Tortuguismo, opacidad, justificaciones fuera de tono y un final que evidenció el lento actuar de las autoridades policiacas en Puebla.  El lamentable desenlace en  el caso de Karla López Albert, quien desapareciera a finales de enero luego de un posible encuentro con su pareja Manuel  Forcelledo  Náder, reveló la ineptitud de la Procuraduría General de Justicia de Puebla.

La desaparición de la joven embarazada, se hizo viral en las redes sociales; una vez más, se sintió la presión del social media, donde se intensificó la difusión, el posteo, los hashtags, los testimonios, las fotografías y una gran cantidad de indicios que francamente nos llevaban a preguntar ¿y dónde o a qué hora van a actuar las autoridades?.

El alúd de críticas, cuestionamientos y preguntas para las autoridades policiales poblanas se sintieron durante la búsqueda desesperada de familia y amigos de Karla, quienes ejercieron esa presión que sólo se siente en las redes sociales.

El hallazgo del cadáver de Karla en un paraje de Tláhuac el pasado 2 de febrero, dejó claro, que en Puebla el flamante Procurador no hace su chamba.

La lentitud y tortuguismo son el sello de la administración de Carrancá Bourguet al frente de una institución vulnerada, exhibida y rebasada por la movilidad ciudadana, que hizo lo que pudo de acuerdo a sus posibilidades virales, para difundir la desaparición de una joven embarazada.

El arraigo de Forcelledo Náder la tarde del viernes reflejó el tardío actuar de las autoridades poblanas, que una vez más, actuaron de rebote ante el hallazgo reportado por las autoridades del Distrito Federal.

El desafortunado caso de Karla, concluyó en un feminicidio que despertó indignación social por la lenta reacción de quienes en teoría tienen la responsabilidad de actuar y reaccionar de manera inmediata, ante hechos delictivos que en lugar de ser resueltos, parecen alentar la impunidad.

El esclarecimiento, detención y consignación de los culpables o culpable del homicidio de esta joven poblana, está en la mira de la sociedad.

El arraigo de Manuel Forcelledo mantiene atentos y en franco seguimiento a un caso que ha provocado indignación por la naturaleza de los hechos y por la clara ineptitud del Procurador Víctor Carrancá y todo su equipo de trabajo.

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