Ni los paladines de la verdad, ni las piedras filosofales que se colocan como emblemas vergonzosos en la rendición de cuentas, han podido con la resistencia, la negación y el “oscurantismo” que se empeñan en resguardar con absoluto recelo, gobiernos y gobernantes.

Se vale de todo, tal vez, soslayar de vez en diario el derecho a la información para priorizar el carpetazo de esos asuntos que pueden significar la apertura de las tenebrosas cajas de pandora.

De cómplices y compinches podemos dar detalles, sobre todo cuando se trata de ir contra la transparencia.

A la par de los rimbombantes anuncios que visten y engalanan a las grandes capitales ávidas de poder, deberían despejarse todas esas dudas y suspicacias que surgen a la sazón de emblemas casi “monárquicos”, que se empeñan en actuar como las viejas dictaduras.

El derroche y la personificación real de los egos, vulnera cualquier intento ciudadano de ejercer su pleno derecho a saber cómo, cuándo y cuánto se gastan estos gobiernos en los rimbombantes proyectos, uno que otro avioncito o Augusta, los guadarropas neoyorquinos y esos gastos superfluos que bien parecieran pasar desapercibidos con las faraónicas acciones, pero que nos despiertan dudas, interrogantes y hasta una que otra sospecha.

De los negocios, negocitos, compras de lujo, chanchullos y todo lo que se acumule, podemos dar cuenta en sexenios que parecieran estar de vuelta y no pertenecer al pasado reciente.

Ahora resulta, que hasta los gobernantes electos nos dan con la puerta en la nariz por andar de preguntones. Así es, estos señores nos dicen que “se reservan la información de sus gastos de campaña”.

Más teatro guiñol no se puede pedir, cuando está más que entendido que algunos de los hoy triunfadores, gastaron carretadas de dinero en especie y propaganda con tal de comprar cualquier inquieta conciencia.

A propósito del próximo Encuentro Nacional “Mejores Prácticas de Transparencia” que se realizará en Puebla los próximos 20 y 21 de noviembre, conviene hacer la reflexión paradójica de la llamada transparencia acotada que hoy registra Puebla.

¿Quiénes serán los personajes políticos que asistirán a tan valioso acto?.....No es nada difícil adivinar, pues de las simulaciones varios son unos verdaderos expertos.

La transparencia es el talón de Aquiles para esos gobiernos que se empeñan en vulnerar el derecho a la información, bajo la premisa de una privacidad “conveniente” y a modo a las conveniencias personales y de poder.

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