Economizar el amor

  • María Teresa Galicia Cordero
La relevancia de la maternidad y la paternidad en la formación de los individuos. Diversos países.

Acabo de escuchar a un economista hablar sobre  la sociedad capitalista, que  ha ido cambiando los valores primordiales de los seres humanos, a medida que  se instala más en la sociedad el valor del dinero y con él la sobrevaloración de lo material.

Cuestionaba a la sociedad en general, refiriéndose al permiso  de maternidad que se otorga a las madres trabajadoras cuando van a tener un hijo. Esta incapacidad por maternidad en México, de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social, corresponde a seis semanas antes del parto y  seis semanas después para las madres;  de manera reciente se ha legislado para que  los padres disfruten de cinco  días de licencia cuando nacen sus hijos.

Cada país ha legislado de manera diferenciada  como derecho laboral, los permisos para estar con sus hijos cuando nacen. Los países nórdicos (Finlandia. Islandia, Dinamarca. Suecia y Noruega) son los que dentro de su política social, dan un lugar especial a la crianza de sus hijos en los primeros meses de su nacimiento. Los permisos más largos de maternidad y paternidad son los de Suecia con 480 días (16 meses) compartidos entre padre y madre percibiendo el ochenta por ciento de su salario hasta los 390 días.

Aquí en Alemania, las licencias para la mujer son seis semanas antes del parto y ocho semanas después (Mutterschutz) con un sueldo neto del cien por ciento. A  su término, empieza el permiso parental (Elternzeit) que puede durar tres años continuos o en periodos discontinuos hasta que el niño cumpla los ocho años, en los cuales 12 meses son pagados para la mamá,  con un máximo de 1800 euros al mes y para el padre  dos meses en promedio. En Islandia se cuentan con  los mismos derechos en los permisos de maternidad y paternidad, y en Austria se otorgan  más días para los padres que para las madres.

En Latinoamérica,  Chile y Cuba destacan por proporcionar 156 días con el cien por ciento de salario. La licencia que otorga México, está a la par con Paraguay, Ecuador, Uruguay, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

Destaca por su ausencia en Estados Unidos, porque en sus  políticas sociales no existen este tipo de incapacidades, dado  que  ofrece 12 semanas de permiso de maternidad  sin ninguna remuneración. Estas doce semanas las puede combinar el papá y la  mamá, pero no se extiende más allá de la semana 12. Muchos padres utilizan los días de vacaciones para contar con su pago. Tal vez por eso, muchas mujeres migrantes son niñeras en  ese país.

La importancia de estas licencias por incapacidad tiene que ver y mucho con el desarrollo cognitivo y emocional de los niños en su primera etapa de vida. En el primer año se desarrolla lo que se denomina clave social, en donde el acompañamiento de los padres es fundamental dentro de la experiencia social, cimiento para su  desarrollo físico, lingüístico, cognitivo y emocional.

Todo lo que viva el niño en su primer año de vida conformará el futuro del niño, separarlo tan pequeño de sus padres, especialmente de su mamá, no fomentará el desarrollo físico, intelectual y  moral para que sea feliz, seguro de sí mismo, equilibrado y sano.

Crecer en un ambiente con un fuerte vínculo familiar estimulará una infancia idónea para los ciudadanos que requiere nuestra sociedad, de la que mucho se habla en los discursos, pero poco se hace para formarla. Sentirse amado y protegido le permitirá desarrollar las habilidades y capacidades necesarias para ir creciendo y formarse integralmente.

Economizar  amor no nos conduce a ningún lado, en un sistema económico-social donde se da poca atención al ser humano, a sus valores y sentimientos. Muchas veces, el sentido del amor se trastoca dándole solamente un sentido material, hasta se ha vuelto costumbre  decir  que la crianza de los niños implica más calidad que cantidad,  cuando no se está el tiempo suficiente con ellos.  Pienso que no es así, mientras más se realicen actos de amor en las interacciones de lo  cotidiano, mejor será su crianza y su vida futura.

Trabajar, trabajar y trabajar para obtener más ingresos, invertir más en máquinas y en tecnología que en los seres humanos que trabajan, obtener “utilidades” con horarios de trabajo inhumanos, no otorgar vacaciones o reducir las incapacidades por maternidad o paternidad  entre algunas acciones, no abonan en la construcción de una ciudadanía más sana, equilibrada  y feliz.

Pensemos por ejemplo, cuánto cuestan al Estado cada reo interno en un centro penitenciario y cuánto cuesta educar y atender a un niño en cada país.

Una política social que atienda realmente a nuestros niños, a sus padres y familias  es algo que requiere repensarse de manera profunda porque hasta ahora, no he escuchado a ningún candidato  tocar el tema. No podemos seguir economizando el amor cuando la delincuencia, la inseguridad, la carencia de valores se manifiesta de manera creciente. Pensar en nuestra niñez  es una inversión a futuro con riesgo cero. ¿Vale la pena seguir economizando en ella?  

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María Teresa Galicia Cordero

Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.