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Feminicidio: Radiografía de la violencia en Puebla
Cada día, en promedio ocurren dos asesinatos de mujeres en México, en lo que va del año, y un feminicidio cada mes en la ciudad de Puebla, que ocupa el quinto lugar a escala nacional en ese rubro, todo según cifras oficiales. Expertos en derecho penal y violencia social señalan que la impunidad se mantiene debido a una falta estructural que cosifica a la mujer.
Lo anterior indica que la declaratoria de alerta de género en Puebla y las políticas públicas implementadas no han sido suficientes para detener la ola de violencia en contra de este sector de la población.
Factores sociales, económicos y mediáticos, estos transmitidos a través de los medios de comunicación, las redes sociales y la industria del entretenimiento, fomentan cierta imagen de la mujer en el imaginario de la población en general, opinan expertos en entrevista. Se trata de mensajes que refuerzan la idea de que las mujeres tienen menos capacidades que los hombres para los espacios públicos y de poder, pues se les sigue viendo potencialmente como madres, amas de casa y para satisfacer los deseos carnales de los hombres.
Las cifras nos muestran que la justicia sigue alejada de las mujeres que fueron desaparecidas, asesinadas, mutiladas y abusadas sexualmente, así como de sus familiares, a pesar de que actualmente se ha avanzado en la aprobación de leyes para que las mujeres hagan valer sus derechos humanos, como la tipificación del feminicidio en 2012 como delito, tras la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en México, por la impunidad en los asesinatos a cientos de mujeres registrados en Ciudad Juárez, Chihuahua, mediáticamente conocidos como “Muertas de Juárez”, en realidad asesinadas en Juárez.
Caso Socorro Barrera
La tarde del 20 de junio de 2024, María del Socorro Barrera Sánchez, de 33 años de edad, fue asesinada por dos hombres a bordo de una motocicleta: le dispararon mientras se encontraba en el autolavado de su familia, en Izúcar de Matamoros, Puebla. A cuatro meses de su muerte no hay detenidos. Sus padres ya no piden justicia, solo tranquilidad.
El homicidio ocurrió cuatro días antes de la audiencia por el caso de tortura y detención arbitraria por parte de servidores públicos de Izúcar en contra de las periodistas Michelle y Natalie Hoyos López, durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer (8M) de 2023, del cual Socorro era testigo clave y protegido.
Socorro Barrera fue titular de la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia de Género de la Fiscalía en Izúcar de Matamoros y separada del cargo durante la administración de la alcaldesa Irene Olea Torres. Ella se presentaría a la audiencia del lunes 24 de junio, pues era testigo clave en la investigación por el caso de las periodistas contra las autoridades de ese municipio, por lo que la Fiscalía General de la República (FGR) le había otorgado protección.
El periodista poblano Jaime López, quien ha seguido el caso, declaró en entrevista que los locatarios y vecinos afirman que los hombres armados se dirigieron directamente a Socorro, por lo que descartan versiones sobre un posible asalto, y agregó que destacaron la tardanza en llegar al sitio de una ambulancia y de la policía.
Actualmente, el autolavado sigue incautado por las autoridades y, pese a que el fiscal de Puebla en rueda de prensa informó que los presuntos culpables ya fueron identificados, aún no hay algún detenido.
Mónica Barrera, hermana de Socorro, mencionó en entrevista para este reportaje que la vida para ella y sus familiares no es la misma desde que su hermana fue asesinada, pero han decidido mantenerse alejados, buscar paz y tranquilidad, aunque no haya justicia.
Puebla capital, quinto lugar a escala nacional en feminicidio
En lo que va del año 2024, de enero a septiembre, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) ha registrado 624 casos de feminicidio en todo el país, de los cuales 40 fueron en el estado de Puebla y casi un cuarto de los feminicidios (9) se ejecutó dentro de la capital poblana, es decir, uno cada mes.
A escala nacional, la SSPC ubica a la ciudad de Puebla en quinto lugar dentro del listado de los 100 municipios con más delitos de feminicidio en todo el territorio mexicano, tan sólo se encuentra detrás de Ciudad Juárez, Chihuahua, con 20 casos; Tijuana, Baja
California, con 13 y Chihuahua, Chihuahua, e Iztapalapa, Ciudad de México, ambos con 11 casos cada uno.
Otros municipios del estado de Puebla que destacan en esa lista son Atlixco, Chignahuapan, Chignautla, Cuetzalan, San Andrés Cholula, San Martín Texmelucan, Tehuacán y Xicotepec, todos con dos feminicidios cada uno en lo que va del año (enero-septiembre de 2024).
