Actor político relevante

  • Atilio Peralta Merino
El salto cuántico de los Wilkie en sus entrevistas a Porfirio Muñoz Ledo.

La investigación social en general y la historiografía de manera particular, cuenta en México con pocos trabajos formulados a través de la entrevista, pero de una enorme significación.

El pasado 22 de febrero, aniversario de la muerte del presidente Madero, el embajador Muñoz Ledo, comenzaría su disertación en la en la librería del Centro Cultural Universitario de Puebla, aludiendo al célebre trabajo del antropólogo norteamericano Oscar Lewis: “Los Hijos de Sánchez”.

En lo particular me hubiera parecido interesante su opinión respecto a las entrevistas realizados por Luis Calderón Vega a los integrantes del denominado grupo de “los siete sabios de México”, reflexión que hubiera resultado interesante propiciar, y que seguramente, de haberse concretado, hubiese podido significar una aportación monumental a la reflexión sobre la vida pública del país, dado  el sujeto que la hubiese expresado, en este caso el propio Porfirio Muñoz Ledo, por los sujetos objeto de las referidas entrevistas, y ni qué decir por lo que respecta al carácter y  condición de padre del ex presidente Calderón del entrevistador.

Un andamiaje de tal índole se observa en la obra motivo de la presentación en Puebla de Muñoz Ledo, puntualmente, por lo que respecta a personajes y acontecimientos relacionados entre sí.

Los autores, James Wilkie y Edna Monzón de Wilkie, realizaron en el pasado un monumental trabajo de investigación histórica y política sobre México a partir de una serie formidable de entrevistas, curiosamente a algunos de los personajes centrales del referido trabajo de Calderón Vega como en la ocasión fueron Vicente Lombardo Toledano y Manuel Gómez Morín; e incluso, a individuos cuya actuación en la vida pública se remonta en el tiempo a atapas previas a los que aquellos les tocara enfrentar como sería el caso del presidente Emilio Portes Gil y el legendario líder de la “liga para la defensa de la libertad religiosa”, Miguel Palomar Vizcarra.

En los días que corren, los célebres entrevistadores de la “Universidad de California” editan un nuevo trabajo de entrevistas, en esta ocasión el entrevistado es Porfirio Muñoz Ledo quién abarcando una etapa que va del año de su nacimiento, 1933, al señero año de 1988.

No pocos asistentes al simposio en cuestión insistieron en la necesidad de completar la historia hasta los días que corren, en lo personal, pensar en el trabajo del matrimonio Wilikie hurgando en personalidades tan enraizadas en la conformación de las instituciones políticas del siglo XX, y relacionarlas con Porfirio Muñoz Ledo, en no poca medida autor de las transformaciones que dejaron atrás a las referidas instituciones incluso hasta llegar al  momento actual me representa una especie de “salto cuántico” imaginario.

No dejó de sorprenderme y conmoverme, que al platicar sobre la etapa de niñez en la “privada de Xola”, recordase un vecindario en el que figurarían mis abuelos, los Muñoz Ledo y los Breeskin, en un momento en que don Elías era el primer violín de la sinfónica nacional creada pocos años atrás a iniciativa del maestro Carlos Chávez, y cuando, según rememoraba mi abuelo, su afición al juego le llevaría a pasar una temporada en prisión breve pero con amplia resonancia en la época.

Recordaría a mis tíos: Augusto y Servando, teniendo presente, para mi particular sorpresa, el fallecimiento del primero hace poco más de un año, y al segundo como primo de mi madre que vivía con la familia, hijo de un abogado que sirvió durante años en el jurídico de la presidencia de la República y que serviría de inspiración para uno de los personajes del relato de Rafael Bernal: “El Complot Mongol”.

Tal y como puede apreciarse, resultó, al menos para mí en lo personal, más enriquecedor, hurgar en la introspección de un entrevistado que en la proyección hasta nuestros días del trabajo de investigadores que se remontan en sus trabajos a los días previos al conflicto cristero.

Entrevistado que, por los pares que habrían sido objeto de indagatorias similares por parte de los autores, nos conduce a las profundidades más recónditas de la historia política de México; aun cuando, por supuesto, no ignoro que la introspección resulta asimismo en otro “salto cuántico” acaso mucho más abrupto, aun cuando, al menos para el que “prosa estos versos” como dijera el poeta Cesar Vallejo no menos interesante.

albertoperalta1963@gmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava