En esta temporada de Día de Muertos, el municipio de Huaquechula se llena de color y tradición: el aroma de copal y cempasúchil invade el aire, y las casas se abren para recibir a vivos y muertos con altares monumentales.
Las ofrendas en Huaquechula, con tres niveles, incluyen alimentos preferidos por el difunto, alguna imagen religiosa a la que haya sido devoto, su fotografía y ángeles que acompañan el altar. Estos altares fueron declarados Patrimonio Cultural del Estado de Puebla en 1997 y mantienen una relación estrecha con la parroquia, donde el repique de las campanas dan la bienvenida a las ánimas. Los deudos caminan por las calles con pétalos de cempasúchil, sahumerios, agua bendita y objetos personales; cada nivel del altar representa un significado especial.
La elaboración de un altar puede tomar desde 15 días hasta un mes. Estas estructuras, de entre 2 y 4 metros de altura, se decoran con satín blanco y papel picado. Las ofrendas están dedicadas a quienes fallecieron en el último año; tal es el caso del papá de don Salvador, quien falleció en agosto. A lo largo de su vida, condujo camiones conocidos como "ranas" y posteriormente un camión de carga; por ello, en su altar se colocarán dos camiones a escala que representarán esta faceta de su vida.
El costo de estos altares oscila entre los 15 mil y 40 mil pesos aproximadamente. Las familias anfitrionas ofrecen comida a los visitantes durante el día, y por la noche se les invita a disfrutar de chocolate caliente y pan de dulce.
Aparte de los altares, Huaquechula también ofrece diversos lugares y actividades para disfrutar en familia, siendo una excelente opción para visitar en Día de Muertos. A los visitantes se les exhorta a respetar el ritual de bienvenida, un momento íntimo entre las familias y las ánimas.