- Cultura
Museo revelará los secretos de Teteles, antiguo sitio de la Sierra Norte
Para conmemorar el invaluable legado de Teteles de Ávila Castillo, la Sierra Norte de Puebla albergará un museo de sitio que mostrará al público los sorprendentes descubrimientos realizados en este centro ceremonial. Teteles, cuyo significado es “montículos de tierra,” remonta su historia al periodo Formativo Tardío (600 a.C.-200 d.C.) y tuvo un resurgimiento en el Epiclásico, cuando sus estructuras volvieron a tener funciones rituales.
Este esfuerzo arqueológico, liderado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha contado con el apoyo del Gobierno del Estado de Puebla, el Ayuntamiento de Teteles y la asociación civil Tzoncoyotl. Las excavaciones revelaron el vínculo del sitio con la estrella Canopus y la diosa nahua Nantehuitz, elementos que refuerzan su relevancia en la cosmovisión mesoamericana y en la vida de las culturas que lo habitaban.
Uno de los hallazgos más notables fue una ofrenda que contiene restos de carbón, fragmentos de cerámica y una palma con forma de serpiente, características de la cultura totonaca. Estos vestigios indican una relación ancestral entre Teteles y otras ciudades sagradas como Yohualichan y El Tajín, ambas ubicadas en la región de la Huasteca y vinculadas con prácticas religiosas que perduraron en los siglos posteriores.
La Estructura 2, que alcanza cuatro metros de altura, destacó por su excelente conservación. Con sus 50 metros de largo y 27 de ancho, fue uno de los principales puntos de intervención del equipo de arqueólogos, quienes lograron retirar la vegetación que cubría la estructura para su análisis y restauración. Este montículo y otras construcciones formaron parte de una disposición astronómica que permitía la observación de estrellas y del curso solar.
El director del Centro INAH Puebla, Manuel Villarruel Vázquez, destacó el interés del gobierno estatal en conservar el sitio, resguardando las estructuras piramidales y abriendo la posibilidad de que Teteles se convierta en una zona arqueológica abierta al público en el futuro. Para los arqueólogos, este proyecto implica mucho más que una exploración: representa el rescate de un legado que une el pasado con el presente.
El proyecto cuenta con el apoyo de la comunidad local y trabajadores de la región, quienes colaboraron en las labores de limpieza y excavación. Los resultados se presentarán en el nuevo museo de sitio, brindando a los visitantes una oportunidad única de conocer este místico centro ritual y su impacto en el patrimonio totonaca. (LV)