El retablo del perdó (relato)
- Atilio Peralta Merino
LA LEYENDA DE BRADUEL
La acerada tarde de las postrimerías otoñales comenzaba a cernirse sobre el Zócalo de la Ciudad de México, cuando, movido por algún antiguo recuerdo, acaso por una simple asociación de ideas que le vinieron repentinamente a la memoria, decidió entrar a la Catedral y sentarse en sus bancas para contemplar el Retablo del Altar del Perdón.
El Cardenal Rivera repetía en el Altar Mayor, las palabras torales de la liturgia : “éste es el cordero de nuestra fe”, al unísono de que la feligresía respondía a coro: “anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús” ; seguido a lo cual , el Prelado continuó con la alocución de su homilía : “concédenos la paz en nuestros días, para que llevados de tu misericordia esperemos la llegada de nuestro Señor Jesucristo, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos”.
La liturgia de la Iglesia se erige en el drama perfecto, dijera Tennessee Wiliams; siendo la máxima expresión filosófica y simbólica de lo que significa la “representación” en todos sus alcances, constituye, nada más y nada menos, que la transubstanciación del cuerpo y la sangre de Cristo en el vino y el pan, según el Dogma establecido por los teólogos, en los Concilios Eucarísticos de la antigüedad.
La simple representación teatral, por su parte, sin alcanzar tales connotaciones místicas, está sin embargo imbuida de una magia especial ; permite a los espectadores, la posibilidad de retornan una y otra vez hacía un momento culminante y definitivo , dando vida así a un anhelo insaciable de exorcizar los fantasmas de nuestra conciencia ; mediante ella, encarnadas por actores, cuyas cotidianidades acaso estarán alejada del todo de los papeles que caracterizan, volverán a sufrirse una y otra vez las mismas situaciones, en medio de escenografías y luminarias, implementadas para la ocasión por tramoyistas y escenógrafos.
Siempre que se represente en escena “Un Tranvía Llamado Deseo”; la misma maestra de escuela suspendida de su puesto en medio del escándalo: Blanch DuBois, llegará a la casa de su hermana proveniente de un pequeño poblado de Luisiana y ocultará , tras un aparente desprecio hacía el cuñado, Stanley Kowalski, su ardiente anhelo de yacer con él .
No en balde, la liturgia de la Iglesia de Roma cautivó a cabalidad a un hombre de teatro en toda la extensión de la palabra y devoto católico por lo demás como lo fuera el dramaturgo norteamericano.
Frente a “El Altar del Perdón”, Rodrigo Irigoyen experimentó un profundo goce al contemplar como el colorido verde y rojo del retablo, se armoniza a la perfección con el trazo de la Madona, así como con la luminosidad y el exquisito dominio de los claroscuros que se observan en el cuadro , recordando intempestivamente los versos de Juan de Dios Peza, aprendidos prácticamente en las postrimerías de la niñez.
Cuando a gobernar el reino
de la rica Nueva España
vino el marqués de Falcés
O don Gastón de Peralta,
trajo entre su comitiva
a un pintor de mucha fama
que era portugués de origen,
pero educado en Italia.
Según las crónicas rezan,
Simón Peyréns se llamaba;
hombre de estrechos recursos
y de conciencia muy ancha.
En mostrar sus opiniones
cuidábase poco o nada,
y una vez dijo en la corte
ante donceles y damas:
"No he de mojar mis pinceles
para pintar cosas santas,
que cuanto le atañe al cielo
mi paleta lo rechaza".
No faltó quien al oírlo
con miedo se santiguara,
y de hereje y judaizante
le diera en la corte fama.
Del Arzobispo a noticia
llegaron esas palabras
y del Virrey con permiso
llamó a Peyréns a su casa.
Preguntóle si era cierto
lo que todos murmuraban,
y el pintor sin inmutarse
y mirándole a la cara,
Repuso: "Señor, es cierto;
yo pinto cosas profanas,
porque las cosas del cielo
ni me inspiran ni me agradan".
El prelado ordenó al punto
que a un calabozo llevaran
al hereje, para darle
digno castigo a su falta.
Ya preso en un calabozo,
después de algunas semanas,
frente al potro del tormento
de que se desdiga tratan.
Pero el pintor era altivo,
con mucho temple en el alma,
y en medio de sus verdugos
ratificó sus palabras.
Entonces, con grande encono,
sobre la rueda le atan,
y hacen que crujan sus huesos
a cada vuelta forzada.
Pero como no se queja,
ni ruega, ni se retracta,
ordenan que se le aplique
otro martirio: el del agua.
Le introducen por la boca
hasta tocar su garganta
el tosco embutido, por donde
vierten, con siniestra calma,
tres pintas que equivalían
a tres gigantescas jarras.
Eran vanos los esfuerzos
por evitar apurarla,
pues pusieron los verdugos
(conforme a sus ordenanzas),
un lienzo empapado y tosco
del mártir sobre la cara.
Sufrió Peyréns el suplicio,
y cuando ya agonizaba,
le volvieron a su celda
sin la remota esperanza
de encontrárselo con vida
al despuntar la mañana.
Con gran asombro de todos,
después de tan negra infamia,
el artista quedó sano
sin que los jueces lograran
que se desdijera nunca
temiendo sus amenazas.
Dictose al fin su sentencia,
por la cual lo condenaban
a sufrir prisión perpetua
sin salir de Nueva España;
y que tan sólo sería
tal sentencia revocada,
en caso de que el hereje
algún retablo pintara,
de la Iglesia en desagravio
y honrando a la Virgen Santa.
Peyréns se mantuvo firme,
sufrió una prisión muy larga;
hasta que triste y cansado
de una vida tan precaria,
como en sus mejores tiempos
se levantó una mañana,
en busca de sus pinceles,
de su paleta olvidada,
y de todo cuanto fuera
para trabajar un arma.
No hallando tela dispuesta
ni manera de arreglarla,
la puerta del calabozo
se le ofreció a sus miradas;
y en ella pintó una Virgen
que embelesaba al mirarla.
Cuando concluyó tal obra,
digna de la eterna fama,
mandó aviso al Arzobispo,
quien fue a la prisión con ansia,
temiendo que aquel hereje
la religión mancillara.
Llegó el prelado a la celda,
los ojos airado clava
en la pintura del preso,
y al ver la expresión seráfica,
y la sonrisa apacible,
y la celestial mirada
de la imagen, se arrodilla,
reza humilde una plegaria,
y admirado y satisfecho
ordena que libre salga
aquel pintor, que ha sabido
honrar a la Virgen Santa.
Y al mismo tiempo dispone,
que como pintura sacara
a la Catedral se lleve
la puerta privilegiada,
do pintar plugó al artista
a la Madre de las gracias.
Que se le ponga, asimismo,
un ancho marco de plata
y un cristal, que la resguarde
del tiempo y sus asechanzas;
y se coloque y venere
con piedad y con constancia,
en el altar consagrado
para perdón de las ánimas.
Han corrido varios siglos
y la Catedral aun guarda
en el mismo altar, el cuadro
que aquel portugués pintara.
Y cuántos de los devotos
que allí elevan sus plegarias
ignoran que es una puerta
por un mártir decorada,
más bien que con los pinceles
con el dolor y las lágrimas.
Al preciso momento de recordad las estrofas de aquel romance, volvió a ver a Angélica Santibáñez, que tras santiguarse se paraba de la primera fila de bancas frente al altar y emprendía su salida de la Catedral.
