El caserío industrial e icónico en la junta auxiliar de Metepec está en riesgo de convertirse en solo un recuerdo y conservarse solo en una imagen o en la réplica a tamaño original, que existen en el museo de sitio de esta población perteneciente a Atlixco y es que se calcula, el 40 por ciento de las casas ya fueron modificadas. 

Uno de efectos colaterales del sismo del 19 de septiembre del 2017, fue la necesidad de reconstruir las casas dañadas por este fenómeno natural, lamentablemente pocos siguieron el estilo de las mismas por lo que hoy en día, se pueden observar construcciones modernas de hasta de tres pisos donde antes había una casa de adobe y teja.

Estas construcciones modernas sobresalen en la calle principal de la comunidad, lo que rompe con el paisaje tradicional que tenía el pueblo, sede, en el siglo pasado, de una de las textileras más importantes del país, hoy convertida en el Centro Vacacional IMSS Metepec.

Marcelo Romero, guardián del museo fabril instalado dentro del centro recreativo, señaló que los expertos calculan que un 40 por ciento del caserío ya fue modificado: “La modificación es bastante notable. El pueblo en 1990 tenía otra arquitectura, otra vista; se hicieron muchos intentos para preservar las casas, para mantener su arquitectura original infortunadamente no se logró”, lamentó. 

Recordó que muchas se dañaron en el sismo del 2017 y aunque considero que la reconstrucción es buena para las familias porque tienen un mejor lugar para vivir, el costo fue perder la esencia industrial del pueblo, un complejo obrero.

 “Es algo que duele, que no se ha podido evitar, este trabajo que hacemos en el museo de tener esa identidad de Metepec y Atlixco que vivía de las fábricas en la década de 1940”, externó Romero. 

Y es que este complejo habitacional industrial estaba conformado por 572 viviendas que se construyeron entre 1897 y 1902  en torno al parque y la iglesia de esta comunidad.

 Las casitas de estilo inglés se dividían en dos tipos: las grandes de dos aguas de tejado, cinco metros de frente y ocho de fondo para albergar dos habitaciones una de 5 por 5 y otra de 5 por 3 metros; una era para dormir y la otra para el brasero de ladrillo y una mesa. Las segundas, una sola habitación.

Fueron en sí las primeras casas dúplex que se edificaron en Atlixco, puesto que compartían muros y colindancia con el fin de darle vivienda a los trabajadores de la fábrica. Las viviendas de dos habitaciones se encontraban ubicada en 12 manzanas y el resto, las de una, en 48 cuadras.

“Lo más lamentable es que otro gran porcentaje está en proceso de modificarse y el resto o muchas de ellas están en el olvido, abandonadas porque sus dueños viven fuera del municipio, es decir los hijos o nietos de los obreros ya no están aquí”, compartió Marcelo Romero.

El guardián y guía del museo considera que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debería velar por este caserío que es de suma importancia a nivel histórico pero que además podría generar un proyecto turístico más allá del centro vacacional.

“Pero de hecho un dato interesante que yo aprendí en un seminario y que dijo un experto que vino en el 2023, es que el INAH no tiene injerencia, porque las leyes del instituto solo  velan por los centros históricos de las ciudades, por eso es que allá siempre que quiera modificar le tienes que pedir permiso y Metepec es una junta auxiliar, no tiene injerencia para impedir derrumbes o modificaciones”, relató. 

Por lo anterior, desde su punto de vista solo queda que las autoridades tanto auxiliares como municipales muestren interés en preservar lo que aún queda del caserío industrial de Metepec.

Respecto a este tema, la presidenta municipal Ariadna Ayala Camarillo en entrevista con este medio de comunicación, corrigió qué el INAH sí tiene injerencia, tan es así que cuando el sismo del 2017 tuvo que supervisar la reconstrucción en el centro vacacional.

La edil aseguró que siempre están pendientes cuando detectan alguna construcción, por lo que siempre hay un acercamiento con los dueños para que la intervención al inmueble sea acorde a la arquitectura original.

“A la gente a veces no le hace mucha gracia que nosotros lleguemos y les digamos que no pueden construir de cierta manera, tan arbitraria y con un diseño de una casa que ya nada tienen que ver con el caserío de Metepec, pero cuando explicamos se dan cuenta que hay razón y no es una decisión unilateral, hay un fundamento”, indicó. (RC)