La protección civil ¿cuestión de elección?
- María Teresa Galicia Cordero
La información recibida a través de los diversos medios de comunicación, incluyendo las redes sociales, muestran una buena parte del país destrozado por “Ingrid y Manuel”. Es en estos momentos cuando la protección civil recobra momentáneamente su importancia, cuando debiera ser tema presente en los diversos ámbitos del acontecer cotidiano.
La protección civil es un sistema mediante el cual cada país proporciona la protección y la asistencia ante cualquier tipo de desastre o accidente, en él se cumplen tareas humanitarias contra los peligros de hostilidades y las catástrofes para apoyar la recuperación y facilitar las condiciones de sobrevivencia.
La alarma temprana , evacuación, organización de refugios, salvamento, servicios sanitarios de primeros auxilios, detección y señalamiento de zonas peligrosas, descontaminación, provisión de alojamiento y abastecimiento de urgencia, mantenimiento de orden en zonas damnificadas, establecimiento de servicios públicos indispensables, servicios funerarios de urgencia y las actividades complementarias necesarias, son tareas que realizan los brigadistas casi siempre voluntarios, que conforman la protección civil de una comunidad, municipio, estado o país.
Desgraciadamente en México, los desastres y las desgracias son el punto de partida para poner atención sobre su valía y es cuando en todos los estratos sociales y estructuras gubernamentales se determinan acciones, unas planeadas, otras inventadas y otras más simuladas, como la reciente difundida en twiter y facebook con Laura Bozzo, en la que se utilizan trasportes adquiridos con recursos públicos para un programa de televisión, cuando las necesidades de la población son críticas.
La realidad es que no tenemos una cultura de la protección civil.Se concreta en participar en simulacros en fechas conmemorativas o en la realización de un programa de protección civil para las instituciones educativas. En Puebla, las comunidades aledañas al volcán han tenido que desplegar acciones de protección civil ante la posible erupción del volcán Popocatépetl; en la sierra negra, la mixteca y norte del estado también, por las condiciones extraordinarias provocadas por las lluvias.
La Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres EIRD de las Naciones Unidas, conformada por diversas organizaciones, universidades e instituciones tiene un objetivo común: reducir el número de muertos y heridos que causan los desastres provocadas por los peligros naturales; en ella se afirma que los peligros naturales no tienen que transformarse necesariamente en desastres.
Los peligros naturales que pueden convertirse en desastres tienen una clasificación. Este último desastre nacional combina todos los tipos clasificados: hidrometereológico, geológico, químico tecnológico, sanitario ecológico y socio-organizativo, de ahí su magnitud y complejidad.
Si bien la naturaleza sigue su curso y ante ella poco podemos hacer, la educación es prioritaria para reducir la vulnerabilidad de los habitantes de una determinada región.
Los especialistas recomiendan trabajar con los niños porque conforman uno de los grupos más desfavorables en caso de desastres, si desde muy pequeños los formamos acerca de los riesgos ante los peligros naturales, la diferencia puede ser el salvar la vida y la de otras personas. Existen juegos de simulación en línea para desastres, en ellos el objetivo es enseñar a los niños como se construyen pueblos y ciudades más resistentes.Aprenden que la ubicación de las casas y los materiales de que están hechos pueden salvar vidas, al igual que los sistemas de alerta temprana, los planes de evacuación y de educación.
Los niños son los arquitectos, ingenieros, alcaldes, bomberos, soldados, maestros, sacerdotes, brigadistas, investigadores etc. del mañana y si saben lo que hay que hacer, seguramente los resultados podrían ser muy diferentes. Además estas estrategias les permiten configurar su comportamiento ante sucesos reales.
Un simulador en línea es el STOP DISASTERS en donde se informan sobre lo que afectan a millones de personas, ricos o pobres. Con su ayuda podemos reducir los costos humanos, físicos y económicos, mediante la comprensión de peligros y la aplicación de métodos idóneos de prevención. La función de este juego consiste e planear y construir un entorno seguro para su población. Debe de evaluarse el riesgo de que ocurra el desastre. El sitio permite jugar escogiendo un lugar en el que el peligro natural sea un terremoto, un tsunami, un ciclón o un incendio forestal .A partir de esa experiencia se realizan ciertas tareas: la mejora de infraestructura en zonas sísmicas, que la construcción de casas, hoteles o conjuntos habitacionales no sea a menos de 200 metros sobre la costa, la prohibición de asentamientos humanos en los cauces naturales donde corre el agua, la edificación de escuelas en lugares completamente seguros etc.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres UNISDR propone para analizar zonas de riesgo, juegos para niños y niñas. La hormiga Pita te enseña cómo cuidar
la naturaleza y sobre la reducción de desastres. Se propone hacer un mapa de riesgos de tu comunidad pueblo o ciudad para entender las amenazas y zonas vulnerables que existen en tu entorno, tanto de infraestructura como de accidentes geográficos. Se trata de diferenciar el nivel de riesgo que tiene cada uno de estos lugares, colocando en rojo lo peligroso y en verde los lugares seguros. De manera adicional se ofrecen temas como comunidad segura, escuela segura, el rincón científico y videos para enfrentar situaciones de desastre. También hay guías docentes y fichas informativas.
Dar mayor atención en la educación integral de nuestros niños y jóvenes, con contenidos, enfoques y estrategias diferentes es urgente, el mundo está cambiando de manera definitiva. ¿Por qué entonces insistimos en seguir haciendo lo mismo? Las enormes consecuencias de un desastre no sólo impacta a los seres humanos, impacta al medio ambiente en general y es aquí en donde las elecciones que hacemos en nuestras vidas son definitivas: la forma en que cultivamos o producimos nuestros alimentos, dónde y cómo construimos, las políticas de desarrollo que aceptamos, el tipo de gobierno que tenemos, la manera en que se aplican las leyes , el funcionamiento de nuestro sistema financiero, la calidad de la información que se maneja en los medios de comunicación, los valores que vivimos y lo más importante, qué, para qué y cómo enseñamos en los hogares y en las escuelas.
Referencias:
http://www.unisdr.org/ Consultado el 25 de septiembre del 2013
Opinion para Interiores:
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Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.