Nuevamente experimentó la sensación de estar fuera del tiempo y el espacio que le había embargado años atrás, durante los lejanos días escolares, cuando le había declarado su pasión ardiente y desenfrenada; al verla en ésta ocasión salir del templo, decidió apresurarse para encontrarla en la calle.
Angélica,- se dirigió a ella con voz temblorosa mientras le dirigía una mirada profunda y significativa.
Rodrigo, no puedo creerlo- dijo ella mientras se daban un beso en la mejilla a manera de saludo.
Luces encantadora, como siempre.
Gracias, pasan por mí, pero me dio mucho gusto verte,- Angélica se ha desenvuelto toda su vida entre los compactos círculos de la oligarquía mexicana que no suele hacer ronda por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Tras despedirse, con un manifiesto desconcierto, y aire de melancolía y sobresalto; Angélica subió a la parte trasera de un espacioso BMW que había sido detenido por el chofer a las puertas de la Catedral, el vehículo tomó entonces su ruta, encaminándose por la Avenida 5 de Mayo con rumbo a su destino.
¿Qué es lo que la habría llevado esa tarde a rezar ante el “Retablo de El Perdón”? se preguntaba intrigado Rodrigo Irigoyen, ella había estado postrada frente al lienzo de Peyréns, y no ante el Altar Mayor de la Catedral, por lo que resultaba evidente que no había ido a ser coparticipe de la liturgia, para más señas, se había retirado del recinto antes de que el Cardenal pronunciase la bendición final.
Años atrás, mientras se enfrentaba a la oralidad de los duros exámenes escolares, instituidos en la mejor tradición francesa de la educación napoleónica; en medio de las torrenciales lluvias del solsticio veraniego que dejaba el ambiente impregnado de un profundo aroma a humedad, y mientras algún radio dejaba escuchar la voz de Vicente Fernández, entonando la canción que Federico Méndez, al decir de las malas lenguas, habría compuesto inspirado por el mismo intérprete y movido por la pasión que lo llevó al suicido; Rodrigo Irigoyen había realizado en ésta vida, una de sus magistrales y mejores actuaciones, habría desempeñado nada más y nada menos que el papel de Tristán en la Ópera de Wagner, el papel de un trovador del Siglo XII.
¿Acaso el papel mismo de Braduel en su peregrinar guerrero a Palestina, anhelante de rescatar los Santos lugares, mientras le acompañaba en la mente y en el corazón, la imagen de una Dama próxima a comprometerse en matrimonio?
Verás que no he cambiado
que estoy enamorado,
tal vez igual que ayer.
Quizá te comentaron,
que a solas me miraron,
llorando tu querer.
Y no me da vergüenza,
que aun con la experiencia
que la vida me dio.
A tu amor yo me aferro,
y aunque ya no te tengo,
no te puedo olvidar.
¿De qué manera te olvido?
¿De qué manera yo entierro?
Este cariño maldito,
que a diario atormenta a mi corazón
¿De qué manera te olvido?
Si te miro en cualquier gente
y tú no quieres ni verme,
porque te conviene callar nuestro amor.
En ese momento, igual que tantos años hace, volvía a tener fija en la mente la imagen de Angélica, con su largo cabello mecido por el viento vespertino de la ciudad, el cuello largo sosteniendo el rostro triangular y las facciones estilizadas con un sutil dejo de rusticidad entre las que se dibujaban los pómulos de manera incitante, su tez morena muy clara que maquillaba de manera imperceptible con gran distinción, el sobrio vestido color turquesa y los pequeños aretes de perlas que resaltaban sus orejas; recordaba asimismo su estupenda actuación de otros tiempos, la caracterización de gran actor que le había dejado años de nostalgias y melancolías por haber ingerido del filtro de Tristán.
¿Por qué había tenido que desempeñar ese papel en el teatro de la vida? ¿acaso por una estricta e inconsciente obediencia a las pautas de la cultura cristiana y burguesa, que exalta un mito , cuya axiología socaba desde sus simientes el modo de vida de la cristiandad y la burguesía misma, como bien se desprende de la lectura de “Amor y Occidente” de Denis de Rougemont ? .
Dirigió sus pasos hasta el piano bar del Hotel Sheraton en el Paseo de la Reforma, se sentó en la barra y pidió un Martini seco mientras rememoraba aquel martes 17 de septiembre, en el que la abordó en las escaleras de la escuela conteniendo apenas su inquietud para intempestivamente decirle con marcado nerviosismo: “ estoy perdidamente enamorado de ti” .
Ella se sonrojó, y sobresaltada, dejando escapar risas nerviosas, se alejó de él apresuradamente, Rodrigo le hizo llegar ese mismo día una carta de Amor, en la que declaraba sus sentimientos por aquella mujer, que, nacida en un año bisiesto bajo la constelación de piscis y el signo del Dragón, encarnaba para él los misterios insondables del deseo: “Angélica: no puedo sino pensar en tus manos, en tus mejillas, en tu cuello, en tus senos, quisiera besarte los labios y contemplarme por horas enteras en tus ojos”.
Seguramente la vería al anochecer siguiente de aquel día, en el que el Quinteto Orpheus , integrado por Dobroslava Kubak al violín, Victoira Horti también al violín, Patricia de Escoto en el violoncelo, Emmanuel Ortega en el contrabajo y Abraham Alvarado en el piano; darían un concierto en el auditorio interpretando obras de Pachelbel, Bach, Vivaldi, Boccherini, Hayden, Handel, y Mozart.
Ciertamente se encontraría con Angélica frente a frente a las puertas del Auditorio , él la saludaría con una voz entrecortada y ella , al verle, apenas y habría podido contener el llanto, acabado el concierto ya no les fue dado coincidir, al amanece del día siguiente ,un gran sismo cimbró a la ciudad con consecuencias devastadoras y sus amores quedaron truncados irremisiblemente desde sus más tiernos albores.
Rodrigo seguía con la mente fija en la imagen de Angélica y en su soberbia actuación de otros tiempos, mientras se preguntaba nuevamente, ¿por qué tenía yo que desempeñar ese papel? después de todo, lo único que deseaba hacer entonces, y el único anhelo que tenía ahora que había vuelto a encontrársela , no era otro más que el de arranarle la ropa y tratarla como basura, mamarle las nalgas y hacerla sentir como si fuera una auténtica puerca, una soberana cerda, una vil y asquerosa marrana; ¿por qué tendría que haber entrado esa tarde en la Catedral, se preguntaba?¿por qué habría tenido que recordar los versos de “el poeta de el hogar”, él, que no se caracterizaba por ser muy hogareño que digamos? sí había amanecido de vena artística, podría muy bien haberse quedado a ver los murales de la Suprema Corte pintados por Orozco, o bien entrar a Palacio Nacional a contemplar los de Diego Rivera, pudo tomar la decisión de visitar el Museo de sitio del Templo Mayor, o desplazarse hasta el Museo de la Ciudad de México para visitar el estudio de Joaquín Clausell, bautizado de manera por demás significativa por la prensa de los años veinte como la “Torre de las mil ventanas”; sin embargo , de entre todas las opciones posibles existentes en el Universo, le habían venido a la memoria los versos de Juan de Dios Peza y había decidido conducir sus pasos hacía la Catedral Metropolitana.
