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Puebla, cuna de la Revolución: el levantamiento de los Serdán

  • Lizzette Vela
El valor de los hermanos Serdán en la entidad poblana detonó la chispa revolucionaria y el fin del régimen porfirista
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En noviembre de 1910, Puebla se convirtió en la cuna de la Revolución Mexicana. Aquiles Serdán y su familia protagonizaron un levantamiento histórico que desencadenó el movimiento revolucionario, tras años de tensión política en el país. Este levantamiento en la casa de los Serdán, el 18 de noviembre, sería el inicio de una cadena de eventos que darían fin al régimen de Porfirio Díaz.

La raíz de la revolución se remonta a 1908, cuando Porfirio Díaz, en entrevista con el periodista estadounidense Creelman, sugirió que México estaba listo para la democracia. Estas declaraciones generaron un movimiento político encabezado por Francisco I. Madero, cuyo libro La Sucesión Presidencial en 1910 inspiró a los grupos anti-reeleccionistas. En Puebla, el espíritu revolucionario se consolidó con el Club Anti-reeleccionista, liderado por Aquiles Serdán en 1909.

Los Serdán, firmes en sus ideales, esperaban iniciar el levantamiento el 20 de noviembre. Sin embargo, días antes, las autoridades comenzaron a sospechar, y el jefe de policía, Miguel Cabrera, planeaba cateos en busca de armas. En la madrugada del 18 de noviembre, los Serdán y sus colaboradores se prepararon para enfrentar la llegada de la policía en su casa de Santa Clara.

El enfrentamiento comenzó cuando la policía intentó entrar. Con pocos recursos, pero mucha valentía, los Serdán resistieron desde los balcones, y el tiroteo se intensificó tras la muerte de Cabrera. Máximo Serdán cayó combatiendo, y la familia continuó defendiendo su hogar hasta el último momento, en una muestra de coraje que resonó en todo el país.

Aquiles, decidido a continuar la causa, se escondió en un compartimiento secreto de la casa, pero finalmente fue descubierto y asesinado. La represión continuó, y su cuerpo fue exhibido en las calles como advertencia para otros revolucionarios. Sin embargo, este trágico desenlace no intimidó a los poblanos, sino que avivó el espíritu revolucionario en toda la nación.

La participación de Puebla fue esencial para el movimiento revolucionario. Como señaló el historiador Mariano Torres, los poblanos demostraron que sólo con valor y constancia se podía aspirar a la libertad. Así, Puebla no solo fue la cuna de la revolución, sino un ejemplo de determinación en la lucha por la justicia y la democracia en México. (LV) 

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