La pretendida candidatura de Miguel Ángel Mancera era inviable. Como vimos en la entrega anterior, los datos de las encuestas no lo avalaban al quedar en 32% de aprobación y con 8 de cada 10 que no votarían por él como presidente. No resultó la maniobra de último momento, tratando de que fuese un método abierto. Hay que reconocer que el argumento de Ricardo Anaya era de peso: ‘Hay que blindarnos para evitar intromisiones de otros partidos y de Los Pinos’. Se había pactado que el PAN llevaría mano en la candidatura presidencial y el PRD en la CdMx y otras entidades. Para MC, sin duda Jalisco es la posición más preciada, así como Nuevo León para constituir una bancada completa. Por ese camino, tampoco tenían futuro los planes del Jefe de Gobierno. Cualquier modificación implicaba dejar en vilo todo lo acordado. Por eso la reacción de Dante Delgado, cuyas palabras confirmaron que Mancera estaba liquidado…

La ironía de Miguel Ángel y el desistimiento de Juan Zepeda, sólo reforzó la percepción. Zepeda afirmó que iba por el Senado y que se mantenía en el proyecto Edomex, lo que en pocas palabras significa que buscará la gubernatura, teniendo en mente la grave crisis de inseguridad mexiquense…

“Mecánica de una triple negociación…”

¿Desatino? ¿Desesperación? ¿Mal cálculo? Nada de eso. Como lo abordamos, fue una negociación. Mancera, reprobado ante la opinión pública y a Rafael Moreno Valle no le daban los números para ganar en una interna panista. No se puede hablar de ‘imposición’, sino de que Anaya simplemente ‘imperó’, que no es lo mismo…

Anaya logró su cometido: la candidatura presidencial para el PAN (para él) y la consolidación de la alianza ‘Por México al Frente’. Dante aseguró Jalisco y un buen número de candidaturas. Mancera logró colocar a uno de los suyos al mando del PRD y aumentó el número de candidaturas. ¿Y el futuro personal? ¿Campaña presidencial, Gabinete, Fiscalía o Senado? Aunque haya dicho que no buscaba nada. Así se estila…

“Una triple lectura de un mismo hecho…”

A Mancera, la maniobra le dio para una negociación. No sin que le hiciesen ver que casi es el símil de EPN en la Capital y que su verdadera prioridad es resolver el desafío de MORENA. A Rafael Moreno Valle, de nuevo no le alcanza. Anaya aguantó la doble andanada, adentro y afuera de su Partido. Con todo y que era el máximo dirigente, zavalistas y morenovallistas le dieron sus buenas repasadas. Externamente, arreció la tormenta mediática, orquestada desde Los Pinos, así como las críticas de AMLO al Frente y es lógico que Anaya traiga ganas de un ‘cobro de facturas’. El jueves tocó el turno a Rafael y el viernes, a Miguel Ángel…

Tres versiones: La de los críticos de Rafael, integrada gente a la que le hizo o no le dio algo, que interpretan la reunión con Anaya como la derrota total del poblano. Dicho en pocas palabras: el CEN designará a todos los candidatos y los morenovallistas ya ‘chuparon Faros’, empezando por Martha Erika. Otra es la orquestada por la Vieja Guardia del PRI, que anticipan una ruptura entre ambos y la eventual traición de Moreno Valle en favor de José Antonio Meade y del PRI en Puebla. Para ello, mandan el mensaje de que el candidato priísta debe ser alguien a tono con esa alianza de poderes fácticos. La tercera, viene del panismo tradicional, que parte del poder efectivo del exgobernador y la necesidad de formar una especie de alianza que enfrente al eje de poderes fácticos de Rafael. En tal caso, habría que oponer un candidato a gobernador que unifique a las distintas fuerzas opuestas al ‘Jefe Máximo’…

“La lógica de una doble ruptura…”

Anaya tiene dos asuntos complicados en lo particular: CdMx y Puebla. Un principio de doble ruptura. Mancera pareciera estar neutralizado porque está en riesgo de perder ante MORENA. El manejo de la red electoral panista el ‘Día D’, podría abandonarlo de percibirse alguna señal de traición en favor de Meade. Mikel Arriola la tiene difícil y primero debe mostrar ‘músculo’, antes de pensar en que Mancera pacte con él. Un caso extremo sería que de plano Miguel Ángel pacte con AMLO, algo improbable en este momento…

Ricardo no puede darse el lujo de una doble ruptura, ni siquiera una sola. Se radicaliza al principio, para luego llegar a un acuerdo. Un poco como lo hizo Mancera, que se le lanzó a la yugular y luego se atemperó. Lo más lógico en Puebla es un pacto final sobre las candidaturas, aunque el riesgo de fractura sigue vigente. Sólo en caso extremo, se procedería a arrebatarle el control total…