Encontrándose absorto en sus pensamientos y ya con los efluvios etílicos comenzándole a hacerle algún efecto, recibió una palmada en la espada a manera de saludo.
Se acuerda de mí- dijo el sujeto que acababa de sentarse junto a él en la barra.
Nos vimos aquí mismo hace unos once años, o poco más quizá, contestó Rodrigo, ¿cómo le fue en su viaje a Londres?
¿ Se acuerda de cuando nos vimos?
Era 28 de julio.
¿Cómo puede recordar esa fecha con tal exactitud?
La Embajada de El Perú llevaba a cabo en el reservado del hotel los festejos por sus fiestas nacionales, además, acababan de suscitarse los escándalos sexuales y los incidentes de espionaje en el Ejército por parte del Cártel de Juárez que culminaron con la detención del General Jesús Gutiérrez Rebollo.
¿De qué otra cosa se acuerda? Preguntó con marcado estupor el compañero de barra.
De las comisiones de su suegro para el Mi6, y de su fraternal parentesco con el ex secretario de comunicaciones,- el compañero de barra de Rodrigo, resultaba ser hermano de un antiguo integrante del Gabinete Presidencial , además de yerno de un influyente miembro de los servicios británicos de espionaje , así como primo de un banquero prominente-; pero no se preocupe, no soy dado a divulgar nada de lo que se me comenta en las charlas que entablo en los bares , por lo demás, que yo lo recuerde es sumamente factible, dado que es Usted miembro de una familia importante en la vida del país, lo sorprendente del caso, es que me recuerde a mí ¿ no le parece?.
No se crea, tiene salidas sumamente peculiares que hacen difícil no recordarle, y ¿Qué hace por estos lares, además de tomarse un Martini, claro está?
Vine a la Corte a interponer un recurso.
¿Contra quién pleitea ahora?
Martínez Tijerina, por unos predios en Huejotzingo, contestó Rodrigo.
¿Sabe que es socio de Edmundo Ibarra?
No, no lo sabía,- y comenzó a mostrarse en ese momento sumamente interesado, Edmundo Ibarra, otrora postulante en materia penal, funcionario de alto relieve en el ámbito cultural del país y recientemente Embajador en Honduras, era, precisamente, el cónyuge de Angélica Santibáñez
Me extraña, y ¿no sabe tampoco, que además de los negocios inmobiliarios se dedican, entre otras cosas, al tráfico de Arte a gran escala?
- Bueno, jamás se han negociado tantas piezas auténticas de Arte Maya de Copan, como en los días en que Edmundo fue Embajador en Honduras, dicho sea tan sólo para no mencionar lo referente al acervo pictórico de Nellie Campobello
-Ya sabía yo, que estaba más que bien informado de muchas cosas; ¿Pero, sabe cuál es el fin que se le pretende dar a esos terrenos, contra cuya apropiación por parte de Martínez Tijerina está Usted interponiendo recursos ante la Corte?
-En otros tiempos, estuvieron destinados para la implementación de un conjunto de grandes fábricas textiles.
-Me dijeron, hace un rato, que lo vieron por la tarde en Catedral.
-¿Quién?
-la mismísima esposa de Edmundo Ibarra.
-¿Y por qué me previene contra él si lleva amistad con su familia?
-Resultaría tedioso de explicar, mejor cuénteme que hacía en la Catedral, no lo creo muy rezandero que digamos.
Rodrigo le platicó entonces que le habían venido a la mente los versos de Juan de Dios Peza.
-Yo también los conozco, dijo el hombre, me simpatiza, y sólo por eso voy a darle una pista invaluable, siga las pautas que de ese poema pudieran desprenderse.
-¡¿En relación al predio de Huejotzingo ? ¡Inquirió Rodrigo con manifiesto asombro y desdén.
-Siga esa pauta, puede estar seguro de que se encontrara con algo importante, nada es lo que parece, todo es, a fin de cuentas, una mera representación escénica, la representación de una realidad que acaso no nos sea dado conocer, - expresó mientras se levantaba del asiento y pedía la cuenta-, lo dejo, tengo que retirarme, permítame invitarle la cuenta, nos veremos en alguna otra ocasión
Esa noche, Rodrigo durmió profundamente, y soñó, como desde hace mucho tiempo que no lo había hecho, soñó, que tras haberse encontrado con Angélica en una mazmorra, como la padecida por Peyréns según el relato de Juan de Dios Peza, se abrazaba estrechamente a ella en medio de la selva, mientras los rayos del sol se filtraban entre la exuberancia de la vegetación.
FACHADA AL PONIENTE
Un trece de abril, personal de una compañía constructora propiedad de José Martínez Tijerina, desplegó un anuncio en un predio cuya superficie se extendía por cerca de seis hectáreas en las demarcaciones de Huejotzingo, notablemente cercano en su ubicación al casco urbano del Municipio.
Un par de días después , el predio en cuestión fue violentamente ocupado por un comando armado integrado por cerca de doce individuos, entre los que se encontraban Marco Antonio y Marcelino Espinoza Franco, José Antonio Vázquez y Jesús Gerber , entre otros sujetos que no pudieron ser identificados por los testigos; todos ellos, guardaespaldas del propio Martínez Tijerina ; comando que, por lo demás, hizo su arribo al lugar , vociferando que, en su actuación, no hacía otra cosa, más que seguir las instrucciones del delegado fiduciario del Grupo financiero Scotiabank- Inverlat.
Las diversas aristas del litigio, llevaron a Rodrigo a recurrir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación bajo la consideración de que el hecho mismo de que las instituciones de crédito poseyeran bienes raíces, contravenía el texto expreso de de la Constitución.
El asunto había dejado de interesarle en sí, sus clientes, tan pillos o más que el propio Martínez Tijerina, no eran en realidad los legítimos propietarios del predio en cuestión, constituían una grupúsculo un tanto mafioso que regularizaba predios con malas artes, y, para colmo de males, habían dejado de pagar sus honorarios; sin embargo, la idea de que el Romance de Juan de Dios Peza sobre Simón Peyréns contuviese una clave secreta, comenzaba a entusiasmarlo de manera inquietante , por lo que diose a la tarea de hurgar en archivos y bibliotecas.
Una de las más bellas y estimulantes crónicas de la capital del país, habría sido compuesta en verso por “el poeta de el hogar”, quién, al referirse al origen del Retablo del Perdón de la Iglesia Catedral Metropolitana, identifica a Simón Peyréns como el autor del mismo.
Fray Agustín de Vetancuort, por su parte, publicó en 1697 su magna crónica titulada “El Teatro Mexicano”; obra en la que el fraile relata como la Iglesia del Convento de San Francisco de la Ciudad de México, habría sido el primer templo elevado a condición catedralicia en estas tierras.
Vetancuort se explaya describiendo la pinacoteca que se albergaba en las naves del referido convento, en cuyos altares, se desplegaba la magnífica obra pictórica de la dinastía Echave; curiosamente, tal y como lo destacara don Lucas Alamán, a quién por ningún motivo pudiera acusársele de ser un enemigo o siquiera un crítico de la obra de los Borbones en las Américas ; la Nueva España vivió el esplendor de las bellas artes hasta antes de la creación de la Academia de San Carlos, momento a partir del cual, comenzaría a manifestarse una notable decadencia pictórica.
