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Este es el legado de Lola Álvarez, la primera mujer fotógrafa de México
La artista mexicana Lola Álvarez Bravo es conocida por ser considerada una de las primeras mujeres fotógrafas del país; en su labor también se reconoce su valor para enfrentar y desafiar los ideales conservadores de su época, por esta razón se convirtió en pionera de la imagen poética y es recordada por su legado.
Lola Álvarez también se desempeñó como reportera gráfica, retratista profesional y artista plástica; su obra fue influenciada por Edward Weston, Tina Modotti y por su esposo Manuel Álvarez Bravo, llegando a abarcar diversos temas como la cultura indígena, la vida en la ciudad y las pugnas sociales.
La fotógrafa mexicana Dolores Martínez de Anda, mejor conocida Lola Álvarez Bravo, nació el 3 de abril de 1903 en Lagos de Moreno, Jalisco; su obra es bastante amplia por lo que es considerada como “biografía visual” de los ámbitos artísticos, urbano y rurales del México del siglo XX, esto de acuerdo con el portal de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”.
El legado fotográfico de Lola Álvarez se ve reflejado desde sus inicios, cuando en 1944 presentó su primera exposición, en la que se exhibieron 28 fotografías de su autoría; posteriormente, en 1965, realizó una exposición de retratos de artistas reconocidos de aquella época, la cual se tituló “Galería de mexicanos: 100 fotos de Lola Álvarez Bravo”.
Como parte de su legado, realizó una serie de fotografías a la artista Frida Kahlo que formaron parte de la exposición “Frida y su mundo” y se realizó en la Galería Juan Martín en la década de los 90. Tras presentar su primera exposición individual en 1964 sus fotografías fueron publicadas y exhibidas en México y Estados Unidos.
El trabajo de Lola Álvarez también fue publicado en importantes revistas como Mexican Folkways y El maestro rural; de igual manera, en 1951 publicó el libro Acapulco en el sueño en colaboración con el escritor Francisco Tario.
Lola Álvarez Bravo realizó diversos viajes por el país retratando escuelas, fábricas, granjas, orfanatos e incluso hospitales, donde pudo capturar parte de la cultura mexicana tradicional, así como las condiciones sociales en las que vivía la gente del mundo rural. En estas obras destacan retratos humanistas, la representación de la modernidad y a un México cambiante. (AD)