Sin embargo, estas cifras contrastan con el registro hemerográfico del Observatorio de Violencia Social y de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la Universidad Iberoamericana de Puebla (Ibero), el cual estima que, en el periodo de enero a septiembre de este año han ocurrido 47 probables feminicidios, es decir, uno cada seis días en la entidad.
El informe del observatorio destaca que, de los posibles 47 casos, 15 se cometieron en la capital poblana, 30 sucedieron en espacios privados y la edad promedio de las víctimas es de 32 años. Durante el mismo periodo se registraron ocho homicidios violentos, de los cuales no existían elementos probatorios suficientes que permitieran clasificarlos como probables feminicidios.
Respecto a las mujeres víctimas de homicidio doloso de enero a septiembre de 2024, la SSPC ubica al estado de Puebla en el lugar 11 con 74 casos; es decir, alrededor de ocho mujeres fueron asesinadas cada mes; sin embargo, sus muertes no fueron consideradas por feminicidio. En este rubro, la secretaría no especifica las cifras por municipio.
Cabe recordar que el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim) detalló que, en el estado de Puebla, entre el segundo trimestre de 2023 y el 2024, respectivamente, hubo un incremento en el feminicidio, porque, en promedio, cada seis días se abre una carpeta de investigación por este delito, siendo las sierras Norte y Nororiental, la Angelópolis, Valle de Atlixco y Matamoros las regiones de mayor incidencia.
¿Qué es feminicidio ante la ley?
El Código Penal Federal define el homicidio como la privación de la vida de una persona (Art. 302), y el feminicidio como la privación de la vida de una mujer motivada por razones de género (Art. 325). Sin embargo, juzgar el feminicidio requiere además del enfoque de perspectiva de género e interseccionalidad, así lo explicó el abogado penalista Miguel Ángel Huesca Bazán.
Añadió que, al juzgar, deben considerarse varios factores: la extrema violencia, la humillación implícita al desnudar un cuerpo y la exhibición de este, ya que estos aspectos indican que se comete o ha cometido un feminicidio.
El experto resaltó el trabajo de organizaciones como el Observatorio de Violencia Social y de Género de la Universidad Iberoamericana, que ha reportado un mayor número de feminicidios que los datos publicados por la Fiscalía General del Estado de Puebla y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), reflejando la gravedad de la situación a través del seguimiento de notas periodísticas.
Explicó que juzgar con perspectiva de género implica que el sistema judicial debe analizar las pruebas y el contexto de manera diferenciada, tomando en cuenta que las mujeres pueden enfrentar violencia de género de formas específicas, relacionadas con el control y la dominación social. Ello implica considerar situaciones donde la víctima sufrió violencia extrema o fue humillada por su condición de género, evaluando así las pruebas desde una posición que visibilice posibles patrones de discriminación o abuso.
Agregó que la interseccionalidad en el sistema de justicia considera factores adicionales de vulnerabilidad, que pudieran haber influido en el crimen. Esto implica que se analicen otras características que agravan la situación de discriminación como la edad, origen étnico, situación económica o discapacidad de la víctima.
Concluyó que en algunos casos pareciera que no existen suficientes elementos probatorios, en un primer momento, para considerar que se trata de un feminicidio y no de un homicidio; sin embargo, al realizar una investigación minuciosa se puede reclasificar; por ello, el Ministerio Público tiene la obligación de recabar todos estos elementos para presentarlos ante un juez para tipificar de manera adecuada el delito.
Violencia y autonomía femenina
Para el sociólogo Uriel Miranda, la violencia se ha normalizado y es parte del sistema, caracterizándose por su manifestación estructural y simbólica, misma que se inicia en la infancia, con frases como "te pego porque te quiero": asocian violencia con amor y protección, estableciendo patrones que perpetúan el machismo y limitan la autonomía de las mujeres.
"Las causas sociales que propician el feminicidio son multifactoriales y casi todas comienzan desde la violencia simbólica, que son todos los aspectos de la violencia que no se ven y se perpetúan, empezando desde la crianza, y se reproducen a lo largo de la vida".
Explicó que el feminicidio y la violencia de género se originan por factores múltiples, todos vinculados con la necesidad de romper el sistema patriarcal y lograr que las mujeres puedan decidir por sí mismas, sin depender de los hombres.
"Hace mucho que se dejó de buscar equidad de género, ahora lo que las mujeres buscan es autonomía, es el desarraigo del sistema patriarcal y que todas las decisiones que tomen sean por voluntad propia, y no dependientes de, ni invalidadas por los hombres".