Manuel Ramírez de Aparicio habría escrito en 1861 su libro “los Conventos Suprimidos en México”, en el que, siguiendo las referencias hechas por Vetancuort un siglo atrás, destacó el carácter catedralicio que asistió de manera primigenia a la Iglesia del Convento de San Francisco de la Ciudad de México; Convento que se conforma por “ una hermosa nave que hace fachada al poniente, característica que han observado los franciscanos en la disposición de todos sus templos, para conformarse con la costumbre que en esta parte, seguían los primeros cristianos”.
Finalmente, Manuel Toussaint, escribió a detalle la Historia de la Catedral Metropolitano de la Ciudad de México; confirmando los asertos de sus antecesores Vetancourt y Aparicio en el sentido de que la primera edificación elevada a tal condición habría sido la Iglesia del Convento de San Francisco de la muy Noble y muy Leal Ciudad de México; refiriendo por lo demás, por cuenta propia, que con posterioridad se habría edificado la Catedral en el lugar que actualmente ocupa, habiendo sido demolida en 1625, fecha a partir de la cual se inició la edificación de la construcción que hoy conocemos y que habría sido culminada por Don Manuel Tolsá a principios del Siglo XIX.
Juan de Dios Peza, afirma por lo demás, que Simón Peyréns habría llegado a nuestro suelo con la comitiva del Marqués de Falcés, don Gastón de Peralta, tercer Virrey de Nueva España, y quién gobernaría éstos reinos entre 1566 y 1568; en consecuencia de lo anterior, el Virrey Peralta habría realizado su gestión gubernamental en un momento en el que la Catedral Metropolitana habría estado adscrita a la Iglesia del Convento de San Francisco, o cuando más, en un momento en la que habría estado asentada en una construcción que sería derruida en 1625.
Don Manuel Toussaint, el gran historiador de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, y quién pertenece a una generación posterior a la de Juan de Dios Peza, no menciona curiosamente a Simón Peyréns como artista de capilla de la misma; por lo que, en conclusión, tendríamos el hecho de que un poeta, sin base histórica alguna de sustentación, escribe una fantasía sobre un pintor portugués, acaso judaizante y que viviera trescientos años antes de que el referido poeta viera la luz del mundo; fantasía compuesta en relación con una de las obras pictóricas más relevantes del Arte Sacro de nuestro país, y sin embargo, dicha fantasía resulta plenamente verosímil; es , al parecer, una conclusión que bien podría darle la razón al compañero de barra y de martinis de Rodrigo ¿nos es dado acaso conocer la realidad del mundo?.
EL CONVENTO DE HUEJOTZINGO
El Convento de Huejotzingo, con sus magnificentes muros y la amplitud de su atrio, conforma un juego interesante de colores entre el verdor de los pastos y los árboles de pirul con el ocre grisáceo de sus paredes deslavadas ; recorriéndole aquella mañana, Rodrigo experimentó un inusitado estupor, cuando por mera coincidencia, escuchó a una guía de turistas reseñar al grupo de visitantes españoles a los que atendía, que las imágenes del altar habrían sido pintadas en el siglo XVI por el artista Simón Peyréns.
La afirmación del poeta, en el sentido de que al pintor portugués “las cosas del cielo ni le inspiraban, ni le agradaban”, carecía por completo de sustentación; por lo demás, el predio materia del litigio que había venido ventilando recientemente, se encontraba ubicado, curiosamente , en las cercanías mismas del Convento.
De inmediato voló hasta su oficina para verificar los datos del expediente en cuestión, en el trayecto recordó, que tras haber sido divo de los escenarios operísticos y galán en la pantalla de celuloide, Fray José Mojica se había refugiado a hacer vida conventual en aquel claustro, y en vertiginosa asociación de ideas imaginó la voz del tenor entonando una Zarzula de Moreno Torroba : “ hay mi morena, morena clara, hay mi morena que gusto da el mirarle, toda la vida , mi compañera, toda la vida, será la mi morena”; con tal melodía resonando en su imaginación, volvía a su mente la imagen de Angélica tal y como la había descubierto en aquella tarde de otoño postrada ante el lienzo de nuestra Señora del Perdón.
Al llegar a su oficina, verificó que José Martínez Tijerina, además de ser el Presidente del Consejo de Administración de la compañía que se ostentaba como propietaria del predio que había sido afectado en fideicomiso, era, a su vez, el apoderado del banco para efectos de representarlo en el negocio en cuestión; verificó asimismo la escritura constitutiva de la empresa y constató que en ésta hace ya muchos años que no se llevaba a cabo asamblea alguna de accionistas, no dejándole de llamar poderosamente la atención, el hecho de que su accionista mayoritario, fuese el señor Josuá Cohen.
EL INFIERNO ES AMOR
Esa tarde, recibió una llamada de Pedro Luis Villavicencio, un poderoso congresista al que Rodrigo asistía con su consejo legal, le resultaba urgente atender un dictamen relativo a la revisión de diversas fracciones arancelarias que habría sito turnada al Senado de la República, por lo que deseaba comer con él al día siguiente en la cafetería del lago de Chapultepec.
-¿De qué se trata Senador?
- Las centrales obreras quieren restaurar diversas fracciones arancelarias en el rubro textil, mismas que ya fueron aprobadas por la Cámara de Diputados.
-¿Quiere saber mi opinión?
-Por supuesto.
-Tienen toda la razón en lo que demandan, sin embargo , va a ser imposible satisfacer sus demandas, dadas las disposiciones contenidas en el Tratado de Libre Comercio; decía Rodrigo, mientras que, inspirado por la vista del lago frente a los ventanales , imaginaba a alguna hermosa y estilizada bailarina danzando la muerte del cisne bajo la coreografía de Marius Petipa.
-¿Qué puede decirme sobre la regulación del comercio internacional de textiles?
-Por principio de cuentas, las disposiciones de los Convenios de Marruecos de 1995, constitutivos de la Organización Mundial de Comercio, adoptaron las disposiciones del “Acuerdo Multifibras”, suscrito en el marco de la Ronda Tokyo del GATT, en 1974, y que fija las cuotas y los métodos de distribución de la producción textil en el mundo.
El Tratado de Libre Comercio para América del Norte, por su parte, remite a lo dispuesto en el propio “Acuerdo Multifibras”, con la salvedad de que en caso de conflicto, deberá prevalecer lo dispuesto por el tratado mismo.
La producción textil de nuestro país, tiene acceso al mercado ampliado de América del Norte, siempre y cuando revista un contenido regional de “hilo en adelante”, o bien, para determinados renglones arancelarias de “fibra en adelante”, tal y como es el concerniente al de los sensuales brasieres.
-Siempre tan incitantes,¿ no es así? –interrumpió el Senador.
-No deja de llamar la atención, continuó Rodrigo en su alocución después de habérsele dibujado una sonrisa en el rostro; que las reglas de origen en el Tratado de Libre Comercio fueron determinadas a partir de los costos de producción, excepción hecha de la industria textil, en donde se determinan por el contenido de insumos de elaboración como el hilo, o la fibra.
