspecto importante es que ya usan las levaduras para estudiar proteínas fundamentales para la enfermedad de Chagas o para la esquitosomiasis, otras enfermedades parasitarias frecuentes en climas tropicales. Esta es una muestra del valor de la investigación científica básica para buscar nuevos tratamientos para enfermedades parasitarias.