El también especialista en estudios de violencia añadió que se necesita una transformación profunda en las políticas públicas, ya que el sistema institucional ha reforzado esta violencia, pues las dificultades para denunciar reflejan problemas estructurales. Agregó que la familia, por su parte, puede contribuir al cambio desde el diálogo con las infancias, promoviendo acuerdos y libertades en sus relaciones sociales.
Expresó que, durante las últimas décadas, los colectivos y colectivas sociales hacen una gran labor al dar luz a este problema social, y trabajan en la reconfiguración y modificación de las dinámicas estructurales a través de marchas que evidencian los casos y brindando apoyo psicológico y legal a las familias en la búsqueda de justicia.
"Cuando se comete un feminicidio, evidentemente se habla de que la mujer pasó a ser objeto de un hombre, o quiso o se buscaba que fuera objeto de un hombre; se le deshumanizó, se le quitaron sus derechos de mujer y evidentemente por eso se replica, por eso se comete feminicidio, por eso se comete violencia".
Concluyó que, en cada feminicidio, la mujer se convierte en objeto, se le deshumaniza y se le desvaloriza. Por lo tanto, reiteró que es una tarea urgente para las futuras generaciones cuestionar las dinámicas patriarcales y avanzar hacia una sociedad más justa, donde las mujeres ganen autonomía y los cambios estructurales sean una realidad.
Lucha de justicia: movimiento feminista en Puebla
Gabriela Cortés, fundadora de El Taller A.C., resume 17 años de lucha feminista, enfrentando indiferencia institucional y falta de justicia. Relató cómo, a lo largo de este tiempo, las instituciones han negado la violencia que sufren las mujeres y criticó la falta de justicia para los casos de feminicidio. "Es muy doloroso ver cómo no hay justicia, no hay castigos ejemplares para los feminicidas".
Cortés, quien lidera una organización que acompaña familias de mujeres asesinadas o desaparecidas, expresó que en sus inicios les cerraban las puertas, pero con el tiempo se sumaron más mujeres y su lucha cobró fuerza.
"En la marcha del 28 de agosto de las familias exigiendo justicia de las buscadoras, una niña me dijo: ‘¿Por qué nunca gritan: Mamita, tu hija está en la lucha, te está buscando, está exigiendo justicia?’ Eso me partió, porque nunca imaginamos que una hija va a buscar a su mamá".
La activista expresó que en un inicio las marchas del 8M eran pequeñas concentraciones, hasta que se convirtieron en masivas, gracias a la suma de más colectivas y mujeres de a pie, pero reconoció que en algunos momentos han tenido que replegarse, sobre todo cuando los gobiernos o ayuntamientos no tienen una agenda de trabajo para erradicar la violencia contra las mujeres.
"Desafortunadamente, la justicia a veces es ‘como te ven, te tratan’", afirmó, señalando que las mujeres sin recursos enfrentan aún más obstáculos para acceder a la justicia.
Añadió que es de suma importancia reflexionar hacia dónde están enfocadas las agendas de los gobiernos entrantes y qué espacios están siendo olvidados. Cortés cuestionó la falta de recursos para aplicar la alerta de género en Puebla ante el aumento de feminicidios y violencia intrafamiliar:
"Se supone que se tiene que destinar un recurso para trabajar por la alerta de violencia de género, pero eso no está sucediendo".
La organizadora de La Marcha de las Putas, en su edición número 14, destacó que esta se realiza para reivindicar y resignificar una palabra que ha sido utilizada para denigrar a las mujeres:
"Una marcha que es mal vista incluso por autonombrarnos putas. Pero es desde ahí que reivindicamos una palabra que han utilizado para menospreciarnos, violentarnos, denigrarnos y señalarnos. ¿Cómo lo hacemos? Apropiándonos de la palabra".
Destacó que este año tomarán las calles para rendir homenaje a las mujeres asesinadas; además, celebrar la diversidad femenina sin prejuicios ni estereotipos, y la reciente aprobación de la ley a favor del aborto y el matrimonio igualitario, logros alcanzados tras años de activismo.
También aplaudió que hay jóvenes universitarias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y de la Ibero que están trabajando desde sus trincheras y van haciendo su camino; sin embargo, lamentó que las nuevas generaciones de activistas han olvidado la lucha de aquellas mujeres que abrieron brecha y se enfrentaron al sistema.
La también actriz expresó que su deseo es que todas las mujeres puedan vivir sin miedo y libres, que puedan disfrutar y salir a la calle a la hora que sea, sin el temor de que no regresen a casa. (MIG)
Este reportaje se hizo gracias a la coordinación del periodista y poeta poblano Moisés Ramos.