-¿Gusta pedir algún postre, -lo interrumpió Pedro luis Villavicencio? , a lo que por supuesto Rodrigo accedió
- Nos adherimos al GATT en agosto de 1986, y en 1990 se iniciaron las negociaciones conducentes a la suscripción de un Tratado de Libre Comercio con Canadá y los Estados Unidos; las zonas de libre comercio constituyen excepciones al principio de multilateralidad, por lo que los beneficios extendidos por México a sus socios del TLC no serían extensivos a los demás integrantes de la Organización Mundial de Comercio que vino a sustituir al GATT
-¿Que implicaría todo eso para las relaciones exteriores de nuestro país?, preguntó con inquietud Villavicencio, quien fungía en la Cámara, precisamente, como secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
- Bajo la vigencia del Tratado de Libre Comercio, el industrial mexicano puede adquirir el “hilo o la fibra”, indistintamente en México, en los Estados Unidos o en Canadá; más no así en Birmania, por ejemplo, al menos, no, si su intención es colocar su producción libre de aranceles en el mercado ampliado de América del Norte; a partir de que el TLC entró en vigor, los productores de Canadá o de los Estados Unidos remitieron a alguna determinada planta fabril ubicada en México hilo o fibra, según el caso, a efecto de realizar la maquila concerniente, pagando salarios sumamente bajos y remitiendo posteriormente la producción terminada a los Estados Unidos, sin que ello representara costo fiscal alguno por concepto de aranceles; ¿Recuerda Usted a Bob Reich?
-Fue Secretario del Trabajo de los Estados Unidos durante los años de la primera administración de Clinton.
-¿Leyó su libro?
-¿EL TRABAJO DE LAS NACIONES es el título, si mal no recuerdo?
-Exacto.
-No, tan sólo lo conozco por las referencias que me hizo el Congresista Luis Gutiérrez de Illinois, en la más reciente interparlamentaria.
Los comensales habían estado tomando algunos coñacs mientras platicaban y el salón comenzaba a ser amenizado con un guitarrista que se acercó a la mesa para ofrecer alguna complacencia, se sabe Usted “Por ti”, le preguntó Rodrigo, a lo que el cantante contestó afirmativamente.
-Conforme a las tesis de Reich , continuó en su disertación, la actividad concerniente a la industria textil corresponde a la producción de alto volumen que convenía dejar en manos de México bajo el esquema del TLC, siendo por demás discordante con una sociedad posindustrial como la norteamericana, que tendría que emprender sus esfuerzos productivos en rubros de alto valor agregado; no en balde, durante la contienda presidencial de 1996 en la que Clinton se presentó a la reelección, Patt Buchanan, como abanderado de la ultraderecha norteamericana, llegó a construir una importante base electoral entre los obreros despedidos de la industria textil.
-Yo era jefe de los servicios de inteligencia cuando se llevaron a cabo las negociaciones del Tratado de libre Comercio, comentó Pedro Luis Villavicencio.
-Sí, lo tengo muy presente, contestó Rodrigo.
-Por esas fechas, recibí varias comunicaciones de gobiernos de Europa, de diversos países del Medio Oriente y de los Estados Unidos, advirtiéndome que tuviera muy en cuenta las pesquisas relativas al asesinato de Josuá Cohen, sin embargo, nadie supo esclarecer a cabalidad la relación posible entre las negociaciones internacionales en el rubro de la industria textil y dicho homicidio, ¿recuerda Usted el asesinato de Cohen?
-Por supuesto, contestó; y pensó de inmediato en los recientes descubrimientos que había hecho en su oficina, al revisar las fojas de un expediente, que, al menos , en términos profesionales, había prácticamente dejado de interesarle.
Por ti
yo dejé de pensar en el mar
por ti
yo dejé de fijarme en el cielo
Por ti
me ha dado por llorar como el mar
me he puesto a sollozar
como el cielo
me ha dado por llorar
Por ti
la ternura se niega conmigo
por ti
la amargura me sigue y la sigo
Por ti
me estoy volviendo loco de celos
se vuelven contra mi mis anhelos
se vuelven contra mi
Por ti
la vida se me ha vuelto un infierno
por ti
estoy muerto de amor tan enfermo
Por ti
se han vuelto llaga el sol y el dolor
se ha vuelto mal la flor y el amor
se ha vuelto mal la flor
Por ti
el mar es la locura del cielo
por ti
el llanto es una llaga de celos
Por ti
el dolor es el sol sin la flor
el infierno es amor tan eterno
el infierno es amor.
-¿Por qué le dio ahora por la vena sentimental Irigoyen? Inquirió el Senador con una mezcla de ironía y de aire compasivo.
-Es solamente el gusto por una canción, contestó él sin inmutarse.
-Todos tenemos un pasado, amigo mío, todos, incluso Usted, y siempre nos ronda, una y otra vez.
EL LEON DE LA CASA DE JUDÁ
El martes 6 de enero del año de gracia de 1990, día de la epifanía de nuestro Señor Jusucristo: Josuá Cohen ; quién fuera el más prominente industrial del ramo textil de nuestro país bajo el esquema de sustitución de importaciones, implementado desde los días de la Segunda Guerra Mundial y hasta la década de los ochenta ; quién fuera el más prominente industrial del ramo textil de la historia de México desde los días de Esteban de Antuñano, quién fuera el patriarca y principal promotor de la comunidad judía mexicana; fue brutalmente asesinado en su domicilio de la Ciudad de México ubicado en Las Lomas de Chapultepec.
El agente del Ministerio Público encargado del caso , inició las pesquisas conducentes al asesinato de Cohen ,durante las cuales, el arma homicida, una pistola Belga de colección marca Walter PP calibre 380, desapareció misteriosamente de las oficinas ministeriales; suceso que obligó al encargado del caso a dejar su cargo en la procuraduría capitalina, incorporándose posteriormente al “pool” de abogados del actual Ministro del Interior ; con el tiempo, llegó a fungir como subprocurador de justicia del Distrito Federal, cargo que se vio obligado a abandonar tras la ventilación de brutales y trágicos sucesos, acaecidos en una discoteca durante una cálida tarde de primavera.
Mientras seguían escuchando las canciones con las que al guitarrista amenizaba la reunión , el Senador Villavicencio hizo una intensa memoria de los acontecimientos referentes a la muerte de Cohen : el agente del Ministerio Público que se encargó de presentar el pliego de consignación ante la Juez 30 de lo Penal del Fuero Común del Distrito Federal, se llamaba Pablo Chapa Bezanilla, personaje que cobraría relevancia en la historia reciente del país por el escándalo suscitado en torno a la osamenta encontrada en la finca denominada “El Encanto”.
Curiosamente, el detective del área de homicidios encargado del caso, fue el señor Fernando de la Sota Rodalleguez, un ex agente de la Dirección Federal de Seguridad entrenado por la CIA, quién, posteriormente, se encargaría de la seguridad de los negocios bancarios de la familia Alcántara, prominentes empresarios del ramo del transporte en el Estado de México; por lo demás, fue asimismo la cabeza del grupo “Omega” , encargándose por ende de la seguridad de Luis Donaldo Colosio en la Colonia “Lomas Taurinas” de Tijuana, el 23 de marzo de 1994; y a quién, no pocas voces, señalaron en la época como el responsable de haber sido el autor del célebre “segundo disparo” que malograra la vida del abanderado príista a la Presidencia de la República.
Por si fuera poco, el encargado de conducir la averiguación previa concerniente al asesinato de Cohen , Federico Ponce Rojas, sería cesado años después, de la Procuraduría General de la República a consecuencia de los acontecimientos suscitados en el “Llano de la Víbora” en Tlalixcoyan, Veracruz, en los que un enfrentamiento entre agentes judiciales y militares por la protección de un cargamento de estupefacientes, derivó en un escándalo que trascendió las fronteras del país.
