Esta semana se llevó a cabo un Taller sobre cómo opera el área urogenital y sus patologías con investigadores nacionales y del extranjero, el cual apoyado por las mejores sociedades científicas de esta área médica. La Dra. Yolanda Cruz, una destacada investigadora de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, ha sido el motor de un grupo de colegas para que esta institución nos convoque a reunirnos a compartir conocimientos sobre cómo se logra el control durante la micción, la defecación, la actividad sexual, así como el embarazo y el parto.

Este año quiero destacar la plática de la Dra. Margot Damasser de Cleveland, Ohio, en los Estados Unidos de América que nos mostró los resultados experimentales con un ratón que carece de la proteína elastina, los cuales muestran prolapso de la vejiga, del útero o del recto. Desgraciadamente algunas personas no tienen tanta elasticidad en esta proteína y también se pierde con la edad. Es por esto que los prolapsos son más frecuentes en pacientes después de la menopausia. Por lo tanto el prolapso es una complicación frecuente en mujeres con muchos partos o mayores de 50 años, y no como se ha atribuido al trabajo de parto, a las contracciones uterinas y la distensión del área para poder dar paso al bebé durante el nacimiento.

Sin embargo, los datos de la Dra. Damasser muestran que esta proteína elastina es clave, ya que actúa como una liga en la base del abdomen soportando los intestinos y el aparato urogenital. Estos factores deben ser considerados antes de indicar una cesárea, que ya es muy común en la práctica médica supuestamente porque es una mejor opción para las futuras madres. La investigación que se hace en animales es vital para la toma de decisiones en la medicina a través de la medicina traslacional que implica llevar estos nuevos conocimientos en beneficio de los pacientes, porque debemos tener el mejor tratamiento disponible siempre.