La interpretación del PRI, en parte es válida y en parte es un disparate. Presionan con un acuerdo RMV-Meade y la inminente candidatura de Eduardo Rivera, ordenada desde el CEN (mensaje: ‘Apoya a Meade porque Anaya te va a quitar todo’). Claro que es posible un acuerdo de Moreno Valle con Meade para acabar con Anaya. ¿Pero por qué entregaría el control de Puebla? En todo caso, apoyar a Meade a cambio de su hegemonía local…

“La doble alianza que se avecina…”

La interpretación del panismo tradicional me parece más acertada, sobre todo la que presenta Humberto Aguilar, ‘El Tigre’. En la imagen, se aboca a respaldar a Anaya, en el contexto del éxito de ‘Por México al Frente’, aglutina grupos y reitera la presencia del panismo libre. En lo inmediato, capitalizó muy bien lo ocurrido. En el fondo, el círculo de Anaya anticipa la formación de un ‘Frente’ local por parte de Rafael, con tal de sacar adelante la candidatura de Martha Erika, lo que contradice a las otras dos versiones que dan por liquidado el tema. Esto es: ‘Presidencia, Meade. Gubernatura, Martha Erika. Alcaldía de Puebla, Chedraui…

Es lógico. De ser así, el panismo tradicional considera la necesidad de una estrategia similar que salga al quite, bajo la misma lógica: Presidencia-Gubernatura-Alcaldía capitalina. Es decir: Anaya, ‘El Tigre’ (o Eduardo Rivera) y Enrique Cárdenas o Anaya, Enrique Cárdenas y ‘El tigre’ (o Eduardo Rivera). De aquí se podría pensar en otras combinaciones. Derbez sería un magnífico candidato para gobernador o alcalde, pero se debe incluir un perfil más ciudadano. Aunque Derbez se encuentra a medio camino, Enrique Cárdenas sería pieza clave en esa doble alianza: partidista y ciudadana. Asimismo, estarían en juego el resto de las candidaturas, cinco de las  cuales ya están comprometidas en lo nacional…

Los movimientos del ‘Tigre’ son inequívocos: se avecina una negociación delicada y tensa, pero necesaria e impostergable. Pongo al Humberto en papel destacado por su cercanía con Anaya…

“Entre dos extremos…”

Pasada la euforia del ‘destape’-‘dedazo’ de José Antonio Meade, las encuestas han sido un balde de agua fría para Los Pinos. Meade creció pero sigue en tercer lugar. Anaya y el PAN son los que más han crecido, mientras AMLO se sostiene en primer lugar. No cabe duda que la mala imagen tanto del EPN como del PRI, están pesando en Meade. Como vimos en la entrega del jueves, de llegar así hacia finales de febrero, estará liquidado y eso es lo que teme EPN…

Por lo pronto, Anaya tiende a pegársele a AMLO, que ha dicho que le ‘van a echar montón’. Su apreciación da en el blanco. Quieren impedir su eventual triunfo y quizá estén dispuestos a pactar, el tercer lugar apoyando al otro. Sobre la marcha, decidirían si uno declinará en favor del otro o si lo harán informalmente, a través de poderes fácticos…

El peor escenario para el Presidente y su Partido, es que Ricardo Anaya logre empatar con AMLO, desfonde al PRI con un éxodo hacia el PAN o el PRD, y ya no necesite pactar con Los Pinos. Las señales que mandan Damián Zepeda y Marcelo Torres, van en el sentido de que preparan el escenario para impulsar a Anaya, con el objetivo de empatar la elección, y para ‘El Tigre’ en Puebla…

Obviamente, la idea de un empate también preocupa a AMLO y lo hecho por Pedro Pablo de Antuñano, ex asesor de Monreal, cimbró al círculo de confianza del tabasqueño. Dijo que va por la CdMx como independiente y acusó a AMLO, Esteban Moctezuma y a Korrodi, de ser parte de la verdadera ‘mafia del poder’. No cabe duda que la sucesión presidencial de 2018 será muy competida y estamos presenciando el surgimiento del primer gobierno de coalición en México…

Ricardo Anaya trae ganas de ‘cobrar facturas’. Basta ver lo que dijo en su arranque de campaña. Sostuvo que ahora sí se logrará el cambio que ni Fox ni Calderón pudieron hacer. Me parece que eso tiene un carácter fundacional. O mejor dicho: apunta a refundar al PAN…

Hasta entonces…

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