En la oferta de productos, como en la política, no existen vacíos: la situación preponderante que llegó a ostentar Cohen en el mercado textil bajo el esquema de sustitución de importación, fue ocupado tras su muerte ya bajo la regulación contemplada en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte por otros industriales, como Abu Monzar : Reyes de hilos y de fibras y acaso también de chocolate, sustancia que, dicho sea de paso, potencia los efectos enervantes de algunas otras como el hachís.
-Por lo visto, el dictamen que tendrá que elaborarse al respecto, tendrá que considerar improcedente la posibilidad de establecer medidas arancelarias tendientes a la protección de la industria textil, ¿ no es así? Preguntó Pedro Luis Villavicencio.
-Lamento mucho tener que decirle que sí, que así es, Senador
En 1990, año en que fuera asesinado Josuá Cohen, Siria se sumó a la coalición anti- Sadam encabezada por la Casa Blanca, a cambio de lo cual, el Gobierno de Washington extendió sus beneplácitos por el triunfo de la fracción pro- Siria en la cruenta Guerra Civil de Líbano, en detrimento de la “Falange Cristiana “ de Guemayel; aquel quién fuera el incondicional aliado de Tel Aviv y el Mossad en la cruenta masacre de los campos de refugiados palestinos de Líbano en 1982.
El Senador Villavicencio recordó entonces, que en ocasión de la muerte de Cohen, la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal había presentado cargos por homicidio en contra de Viky y Alan Shiliska, a la sazón esposa e hijo del occiso; con lo que se había incoado el Proceso conducente que culminaría con la sentencia pronunciada por la Juez 30 de lo Penal del Fuero Común en el Distrito Federal , emitida el día viernes 21 de diciembre de ese mismo año; día en el que la comunidad judía celebraba la “Hanuka”, en remembranza del glorioso rescate del Templo de Jerusalem de manos de Antíoco, llevado a cabo por Judas Macabeo
.
Los procesados fueron encontrado culpables del delito de homicidio en riña en grado de coparticipación; toda vez que nunca se logró determinar quién había realizado materialmente los disparos que cegaron la vida del industrial.
¿Acaso el mercado textil de América del Norte, se habría convertido en algún momento, en carta secreta de negociación entre los regímenes políticos de Damasco y Tel Aviv?
Lawrenc Durrel, autor predilecto del Senador Villavicencio, plasmó la realidad irreductible de la denominada “Conexión Siria” en las novelas que conforman el “Cuarteto de Alejandría”: Sectas esotéricas, pactos homosexuales, operaciones de inteligencia y contrainteligencia, lenocinio, tráfico de personas, prostitución infantil, juego, y distribución de estupefacientes; realidad irreductible que se erige en el misterio que se oculta tras los avatares de la industria textil .
Las sospechas podrían muy bien haberse dirigido en dirección de los sirios, - que por lo demás, podrían ser caracterizados a cabalidad en los términos en los que alguna vez fueron descritos por Durrel en “Justine”- : “ con sus risas mujeriles, justipreciando las joyas por su brillo y fumando puros, gruesos como los muslos de las egipcias con sus briznas de hachís”; sin embargo, todo puede ser siempre una mera apariencia, como dijera el misterioso compañero de barra y de martinis de Rodrigo, después de todo, según el Libro de los Reyes, “Aún siendo Saúl, el único Rey de Israel, David fue siempre el león de la Casa de Judá”.
EL FONÓGRAFO
Rodrigo pensó en su amigo Raúl Bernal, si había alguien capaz de estar informado de los más intrincados vericuetos sociales era él, Bernal cultiva de tiempo atrás diversas artes y ciencias, tiene influencias tanto en el servicio público como en la actividad mercantil de la localidad, además de que ha ejercido de mucho tiempo atrás el editorialismo político.
Rodrigo le había ayudado a ganar una controversia con las autoridades municipales, motivo por el que Bernal le respetaba ampliamente, en esa ocasión, en la que se encontraba preso de una ansiedad inusitada, lo encontró a medio día, sin mayor sobresalto, en el café de costumbre tomando el clásico exprés.
-Don Raúl.
-¿Qué milagro que se le ve por acá?
-Si tiene tiempo disponible me gustaría platicar con Usted.
-Bueno, pues p´a luego es tarde.
-¿Qué sabría Usted decirme de la inmobiliaria de Martínez Tijerina?
-Ya salió el peine ¿sabe quiénes son los verdaderos dueños de esa compañía?
- Tendrían que serlo los herederos de Josuá Cohen,
- Exacto, pero a los abogados que se encargaron de tramitar la sucesión, no se les dio la gana incluir el paquete accionario correspondiente en los inventarios de la herencia.
- Se les ha de haber pasado de largo
- Ningún pasado, los abogados deliberadamente la omitieron, por qué recibieron órdenes de un Señor de New York, un tal Kasinsky.
- Entonces, en caso de que la compañía se liquidara habría un relajo de los mil demonios para adjudicar bienes.
- Esa empresa no tiene ningún bien, lo único que le interesa a Martínez Tijerina es reivindicar un predio en Hujotzingo, un predio en el que en otro tiempo, Cohen pensaba instalar algunas plantas textiles.
- ¿El predio le interesa a Martínez o a Kasinsky?
- No hombre, a Martínez, Kasinsky no ha de saber ni donde chingados está Hujotzingo en el mapa
- Y el tal kasinsky ¿en qué cabaret baila?
- No sé, lo único que sé, es que , entre otras linduras, es coleccionista de arte y que le ha dado últimamente por el Arte Sacro Virreinal Mexicano; pero no crea que por baratijas, no, sino por lo mejor de la Escuela Mexicana de Pintura: Rodríguez Xuárez, Miguel Cabrera y de ahí para arriba; y otra cosa interesante , su principal socio en México, Edmundo Ibarra, el verdadero patrón de Martínez, anda reclutando copistas de Arte Sacro, al parecer se encontró a uno de antología en Honduras, un guatemalteco oriundo de “Antigua”
- Muchas gracias Don Raúl- dijo Rodrigo pidiendo la cuenta, ante lo que su compañero de mesa dijo al instante.
- Déjelo.
- Bueno, pues nuevamente muchas gracias; y se retiró del lugar con la íntima convicción de haber develado un misterio insondable.
Al día siguiente Rodrigo salió a la Ciudad de México, se acercaba la Navidad y empezaba a oscurecer temprano por lo que quería atender algunos pendientes antes de hacerle una visita a su misterioso conocido en la barra del piano bar del Hotel Sheraton , su instinto le decía que ese día se encontraría con él con toda seguridad; atardecía y Rodrigo dedicó un rato prolongado a contemplar el Paseo de la Reforma, el antiguo Paseo del Emperador trazado por órdenes de Maximiliano para conducir sus pasos a su residencia del Palacio de Miravalle, nombre con el que rebautizó a Chapultepec en clara resonancia con su domicilio europeo de Miramar; el Paseo que asumiera el nombre de “La Reforma” tras la Restauración de la República en 1867; el Paseo de la Reforma con su continuo deambular de vehículos y rostros de toda laya que dejan de manifiesto lo profundo e intrincado del corazón humano, más profundo que el Océano según afirma el Conde de Lautremont en “Los Cantos de Maldoror”; el Paseo de la Reforma, inexistente en el Siglo XVI y desconocido por ende por el Virrey Peralta, por Simón Peyréns y por los altos oficiales de la Santa Inquisición; el Paseo de la Reforma, ignorado en sus crónicas citadinas escritas en forma de romance por Juan de Dios Peza; el Paseo de la Reforma, cercado hoy en día por enormes edificios desde cuyos ventanales se refleja el intenso sol que abraza al altiplano durante los días abrileños; al acercarse al Sheraton, Rodrigo tuvo la íntima sensación de acercarse a la celebración de un ritual iniciático, como si estuviese a punto de contemplar “ la Luz de Osiris y de aspirar el aroma de la Rosa de Isis” como dice el libreto de “La Flauta Mágica”; al entrar en el establecimiento, había empezado a oscurecer en la ciudad, y de inmediato se dirigió a la barra del bar.
