El medio ambiente y el daño colateral

  • Alejandro Armenta Mier

En el último siglo la humanidad ha modificado su ambiente para atender las enormes demandas de recursos naturales y energéticos de una población y economía que creció aceleradamente, traspasando los límites y los altos grados de contaminación,  lo que ha propiciado cambios de clima y la pérdida de gran parte de la flora y fauna mundial.

Siendo la contaminación uno de los más grandes problemas que existen en la tierra -y el más peligroso- ya que se refiere a la introducción de agentes biológicos, químicos o físicos en la atmosfera, el agua y el suelo provocando alteraciones que implican un riesgo o daño al ecosistema, el medio ambiente o a los seres vivos.

En 1972 los líderes del mundo celebraron -en la Cumbre de Estocolmo- la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente, lo que representó el inicio de un proceso de concientización mundial acerca de la interdependencia que existe entre los seres humanos, las demás especies vivas y nuestro planeta.

Derivado de ello, en el 2009 se proclama el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra, lo cual supone el reconocimiento de la importancia del planeta y sus ecosistemas, los cuales nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia.

Sin embargo, el mundo ha respondido con lentitud a los daños que nuestra imprudencia está causando en el planeta, y México no ha sido la excepción ya que su población pasó de poco más de 15 a cerca de 114 millones de habitantes entre 1900 y 2010 (INEGI).

En ese sentido se generó un proceso de urbanización acelerado que incrementó la presión sobre el ambiente, tanto por extraer recursos naturales como por efecto de los contaminantes y desechos producidos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca como culpables de la contaminación y el efecto invernadero  a las ciudades, ya que ocupan el 2 por ciento del territorio mundial y producen el 70 por ciento de los gases contaminantes que perjudican al bienestar y los seres vivos que habitan nuestro planeta.

Si bien un medio ambiente sano es un derecho constitucional en México, parte de la población está expuesta a mala calidad del aire y del agua o a la degradación de los suelos que afectan su salud y bienestar.

Las principales ciudades y zonas urbanas tienen grandes problemas ambientales, en las 67 cuencas atmosféricas prioritarias del país viven 72.2 millones de personas expuestas a mala calidad del aire. Según la evaluación del Environmental Performance Index, México ocupó el lugar 79 de los 132 países evaluados por la calidad del aire; además de encontrarse entre los 15 países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causantes del cambio climático.

El cambio climático podría según las proyecciones más recientes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) incrementar la temperatura del país entre 0.5 y 1.5 °C en el periodo 2016-2035; además de exacerbar las condiciones de sequia y desertificación, reducir los rendimientos de las cosechas, provocar inundaciones, entre otras afectaciones.

Un estudio sobre la contaminación atmosférica en las ciudades como Santiago, Sao Paulo y México  revela que provoca, aproximadamente, 156 mil muertes, cuatro millones de ataques de asma y cuarenta mil casos de bronquitis crónica al año (CIDE, 2008). Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud informó que en el 2012 unos 7 millones de personas murieron en el mundo por la exposición a la contaminación atmosférica.

Es evidente que la contaminación es un grave problema que impacta en diversos ámbitos, además de los altos costos, según cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el costo del agotamiento y la degradación ambiental en México represento 6.5 por ciento del PIB en 2011, entre los que destaca el costo por la contaminación atmosférica, que equivale al 3.6 por ciento del PIB.

Enfrentar el deterioro del medio ambiente y  pérdida de nuestro patrimonio natural es un gran reto, por lo que será importante que adoptemos patrones de producción y consumo sustentable así como invertir en energías renovables y en eficiencia energética.

El Gobierno de la República se ha propuesto emplear políticas diversas para abatir los problemas ambientales, por lo que el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 contempla entre sus objetivos el  impulsar y orientar un crecimiento verde, incluyente y facilitador que preserve nuestro patrimonio natural al mismo y tiempo que genere riqueza, competitividad y empleo.

Para ello requiere implementar una política integral de desarrollo que vincule la sustentabilidad ambiental así como el fortalecimiento de la política nacional de cambio climático y cuidado al medio ambiente.

México debe evolucionar, para ello la población debe evolucionar y  crear conciencia común de los problemas ambientales y de la interdependencia que existente entre los seres humanos y las demás especies vivas que habitan la Tierra. Sólo así México podrá sumarse a los esfuerzos mundiales por alcanzar el equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales que permita que las generaciones presentes y futuras puedan vivir prósperamente en la Tierra.

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Alejandro Armenta Mier

Maestro en Administración Pública, presidente del Senado de la República y presidente de la Comisión de Hacienda. Más de 34 años de su vida dedicado al servicio público. Mis principios: ser útil, agradecido y acomedido.