El Complejo Cultural Los Pinos se llenó de color y tradición con la cuarta edición de Original: Encuentro de Arte Textil Mexicano. Este evento, que reúne a artesanas de distintas regiones del país, se consolida como un escaparate para preservar y promover el arte textil, además de ser una alternativa económica para muchas familias.
Eloísa Juárez Cruz, rarámuri de Chihuahua, ha dedicado 30 años a la confección de trajes típicos tarahumaras. Junto con 18 mujeres, encuentra en la costura una forma de sustento ante la sequía que afecta su región. La reciente propuesta de realizar este encuentro cuatro veces al año representa una oportunidad para mejorar su calidad de vida.
Por su parte, Primitiva Celestino Santiago, nahua de Guerrero, destacó sus muñecas de tela, representativas de la vestimenta tradicional de Chilapa. Con un costo de 600 pesos por pieza, estas muñecas buscan captar el interés de quienes valoran el trabajo artesanal. Sin embargo, la falta de herramientas, como máquinas de coser, limita su producción y capacidad de ingresos.
Desde Oaxaca, Marbella Sánchez Jiménez exhibió los trajes tehuanos que confecciona desde los 12 años. Esta joven, licenciada en química, utiliza el arte textil como un puente entre la tradición familiar y la modernidad. Aunque reconoce que pocos jóvenes se interesan en estas actividades, asegura que encuentros como Original inspiran a nuevas generaciones.
El punto de cruz, técnica que Margarita González Flores aprendió en Veracruz, también tiene su lugar en esta muestra. Para Margarita, bordar no solo es un trabajo, sino una forma de preservar su identidad y enseñar a sus hijas el valor de sus raíces, aunque admite que las generaciones actuales se inclinan hacia otras actividades.
Este encuentro destacó el talento de las artesanas y también resalta la importancia de apoyar su labor para mantener vivas las tradiciones mexicanas. Además, fomenta la cohesión social, al unir a familias y visitantes en torno a las historias y manos que dan vida al arte textil.
Con cada puntada y pieza vendida, las artesanas no solo logran subsistir, sino que también reafirman el valor cultural de su trabajo en un espacio que celebra la diversidad y riqueza de México, (LV)