Vasconcelos, hijo verdadero de la Revolución
- José Alarcón Hernández
Vasconcelos y la Educación en México
En 1920, Adolfo de la Huerta, encargado de la presidencia nombró a Vasconcelos rector de la UNAM, quien propuso el escudo y el lema: “Por Mi Raza Hablará el Espíritu”.
El 30 de noviembre de 1920, Obregón fue elegido presidente.
Vasconcelos confiaba en que se restableciera el orden en el país y se propuso renovar su campaña por la creación de una Secretaría de Educación Pública.
Su mayor propósito era: socializar la educación y formar a la juventud.
Un anhelo casi imposible por las circunstancias de la época. No había suficientes escuelas ni maestros. La heterogénea población planteaba el mayor reto.
La población rural era considerable: 80%.
Millones de habitantes no sabían leer ni escribir.
El 3 de marzo de 1921 el Senado aprobó la reforma constitucional para el establecimiento de la SEP, la cual fue creada el 27 de julio.
Vasconcelos se convirtió en el primer secretario de Educación Pública el 10 de octubre de ese mismo año.
Había estudiado diversas filosofías de educación, tenía experiencia y altura de miras.
Entonces, de manera prodigiosa, hizo a un lado restricciones y tabúes que siempre han existido en el ámbito educativo y se empeñó en los más desprotegidos, en los indígenas, a quienes consideraba iguales en dignidad y con derechos.
Vasconcelos se declaró católico públicamente hasta 1948, aunque conocía las diferentes religiones.
Para emprender esta labor titánica quizá se inspiró en el Evangelio: “Es verdad que son ignorantes en las ciencias humanas, pero son hijos de la sabiduría de mi Padre. Ustedes, los eternamente pisoteados por la bota de los poderosos, los arrinconados, los olvidados, levanten la cabeza, alégrense porque serán los primeros…”.
Fundió en una unidad nacional a los diversos elementos y asimiló al indio en el conjunto de la sociedad.
Este objetivo lo ligó con el tema fundamental de la revolución: un levantamiento nacionalista.
El periódico El Universal lo definió como “un verdadero apóstol en el campo de la educación”.
Construyó escuelas, equipó aulas y creó el grupo de “misioneros” o “soldados del progreso”.
Envió a estos primeros maestros rurales a educar a las regiones más remotas.
Realizó la cruzada por la elevación y la liberación del espíritu, y por el mejoramiento físico.
Los miembros de cada misión debían estudiar la geografía, la historia y la antropología de la región a la que eran enviados.
Ligó su método de enseñanza al empleado en la Conquista, retomando la concepción educadora integral, inmensa y fecunda de los misioneros españoles: Vasco de Quiroga y Pedro de Gante.
Se apoyó en otros educadores como Johann Heinrich Pestalozzi, reformador suizo del siglo XVIII, uno de los fundadores de la pedagogía moderna.
Vasconcelos decía que el cambio social sólo podía realizarse mediante el mejoramiento moral de los individuos.
En sus escritos sobre la evolución futura de una civilización universal, La Rasa Cósmica, sostiene esta tesis.
Con esta mística también estableció bibliotecas populares.
Repartió miles de libros de los clásicos universales como Homero, Platón, Shakespeare y Goethe.
Distribuyó la revista El Maestro.
Puso al arte, como la música, al alcance del pueblo y logró su reconocimiento universal.
La obra de los murales inició en 1922, al impulsar a los pintores José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y muchos más.
La pintura mexicana se puso al frente de las realizaciones mundiales.
Trazó un cuadro de educación para preservar la integridad de las culturas indígenas.
Introdujo la lengua española en la vida cotidiana de los indios por medio del drama y diferentes juegos.
Decía que la organización escolar debe corresponder a la organización social y a las necesidades de los tiempos.
Organizó guarderías y jardines de niños, donde se instruía y preparara a los menores para su incorporación a la vida colectiva.
Tuvo momentos de impopularidad como Secretario por manifestaciones de jóvenes azuzados por Plutarco Elías Calles, quien entonces pretendía la presidencia de la República.
Entre 1923 y 1924, renunció a la secretaría por diferencias con el presidente Obregón.
Luego fue candidato a la gubernatura de Oaxaca, pero perdió al no contar con el apoyo del gobierno.
Durante el régimen callista, del 1 de diciembre de 1924 al 30 de noviembre de 1928, Vasconcelos se exilió del país.
Vasconcelos candidato presidencial
Se acercaba el fin del periodo de gobierno de Calles, y Obregón se preparaba para regresar al poder.
Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez, fueron asesinados.
El 1 de julio de 1928 Obregón fue asesinado por José de León Toral. La confusión reinaba en el escenario nacional después de su muerte.
Emilio Portes Gil fue nombrado presidente provisional por el Congreso.
Se convocó a elecciones en 1929. Los principales candidatos eran Pascual Ortiz Rubio, alias “El Nopalito”, por el Partido Nacional Revolucionario, y José Vasconcelos por el Partido Antirreeleccionista.
En la campaña, el gobierno, apoyado por Calles, recurrió a la intimidación, a las amenazas y al ataque directo contra los vasconcelistas, para mantener el poder. Hubo muertos e incontables heridos por los de actos represión.
El día de la elección el gobierno impidió sufragar a miles de simpatizantes de Vasconcelos.
La historia oficial no registra datos de esta contienda épica en la que el PNR recurrió a todo tipo de irregularidades.
Los reportes oficiales del gobierno otorgaron a Pascual Ortiz Rubio 1,947, 848 votos, mientras que a Vasconcelos sólo 110,979 sufragios.
Vasconcelos falleció en la Ciudad de México el 30 de junio de 1959.
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Lic. en economía, con mención honorífica. Diputado Local dos veces y diputado federal dos ocasiones. Subsecretario de Educación Superior de la Entidad y Subsecretario de gobernación del Estado. Autor de 8 libros publicados por la Editorial Porrúa. Delegado de la SEP Federal en el Estado. Actualmente Presidente del Colegio de Puebla. A.C.