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Vinculan a proceso a abuelos por retener a sus 3 nietas lejos de su mamá

  • Kara Castillo
Por primera vez, un juez inició proceso penal a miembros de una familia que se negaban a entregar las hijas a su madre
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El Poder Judicial de Puebla dictó la primera vinculación a proceso por violencia vicaria contra abuelos paternos que retuvieron, escondieron y negaron la entrega de tres niñas a su madre pese a una orden judicial expresa. El Juez de Control Renato Rojas Hidalgo, inició el proceso penal en prisión para Blanca Patricia y Héctor L, que en complicidad con su hijo Erik, ejercieron y procuraron una violencia constante, reiterada y continua contra Ana Karen Rodríguez, su nuera.

Tras la segunda audiencia realizada el 26 de julio, el togado reconoció que la violencia vicaria ejercida en un primer momento por el exesposo contra Ana Karen, se extendió y retomó por miembros de su familia quienes mantuvieron la atroz práctica contra la madre, luego que Erik fuera detenido e ingresado al Centro de Readaptación de San Miguel en junio de 2023.

Y es que pese a que Erik N., acusado de violencia familiar agravada por vicaria está preso, Karen no ha podido ver a sus tres hijas por casi dos años. Las niñas, de 3 años de edad, 1 año y una bebé que tenía sólo un mes y medio de nacida cuando le fueron arrebatadas, han sido sometidas a cuidados de abuelos, así como otros miembros de la familia extensa, también implicados en la comisión de este delito.

El Juez de Control determinó la responsabilidad de Blanca Patricia y Héctor L. en la violencia ejercida y reiteró la prisión preventiva necesaria para lo que dure el procedimiento de los padres de Erik L. Además, se dictó un plazo de cierre de la investigación de tres meses, tiempo en el que los fiscales y la defensa de Karen, tendrán que recabar pruebas que pudieran llevar a sentenciar a los imputados.

Además de reconocer que otros miembros de la familia han participado, para los que se giraron más órdenes de aprehensión.

Un caso sin precedentes: abogada

La abogada Montserrat Lidia González Fernández, refirió a este caso como “sin precedentes”, pues por primera vez se ha logrado visibilizar en tribunales el fenómeno de la violencia vicaria que no se ejerce sólo por la pareja, sino que puede hacerse extensiva a toda una familia que se convierten en cómplices.

“El juez determina que esta violencia se extiende a la familia del violentador y es por eso que se vincula a proceso a los abuelos paternos, pero no nada más a ellos, la práctica se reproduce y crece al interior de la familia. Es un caso muy delicado”, menciónó la abogada.

González Fernández reveló los detalles de la audiencia en la que abogados de los abuelos paternos revictimizaron a Ana Karen y se estableció un intenso y agrio debate por más 15 horas de audiencia.

Sin embargo, la abogada asentó que con su co-litigante Víctor Edgar León Rueda, presentó una defensa sólida en la que se ofreció la presentación de testigos, los abusos cometidos, la falsificación de documentos y la actuación dolosa de los agresores, pruebas contundentes e irrefutables en contra de los padres de Erik.

Explicó que el señor Héctor fue señalado por una juez de pretender estar encima de la ley, ya que había burlado órdenes judiciales falsificando documentos para obtener la Guarda y Custodia de las niñas en otro estado, actuando dolosamente en los más de 30 cateos ordenados para ubicar a las menores haciendo boquetes en las paredes en casa del fraccionamiento del que es dueño.

La litigante describió la violencia vicaria en contra de su defendida como una violencia extrema. “El rompimiento del vínculo filial de la madre con las menores es una violencia severa y hoy se volvió a acreditar que la violencia contra Karen fue brutal, reiterada y constante, pero también contra las menores. Hablamos de cuatro víctimas”, señaló

Montserrat reconoció también el impecable ejercicio del Juez de Control, Renato Rojas Hidalgo, pues luego de escuchar ambas partes hizo saber su fallo con perspectiva de género, citó Tratados Internacionales que protegen los derechos de los niños, niñas y adolescentes además del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

Él detuvo esta impunidad en la que se ha instalado una familia”, refirió la abogada. “Él me devolvió la fe en la justicia”, sostuvo Ana Karen.

Es un paso que me acerca más a mis hijas: Karen

A pesar de que el paradero de las pequeñas aún es un misterio, Ana Karen reveló que sintió la determinación del juez como un logro y un paso que la acerca a sus hijas.

“Me siento bien, me siento tranquila, al final sé que es un paso más, sé que se está haciendo justicia. No dudo, sé que estoy cada vez más cerca del día en el que voy a estar con mis pequeñitas”, sostuvo con una leve sonrisa.

Entrevistada a la salida de la audiencia, entre lágrimas ofreció un mensaje a otras mujeres que viven violencia vicaria: “Éste día me gustaría mandar un mensaje muy específico a todas las madres que como yo, nos encontramos en esta lucha: sé que es difícil, sé que hay días que ya no te quieres levantar, que ya te sientes derrotada, pero realmente la luz que aparece al final de ese túnel es la que te tiene que dar la fuerza para seguir adelante, esa luz son tus hijos y es la que te dirá por dónde. Mamás, no paren, no desistan, sé que es cansado, pero hay que aprender y hay que ser fuertes, eso nos hace dar una lucha imparable y confía que se va a hacer justicia sobre todo para las que hacemos las cosas bien”.

La joven madre reconoció que es una pionera en llevar a toda una familia violentadora ante tribunales: “Este es el primer caso donde se logran vincular a miembros de una familia que extendió la violencia; primero se vinculó a proceso al papá de mis hijas, hoy se vinculan a los dos abuelos paternos. El juez señaló a todos los demás familiares que sustrajeron a mis hijas, ocultándolas”, dijo. (PSR)

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