La Reforma Energética, maniquea
- Manola Álvarez S.
La Reforma Energética de reciente aprobación, ha resultado la más maniquea de todas. Para unos es un triunfo de Enrique Peña Nieto, y desde luego del PRI, y debería ser la última llamada de atención dirigida a quienes insisten en menospreciarlo ya que el “títere impuesto”, el que hizo el “oso en la FIL”, “el ignorante”, sigue llevándose todas las canicas. Esperan que la implementación de todas las reformas, junto al crecimiento de la economía norteamericana y a la implementación de un gasto público amplio y rápido, lleve a México a un crecimiento económico que genere empleos y se refleje en los bolsillos de los compatriotas.
Lo anterior ha hecho que los priistas estén seguros de que arrasarán en las próximas elecciones para diputados federales y tendrán mayoría absoluta en la Cámara.
Los que la festinan aseguran que Petróleos Mexicanos sin inversión, ya sea pública o privada, nacional o extranjera, no podría explotar lo que se considera la segunda reserva petrolera más grande del mundo. Dicen que tenemos entre 35 mil y 90 mil millones de barriles de reservas probadas en Shale crudo en aguas profundas, y en gas natural algo cercano a los 100 mil millones de metros cúbicos, pero que estas reservas son muy difíciles de explotar y por ello se encuentran desaprovechadas.
Por el otro lado, para la izquierda que ha adoptado la vía de la estridencia como estrategia política; la Reforma Energética es un “asalto a la nación”; “la mafia en el poder hizo un saqueo más al país”; “se entregó la propiedad de nuestro petróleo a las trasnacionales rapaces”; Peña Neto es “un traidor a la patria”, y junto con él los diputados que la aprobaron; y “volvimos a la época de Porfirio Díaz”.
Estas consignas que buscaban provocar la indignación de los mexicanos no tuvieron el éxito deseado por los dirigentes del PRD y de Morena; se esperaba, hasta por los priistas, que por lo menos la mitad de los 16 millones de votantes de López Obrador tomara las calles en desaprobación de la iniciativa de la Reforma Energética. Pero en lugar de esto solo fueron unos cuantos a hacer sonidos con cucharas sobre las vallas de protección y salieron los dirigentes a dar vueltas al Ángel de la Independencia coreando consignas como “No que no, sí que sí ya volvimos a salir”. Y para colmo de la buena suerte de Peña Nieto, coincidió que Andrés Manuel sufriera el infarto que lo mandó a reposar, y a Miguel Ángel Barbosa lo acosara la afección diabética que lo hizo perder un pie y alejarse de las manifestaciones. Veremos qué pasa en la anunciada protesta del 31 de enero.
Con decepción estoy convencida de que los dinosaurios seguidores del Nacionalismo Revolucionario estamos en proceso de extinción, debido probablemente a que la historia ya no es prioritaria en las escuelas, a que el mundo globalizado ha desechado las ideologías y que ahora lo que importa es el pragmatismo, la productividad, la competitividad y la apertura económica. Pero no dejo de pensar que una campaña apegada a la verdad y sin estridencias hubiera podido convencer a más mexicanos sobre la necesidad de cuidar las líneas de apertura energética.
El petróleo en la historia
La propiedad del petróleo pertenecía a la Nación, hasta que Porfirio Díaz con la Ley de Minas y el Código de Minería, se la otorgó a los dueños del suelo. Como se pagaba a las compañías deslindadoras en especie, grandes extensiones de nuestro territorio pasaron a ser de las compañías petroleras extranjeras, en su mayoría inglesas y norteamericanas. Por ello el energético que extraían se lo llevaban sin pagar impuestos.
La Constitución de 1917 en su artículo 27 reivindicó la propiedad del subsuelo para la Nación y entonces la lucha fue para que se derogara, llegando hasta el intento de invasión armada para impedir su reglamentación en el período de Plutarco Elías Calles, misma que efectuó al expedirse la Ley petrolera en 1925.
Después de esto la batalla legal de las compañías petroleras fue para lograr que la Suprema Corte estableciera la no retroactividad de la Ley y que se respetaran por 50 años las concesiones vigentes, situación que tuvo éxito, a pesar de algunos criterios en el sentido de que el Constituyente puede crear leyes retroactivas.
En 1938, Lázaro Cárdenas hizo cumplir un laudo laboral a las compañías petroleras y por ello se les expropiaron sus bienes a cambio de bonos pagaderos por el estado, a lo que contribuyó la ciudadanía en forma voluntaria.
Así la nacionalización del petróleo se dio en 1917 con el establecimiento de la propiedad originaria de la Nación sobre el subsuelo.
La Consulta Popular derogaría la Reforma Energética
En este tema existen puntos de vista totalmente opuestos; a saber.
Los dirigentes del PRD consideran que los ciudadanos pueden echar abajo los cambios a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales por medio de la Consulta Popular, ya que se modificó el Pacto Social que permitió la pacificación del país después de la Revolución de 1910- 1917.
Consideran que se cambio el concepto de propiedad originaria de la nación sobre los recursos del subsuelo y se perdió la exclusividad en la explotación del petróleo y la generación de electricidad, así como la transferencia del dominio y la posesión del petróleo y otros hidrocarburos.
Piensan que una reforma constitucional puede ser inconstitucional por haber violado el procedimiento, o por el fin o valores que busca y que pudieran tener como consecuencia la afectación o disminución de los derechos fundamentales ya existentes.
El artículo 35 de la Constitución señala que se realizará una Consulta Popular en temas de trascendencia nacional; establece los casos en que no se puede efectuar y se ha centrado la controversia en el impedimento cuando se trata de temas que impliquen los ingresos y gastos del estado. La izquierda sostiene que el petróleo y los hidrocarburos son temas de trascendencia nacional y constituyen aspectos fundamentales para la economía mexicana y no son materia de ingresos.
La polémica también incluye que, si en el caso de que se realice la Consulta Popular y esta fuera en el sentido de que se derogue la Reforma Energética, se puede reformar la Constitución por una causal que no está comprendida en el artículo 135, donde se establece que la Constitución puede ser adicionada o modificada, pero para que éstas sean parte de la misma se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes acuerde las reformas y adiciones y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las Legislaturas de los Estados. Esto es con base en la República representativa que considera que los legisladores tienen la voz de la ciudadanía.
Por el otro lado, los que están de acuerdo con la Reforma Energética sostienen que no procede la Consulta Popular porque se trata de una de las materias restrictivas en el artículo 35 constitucional, como es la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos y que, incluso, se le agregó expresamente que su objetivo era aumentar los ingresos del Estado. La Reforma trata de la renta petrolera y que el tema sólo está relacionado con las contribuciones fiscales derivadas de la exploración y extracción de hidrocarburos.
Asimismo consideran que el principio de supremacía constitucional está por encima de los derechos políticos de los ciudadanos y en este sentido las decisiones del Constituyente Permanente, integrado por el Congreso de la Unión y las legislaturas de los estados, están salvaguardadas por este principio razón que hace necesario reformar el artículo 135 e incluir a la Consulta Popular como una forma de modificar la Constitución.
Por otro lado la iniciativa de consulta solo pueden presentarla el Presidente de la República, los senadores y diputados y los ciudadanos. No están autorizados los partidos políticos y debe ser firmas en respuesta a una pregunta autorizada, lo cual no sucedió con las presentadas por el PRD ante el Congreso.
En fin será la Suprema Corte la que decida sobre la procedencia o no de la Consulta Popular y sobre todo si ésta puede reformar a la Constitución o sólo se quedará en un golpe político a Peña Nieto y al PRI para obtener mejores resultados en las elecciones de 2015.
Repercusiones de la Reforma Energética
La Reforma para abrir los energéticos mexicanos al capital privado nacional y extranjero, es considerada en Estados Unidos como un paso “histórico” para el bien de América del Norte, pero se festeja con cierta cautela ya que aún no hay reacción oficial de Washington y la mayoría de las petroleras norteamericanas guarda silencio.
Algunas celebran que la apertura es más amplia de lo previsto, mientras analistas y rotativos resaltan que al parecer las empresas extranjeras tendrán mayor control del que esperaban sobre el petróleo producido en México y que están a la espera de ver los detalles que se definirán en las leyes secundarias.
The Wall Street Journal señaló que la Reforma aprobada podría ser la reforma económica más transformadora en un siglo en México, lo cual expone a la empresa del petróleo estatal al libre mercado.
The Washington Post consideró en su editorial que la reforma abrirá la puerta para un despegue económico de México. Que con la reforma las empresas extranjeras podrán asociarse con PEMEX para explorar, extraer petróleo y registrar ingresos esperados de la producción para propósitos de contabilidad clave para obtener financiamiento.
Comparó esta reforma con lo poco que se ha hecho en Estados Unidos diciendo: Ha quedado “demostrado cómo una democracia más funcional puede abordar los problemas más grandes y sensibles de la nación”. Y terminó diciendo que con esto México restaurará su lugar como productor mayor de petróleo sobre Venezuela y Brasil.
Si el resultado de la Consulta Popular, en caso de realizarse, es en sentido negativo pero no es vinculante para reformar la Constitución, no nos queda más que estar muy atentos a la elaboración de las leyes secundarias y tratar de que se les pongan todos los candados posibles a las empresas extranjeras a fin de lograr una gran inversión, pero sin que se preste al abuso o a la corrupción.
Algunos expertos de políticas de inversión, comercio y relación bilateral, han resaltado la reforma como un momento histórico de México, que para muchos permite que México deje atrás su “nacionalismo caduco”, mismo que ha frenado el desarrollo de los sectores de energía del país.
Somos el primer lugar mundial en corrupción, obesidad y borracheras. Pero también somos inteligentes, creativos, listos y hasta ladinos. Demostrémoslo en la práctica.
¡Feliz año nuevo!
alvarezenriqueta@hotmail.com
Opinion para Interiores:
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Licenciada en Derecho y en Ciencias Diplomáticas UNAM. Catedrática en la UNAM y en la UDLAP. Diputada en la L Legislatura del estado de Puebla.
Escritora y periodista.