-¿cómo ha estado?- Lo saludó su incognito amigo.
-Tengo la sensación de que me estaba esperando.
-Cierto, tan cierto como que estaba Usted buscándome.
-Así es, para que negárselo.
-Me enteré de que ha realizado notables avances en sus pesquisas.
-Me quedan varios cabos sueltos.
-Nárreme sus conclusiones.
-¿Le gusta desentrañar acertijos, no es así? Bueno, a mí también, la verdad sea dicha.
-Comience , si no tiene inconveniente, claro esté
La convicción de Rodrigo era que en el encuentro previo, su ocasional compañero en la ingesta de Martinis, lo había puesto deliberadamente sobre la pista de Edmundo Ibarra , tanto respecto a la participación en grado de encubrimiento que éste habría tenido en el asesinato de Josúa Cohen, como con respecto al tráfico de Arte Sacro Virreinal Mexicano , con el único y deliberado propósito de incriminarlo en un escándalo y eliminarlo del negocio.
Respecto al asesinato de Cohen, las apariencia pudiera conducir a una posible participación de los agentes sirios en México , pero el poder que Kasinsky seguía ejerciendo sobre el grupo no cuadraría con dicha hipótesis, por lo demás, abría que atender a la existencia de ese fenómeno denominado por la prensa anglosajona como “el sionismo árabe”, y que se refiere a la subordinación a los lineamientos dictados por de El Mossad y el Ejército de Israel por parte de los dirigentes políticos de las minorías cristianas en los países árabes como lo son los coptos en Egipto o los maronitas en Líbano, claro que, ante ese supuesto, quedaba como interrogante pendiente de resolver el de ¿Por qué habría de ser asesinado Joshuá Cohen? .
-Buena pregunta, dijo el compañero de barra, ciertamente hubo una negociación en Medio Oriente sobre el mercado textil de América del Norte, pero fue entre Israel, Los Estados Unidos y China; en algo participaron los antiguos agentes de la KGB y los banqueros vinculados al Vaticano, aún cuando pueda parecerle desproporcionada la ecuación: vinculados ambos en las casas de apuesta de Nevada; por lo demás, Cohen no era, a fin de cuentas, más que un dinosaurio de la industria pero con el suficiente poder en México como para descarrila la implementación de tales acuerdos, no ha sido la única ocasión en que un judío mata a otro judío, bástenos con recordar el asesinato de Yitzak Rabin.
-Cohen, expresó Rodrigo con cierta melancolía, era sefardita como el propio Peyréns, al menos según la versión de Juan de Dios Peza, mártires ambos de sus respectivas vocaciones, la de la temática pictórica en el caso del artista y la del emprendedor industrial en la del otro, - una vez dejado atrás el tono de evocación melancólica, continuó con el pleno cinismo que la ocasión ameritaba-; la conexión entre los antiguos agentes de la KGB y los banqueros del Vaticano se da en lo concerniente a las redes de pederastia conformadas en torno a diversos magnates de la industria textil ¿no es así?
-Le dije al principio que sus avances era notables, pero mejor dígame ¿qué mas descubrió?.
Kasinsky, comenzó Rodrigo en su relato, quién ha de suponerse juega un papel importante en el contrabando de textiles provenientes de China, pretende colocar entre los coleccionista de Nueva York , haciéndolas pasar como auténticas, copias de las pinturas que Simón Peyréns pintó en el Convento de Huejotzingo, así como una copia del retablo del Perdón de la Catedral Metropolitana, y al copista se le pretende pagar con la dotación de un extenso predio ubicado, precisamente, en las cercanía del Convento, y cuyos legítimos propietarios serían los herederos de Cohen, hasta aquí mis líneas de indagación resultan plenamente coherentes, al menos en apariencia.
Dejábase oír entre ellos la voz de la cancionera, acompañada por el Mariachi que amenizaba en el salón conjunto: “ si te acepto es para que me abone, la desgraciada vida, la que me abrió esta herida, la cuenta ya perdida, la cuenta ya olvidada que no alcanzó a pagarse con nuestra juventud”
-¿Por qué dice “al menos en apariencia”?
-La muerte de Josuá Cohen es un asunto muy viejo, probablemente la acción penal habría prescrito ya, y si no, es casi seguro que en el expediente de la averiguación previa se hubiese dictado el acuerdo respectivo, declarándolo totalmente concluido, ¿cómo le diré? sería una materia que podría acoplarse a la perfección con la canción que estamos escuchando.
-¿La conoce Usted?
-Por supuesto,- contestó con satisfacción Rodrigo-, la cantaba Lola Beltrán y su letra …
-Fue escrita por Salvador Novo, se adelantó a concluir su atento interlocutor; pero volviendo a nuestro primigenio tema de conversación, déjeme decirle que no menosprecie tanto su conclusión, un escándalo sensacionalista puede no concluir con una sentencia firme ante los tribunales de Justicia , pero puede, no obstante ello, servir sin embargo para muchas otras cosas; por lo demás, debo aclararle que las copias serían las que se iban a quedar en los sitios de origen, y las pinturas auténticas eran las que estaban destinadas a venderse en Nueva York; Usted ha de entender que resulta muy difícil engañar a gente tan conocedora; respecto a la recompensa del copista, está se circunscribía a una pequeña segregación del predio en cuestión, nada más, si Martínez Tijerina se empeñó en robarse todo el predio , con el permiso de Kasinsky, claro está, eso se explica única y exclusivamente por su inclinación manifiesta por los simples y comunes negocios inmobiliarios, no lo juzgue con demasiada dureza, después de todo, el pobre no da para mucho más.
-¿El copista sigue en Hujotzingo?
-Hasta donde sé, fue deportado por migración hace un par de días
-¿No lo impidió Usted?
-¿Para qué?, Kasinsky murió de un infarto la semana pasada en Nueva York, y sin él, no existen las conexiones adecuadas para la consecución del negocio; tenga, le entregó una tarjeta con una dirección en la Plaza Río de Janeiro , ahí despejará el resto de sus dudas, si acaso nos es dado alguna vez conocer la realidad del mundo o escaparnos de la representación escénica que habremos de representar una y otra vez en el teatro del mundo, como Vivien Leigh, que quedará para siempre filmada en la cinta de Elia Kasán, haciendo el papel de Blanch DuBois.
- Creo tener una intuición sobre su sociedad en los negocios.
- ¿Una intuición o un anhelo?
- ¿Qué es lo que quiere decirme? Contestó Rodrigo con manifiesto enojo.
