Los profesores deben tener voz propia

  • Luis Hernández Montalvo

“La mundialización se hace por la vía de la competencia (por eso es violenta) y no por la vía de la solidaridad y de la interdependencia de todos con todos y con la naturaleza. El mercado está destruyendo las culturas débiles y las diferencias culturales, volviendo todo homogéneo. La gloria de los vendedores de hamburguesas es haber creado la súper hamburguesa que es igual en Río, en Nueva York, en Tokio, en Beijing, en Madrid o en Moscú. La globalización transforma todo en una inmensa hamburguesa, los hoteles, el vestuario, las películas, los vídeos, la música, los programas de televisión, los estilos de consumo y de vida. (Leonardo Boff; La voz del arco iris, Trotta, pag. 159) ”

Los profesores de todo el país están absortos frente a la imposición de las reformas a los Artículos 3º y 73o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y por ahora; tienen un serio problema de real representación de sus intereses gremiales y fundamentales derechos humanos como el derecho a un trabajo estable y a las garantías  fundamentales consagrados en la Constitución de la República de 1917.

Los trabajadores de la educación no tienen líderes sindicales genuinos que los articulen en un verdadero frente amplio en defensa de sus intereses comunes; que los unan como una sola fuerza laboral en la defensa de su materia de trabajo. Tampoco cuentan con una voz en el parlamento y en el Congreso de la Unión no hay partido político que pueda representarlos en la defensa de sus derechos y el de los niños a tener maestros formados para garantizar una educación más eficaz para enfrentar las nuevos retos de la sociedad y a los que se enfrentarán en el cambiante mundo laboral.

Vivimos tiempos difíciles para la vigencia de la profesión docente y por lo tanto; los hombres y mujeres que se dedican a la docencia, deben construir una nueva moral y un nuevo comportamiento ético, primero como gremio para buscar la solidaridad, construir los acuerdos y llamar a todo el pueblo de México para caminar juntos una nueva era de solidaridad y cooperación.

En el intento, se debe debatir todas las formas de sindicalismo; los distintos intentos por transformar los viejos moldes de organización gremial impuestos por el gobierno en 1943. El viejo corporativismo sindical, aparte de caduco, es ya inútil para representar a los intereses profesionales de los trabajadores.

Ya recibí una invitación de un grupo sindical en Puebla para discutir un plan de acción sindical que se oponga a la evaluación docente y a evitar el inicio del nuevo ciclo escolar, tal vez no asista, pero quiero externar mí opinión. Hace  unos años decidí dejar de participar en organizaciones donde impera la intolerancia sobre todo, cuando no se piensa y actúa como los demás. Esta es mi trinchera por ahora. De otras experiencias, perdí amistad y compañeros.

Por todo el país surgen iniciativas de organización en defensa de la Educación Pública y la demanda de la derogación de la evaluación punitiva.

Las iniciativas son producto de la inmediatez política que privilegia la movilización masiva en las calles de la capital del país; y en el paro de actividades; sin embargo, soy de la opinión que sin renunciar a ninguna forma de presión, hoy los trabajadores, y particularmente los profesores de la Escuela Pública deben dar un paso adelante y pensar en un programa de acción sindical y de lucha popular en favor de la Educación Pública; que organice, que convoque a la diversidad de la sociedad, hoy más que nunca, deben recurrir a la comunicación de voz a voz y de cara a cara con cada uno de los ciudadanos de este país que en lo fundamental, fueron formados en la Escuela Pública. Entendamos que el problema no es de los maestros o del Secretario de Educación, no, el problema es de la Nación.

Me atrevo a imaginar que los profesores más humildes; aquellos que trabajan en las rancherías más alejadas, en las poblaciones en donde aún no existe luz eléctrica o servicio de Internet, los veo diseñar periódicos murales que colocarán en las placitas, en las escuelas. Estos periódicos murales deben ser muy atractivos en su diseño y deben tener los dibujos y los Textos Libres de los alumnos apoyando a sus maestros y a la Escuela. Deben ser enriquecidos con alguna información periodística que comunique lo que ocurre en el resto de México.

Los maestros deben abandonar sus diferencias ideológicas o políticas que impidan la organización de un sindicalismo desde la asamblea de los trabajadores. Los trabajadores se deben organizar por centros de trabajo y por nivel educativo; pero también a nivel municipal y regional.

Los padres de familia, los estudiantes y los maestros deben ganar el espacio de las bardas para hacer patente el descontento con la inconsulta e impuesta reforma educativa. Una sola voz debe hacerse escuchar demandando diálogo y el derecho de los maestros a participar en el diseño de las políticas públicas en educación.

Los maestros debemos demandar una participación directa en el diseño de las reformas que tienen que ver con su implementación en la enseñanza y las nuevas prácticas docentes.

Los maestros debemos participar activamente en la discusión del número de alumnos por grupo para el trabajo de una enseñanza más personalizada. No podemos ignorar ahora la formación de los nuevos docentes y el debate de quienes deben ser los educadores de los niños y jóvenes de México.

Estamos ante el reto de alfabetizar a los alumnos y maestros para que puedan leer en la red. La lucha debe incorporar cursos gratuitos entre los propios maestros para una alfabetización mediática que es el espacio de la actual contienda por la Nación. Hoy los profesores no tenemos el monopolio de la información y por lo tanto, necesitamos formarnos para poder orientar a nuestros alumnos y al pueblo. Los maestros pueden hacer crecer la libertad de expresión.

En este proceso, los maestros como fuerza social puede contribuir con más de un millón de cuentas en las redes sociales; no para informar de las fiestas y paseos en la playa, no, sino para informarnos que sucede en México y el mundo entero con la Educación, la casa el vestido y el sustento ante los conflictos mundiales.

Los maestros deben tomar la palabra, deben tener voz propia y demostrar que antes que nada, son ciudadanos libres y pensantes. Tenemos que demostrar más impaciencia ante los medios electrónicos y aunque la opinión pública en las redes es muy efímera, pueden también contribuir a formar ciudadanía y un magisterio más informado. Un magisterio informado y una sociedad acompañada por sus educadores, ampliará los espacios de la democracia y un nuevo sindicalismo que responda a los retos de la globalización económica impuesta por el libre mercado.

Qué importa que el señor Secretario de Educación solo quiera relacionarse con los representantes del gremio impuestos por la fuerza y por las leyes que contradicen el pacto de convivencia democrática de la República. Que se queden solos, que se aíslen de lo más sano de la sociedad, de los educadores de nuestros hijos, de los niños y jóvenes de la Escuela Pública. (5 de julio de 2015)  

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