En el marco del día internacional de la mujer cabe la pena señalar que existe una discriminación notable en los estudios médicos sobre las acciones de fármacos ya que la mayoría de estudios solo se estudian en hombres adultos para establecer la dosificación, esto es cuánto y cada qué tiempo se debe administrar una droga.

En este mismo sentido, un estudio reciente del Dr. Jefrey Bazarian de la Universidad de Rochester en los Estados Unidos de América, ha mostrado que las niñas que muestran un cuadro de concusión después de un golpe severo muestran una sintomatología más intensa que se caracteriza por dolores de cabeza, mareos, confusión, pérdida de la memoria, irritabilidad y una alta sensibilidad a la luz o los ruidos y las niñas además tardan más en recuperarse.

En experimentos en ratas de laboratorio se ha mostrado que la mielina, el aislante natural de los nervios, es más delgado en las hembras que en los machos. De hecho, ante una lesión al nervio, el daño a la mielina es mayor y se acompaña de inflamación más intensa. Al realizar estudios de resonancia magnética funcional el Dr. Douglas Smith de la Universidad de Pensilvania ha podido mostrar que ante una concusión las niñas muestran mayores cambios en la sustancia blanca, que está formada por axones, que los niños. Estos hallazgos implican que se deben establecer nuevos tratamientos en base al sexo de quien sufrió un trauma en la cabeza. Adicionalmente, se está buscando una prueba en la sangre midiendo sustancias específicas de los axones que permitan dar un seguimiento después de un golpe en la cabeza. El tratamiento deberá ser entonces diferente entre hombre y mujeres, lo que debe ser una regla en todo medicamento que se prescribe. Una necesidad urgente para una medicina del siglo XXI.