- No se moleste, no lo digo por ofenderle, además ¿Qué es lo que quiere que le diga?¿qué en esa dirección confirmará Usted su intuición o su anhelo? probablemente lo único que encuentre en realidad sean nuevas dudas e inquietudes, después de todo “hemos sido creados orientados hacia ti y sin reposo estará nuestro corazón hasta que en ti repose”.
- San Agustín en “Las Confesiones” ¿no es cierto?
- Exactamente.
Rodrigo salió del Hotel y tomó un taxi que lo condujo a un edificio ubicado en la Plaza Río de Janeiro, en donde se encontraría con un oscuro, discreto y confortable departamento amueblado al estilo imperial francés; así como con la llave de muchos de los misterios de su vida.
En el trayecto, escuchó con cierta añoranza el eslogan de la frecuencia que el taxista había sintonizado: “ El fonógrafo, música Ligada a su recuerdo”, así como la voz de Lucho Gatica que a continuación se dejó escuchar en el aparto de radio; al acercarse a su destino, pasaron muy cerca de la “Sagrada Familia”, el templo de inspiración gótica en su frontispicio , en el que se habían iniciado las protestas en defensa de la libertad religiosa que culminaron con el estallido de la “Guerra Cristera”, frente a “La Sagrada Familia”, había existido por muchísimos años una pequeña y peculiar librería que atendían dos señoras mayores, librería en la que se expedía las obras fundamentales de la patrística y de los Doctores de la Iglesia , mientras que, en un segundo plano, se mostraba de manera discreta a los diversos autores de la Enciclopedia francesa, destacándose entre todos el Divino Marqués de Sade; en otros tiempos, en los ya lejanos días escolares, Rodrigo había comprado en esa misteriosa cueva de secretos y realidades ocultas a “San Juan de la Cruz”; ocasión en la que el único visitante del lugar, quién parecía provenientes de las entrañas mismas del tiempo y la memoria, se dirigió a él incluyéndole en la conversación que familiarmente sostenía con las encargadas del establecimiento: “ha de saber, amigo mío, le dijo, que en esta librería se reunían los exiliados de la República Española, mientras esperaban que sus piadosas esposas salieran de misa, dedicando ese tiempo a charlar sobre sus heréticas, pecaminosas e indecentes lecturas sin temor a ser reprendidos por sus consortes”
Tal vez sería mejor que no volvieras
Quizás fuera mejor que me olvidaras
Volver es empezar a atormentarnos
A querernos para odiarnos
Sin principio ni final
Nos hemos hecho tanto, tanto daño
Que amor entre nosotros, es martirio
Jamás quiso llegar el desengaño
Ni el olvido, ni el delirio
Seguiremos siempre igual
Cariño como el nuestro es un castigo
Que se lleva en el alma hasta la muerte
Mi suerte necesita de tu suerte
Y tú me necesitas mucho más
Por eso no habrá nunca despedida
Ni paz alguna habrá de consolarnos
El paso del dolor, ha de encontrarnos
De rodillas en la vida
Frente a frente...y nada más
EL ESCENARIO DEL MUNDO
Buscar la realidad tras la apariencia de las cosas suele conducirnos a otra apariencia que se muestra engañosa ante nuestros sentidos, al menos, eso es lo que suelen aseverar los místicos sufís del Islam.
Al llegar a su destino, Rodrigo se encontró con Angélica a solas, cara a cara a un par de pasos uno del otro, igual que como, tantos años atrás, habrían coincido a la entrada del concierto del Quinteto Orpheus.
Angélica custodiaba con la mirada un paquete que sobresalía sobre una de los muebles de caoba del departamento; en ese momento, él la encontró hermosa, más hermosa que nunca quizá, no era por supuesto la jovencita de otros tiempos, pero seguramente había ganado en carácter lo que habría perdido en lozanía, “carácter” , palabra cruenta y terrible que denota la marca que las experiencias dejan en nosotros por el trascurrir mismo del tiempo y de la vida.
-Rodrigo, ¿cómo has estado?
- Tal y como lo has de suponer, sirviéndote de pendejo
-¿Por qué dices eso?
-Edmundo no tuvo absolutamente nada que ver en la intriga para plagiar los cuadros de Peyréns ¿no es así?
-así es.
-¿Todo lo idearon tú y ese cabrón al que seguramente te has de estar cogiendo?
-Yo no, mi hermana
-Acabáramos, dijo con sorna Rodrigo
-Jamás me interesó participar en ese asunto.
- Te diste a la tarea de conseguir en Centro América a un copista de Arte Sacro Virreynal, de contactar con Martínez Tijerina y con Kasinsky , y estuviste siguiendo mis pasos a detalle, haciendo pasar a Edmundo como el culpable de todo, y eso que no te interesaba ¿te imaginas lo que hubieras sido capaz de hacer si llega a interesarte?
-Tú nos has comprendido absolutamente nada ¿verdad?
-¿Qué es lo que tendría que haber entendido?
Angélica le dio la espalda como muestra de cierta exasperación, y Rodrigo movido por un impuso incontenible introdujo sus manos entre su blusa de seda y el brasier, mientras le besaba la nuca, y se sintió invadido de un furor incontenible al percibir la suavidad de sus senos espléndidos y voluminosos, así como la excitación que provocaba en ella
-Quiero masturbarme con tus tetas- le dijo.
Un arranque de cólera y de indignación recorrió palmo a palmo el cuerpo de Angélica, que se separó de las manos de Rodrigo y se dirigió hasta el paquete que había estado observado fijamente al principio de su encuentro para sacar de entre su envoltura una pistola Belga de colección marca Walter PP calibre 380 que disparó al instante en dirección de él, el proyectil, que estuvo a punto de rosarle , fue a impactarse de frente a un espejo de cuerpo entero incrustado en la pared que se hizo añicos , de inmediato; Rodrigo se acercó a ella , le quitó la pistola con suavidad y examinándola le dijo:
- Edmundo nada tuvo que ver tampoco en la desaparición de la evidencia de la muerte de Cohen ¿no es así?
-No, nada, dijo ella; y le propinó una bofetada con toda la violencia de la que podía ser capaz, Angélica cayó al suelo y de inmediato se reincorporó y se abalanzó sobre el cuello de su agresor al que besó apasionadamente en la boca para después susurrarle al oído.
-Desgraciado, siempre te he amado y voy a amarte todos los días de mi vida, perro infeliz, hijo de la gran puta.
-Bájate las pantaletas porqué quiero meterte la verga, pinche cabrona pendeja, hija de la chingada.
Si el pan y el vino experimentan el milagro de la transustanciación en la eucaristía, Angélica y Rodrigo, percibieron en medio del fuego ardiente de la pasión la presencia de todo lo que es sagrado ; y, acaso, habrían podido incluso alcanzar en eso momento la gracia y la protección de nuestra Señora del Perdón, después de todo, sí habían sido pérfidos e infames, ello se debía tan sólo a que ese era el papel que les había sido dado desempeñar en escena , el papel que había sido escrito para ellos desde el principio de los tiempos por el dramaturgo del universo , y que, finalmente, habían logrado actuar de manera magistral, multiplicándose sus imágenes entre los fragmentos del espejo desecho por el proyectil disparado por Angélica, habrían representado a fin de cuentas, la gran actuación de sus vidas , en medio de la espectacular escenografía levantada en su entorno por los tramoyistas del mundo.
Puebla, Pue a 9 de julio del año 2010.
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De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.
Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava